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Extensión
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2 fojas
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Resumen
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Columna La Calle que continua con la revisión de Mario Benedetti, ahora enfocada a su militancia política, aunque no careció nunca de opiniones y actitudes políticas, pero demoró en entrar en el activismo, aunque su familia era apolítica, la escritura y los empleos para ganarse la vida acapararon el tiempo de Benedetti, hasta que a fines de los años sesenta el deterioro de la vida pública en Uruguay lo hizo ingresar a un movimiento que postulaba la participación de la gente no solamente en las urnas, cuando el político o el intelectual 'descienden' al pueblo para transmitirle su 'fórmula infalible', entonces sí la vanidad puede significar un seguro de incomunicación que a algunos escritores les resulta por cierto muy confortable, quizá porque no tienen nada que comunicar..
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Tipo
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Artículo periodístico.
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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'
La calle
para el jueves 21 de mayo de 2009
Diario de un espectador
Benedetti militante
por migue! ángel granados chapa
Mario Benedetti se hizo militante de la política a edad tardía. No careció nunca de
opiniones y actitudes políticas, pero demoró en entrar en el activismo. Aunque su
familia era apolítica, no pasó por alto un momento de definición, que petmeó la
conciencia del futuro escritor: E ra alumno del Colegio alemán, a cuya férrea disciplina
se había avenido, hasta que llegó el año 1933:
"En Alemania -dice su biógrafa Hortensia Campanella-es presidente y Hitler su
canciller. En el Colegio Alemán de Montevideo se hace obligatorio el saludo nazi.
Mario, que hasta entonces había evitado comentar en caso algunos rasgos autoritarios
del colegio por temor a ser obligado a abandonarlo, no puede menos que comunicar esta
novedad ominosa. La respuesta paterna es inmediata: para no perder el año, terminará el
ciclo escolar, el último de primaria, pero ya no seguirá en ese ambiente. Se había
terminado el candor".
En los años siguientes, la escritura y los empleos para ganarse la vida acapararon el
tiempo de Benedetti. Hasta que a fines de los años sesenta el deterioro de la vida pública
en Uruguay lo hizo ingresar a un movimiento que postulaba la participación de la gente
no solamente en las urnas:
En el ensayo "El testimonio y sus límites", incluido en su libro El escritor
latinoamericano y la revolución posible, Benedetti recuerda una suerte de iniciación
política:
"Durante 1971, y con motivo de las movilizaciones que colmaron ese año, acudí dos o
tres noches por semana a los comités de base del Frente amplio, situados en barrios o
suburbios de muy distinta composición social. Desde el principio tuvimos claro que en
esa incanjeable tarea, debíamos apartarnos de los códigos de la propaganda política
impuestos por los partidos tradicionales. Nada de oratoria demagógica, patemalista o
grandilocuente. Íbamos sobre todo a conversar con la gente, a tratar de llegar juntos a la
dificil comprensión de una etapa política económica y social que ya entonces expresaba
un profundo deterioro del Estado liberal.
"Nunca concurrí en calidad de escritor a esos verdaderos seminarios populares, y en
un noventa por ciento de los casos nadie hizo referencia a mi condición de tal. (De todos
modos, cuando alguien formulaba una pregunta sobre esa zona de mi trabajo, los
planteos solían ser más inesperados y más creativos que las rutinarias inquisiciones de
críticos y periodistas) Nunca hice la menor anotación sobre .esas conversaciones;
probablemente no llegue a utilizar en novelas o cuentos futuros ninguna expresión
textual de aquellas dudas, de aquellas imaginativas soluciones, de aquella voluntad de
sacrificio, de aquel sobrio pero riguroso amor al país.
Sin embargo, tengo cabal conciencia de que todo eso está en mi, madurando o quizá
cayéndose de maduro, y que si mi visión del mundo ha cambiado y si hoy la palabra
revolución no sólo tiene para mi ese aliento que da la vida a la historia sino que además
tiene músculos y brazos y corazón y ojos que esperan y confian; si hoy para mi tiene el
rostro sereno de un pueblo que sufre que sufre y aprende, que traga amargura y sin
embargo propone una alegría intangible, lo debo en gran parte a ese natural aprendizaje,
a esa cura de modestia.
"No se trata de que la vanidad salga por una vez maltrecha; sencillamente la vanidad
no juega este partido, ni siquiera como suplente. Cuando el político o el intelectual
'descienden' al pueblo para transmitirle su 'fórmula infalible', entonces sí la vanidad
puede significar un seguro de incomunicación que a algunos escritores les resulta por
cierto muy confortable, quizá porque no tienen nada que comunicar. Pero es
virtualmente imposible hincharse de vanidad cuando uno ... sincera y francamente trata
de contribuir desde el pueblo y para el pueblo ... "
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Materia
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La Calle, diario de un espectador
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Persona o institución mencionada
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Mario Benedetti
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Uruguay