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Extensión
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1 foja
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Resumen
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El Congreso del Trabajo enfrenta una crisis grave, evidenciada por la falta de quorum en una sesión crucial el 14 de junio de 1983. La propuesta de un pacto nacional por parte de la CTM y el discurso presidencial de desvinculación intensificaron la crisis, sugiriendo una posible desaparición del organismo..
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Tipo
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Artículo periodístico
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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~ de Junio de 1983.
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,
POR MIGUEL ANGEL GRANADOS CHAPA
Cuando simplemente se disuelve, es difícil dejar constancia de la fecha de desapari··
ción de un organismo social. En cambio, a
veces puede extenderse el acta de defunción . Si el Congreso del Trabajo está, como
parece, herido de muerte, se podrá fijar la
fecha de su deceso o al menos del comienzo
de su agonía. Fue el martes 14 de ¡unio
cuando el triste proceso que por supuesto
puede no ser irreversible, tuvo una expresión pública notoria. Ese día no hubo, ni remotamente, quorum en la discusión ordinaria del Congreso. Es probable que en alguna otra oportunidad tampoco hubiera podido sesionarse por falta de mayoría . Pero la
circunstancia esta vez era singular .
En primer término, la inasistencia fue
abrumadora. Componen el Congreso del
Trabajo 34 organizaciones, entre centrales,
sindicatos nacionales de industria y pequeñas agrupaciones. A la reunión de ese martes sólo se presentaron siete,
entre las cuales descollaba la Confederación de Trabajadores de México.
También acudieron los dos sindicatos que, sin estar encuadrados en la CTM,
en los últimos años eran , dentro del Congreso, los más próximos a esa
central, el de telefonistas y el de la industria nuclear.
En segundo lugar, la causa de la inasistencia era muy delicada. No era
como lo dijo taimadamente el presidente en turno del Congreso, el senador
Napoleón Gómez Sada, que los representantes anduvieran muy ocupados
"en eso de las huelgas" . Al contrario, precisamente quienes se abstuvieron de
asistir eran personeros de los agrupamientos que, por la razón que sea, no llegaron siquiera a los emplazamientos por aumentos de emergencia . El tema
había ~ido en el seno del Congreso uno de los asuntos espinosos que condujo.
al actual estado de postración del mayor órgano nucleador del movimiento
obrero que ha habido en la historia mexicana. Si el quorum no llegó a formarse, no era por las huelgas, y ni siquiera por tardanza atribuible a ese pretexto universalmente válido para toda demora en la ciudad de México, que
son los embotellamientos.
La causa de la inasistencia era el tema a discutir, y la condena presidencial vmculada con esa matena, y las diferencias oportunistas que estaban saliendo a relucir desde una semana antes, al menos, en el seno del Congreso.
La agenda preparada la semana antenor contenía un rubro sobre el que no
hubo nunca consenso, pero que cinco días antes del martes 14 se había convertido en tabú. Por eso no acu-dieron las representaciones de 27 centrales y
sindicatos. Para no verse enredados en una discusión donde el supremo argumento de autoridad iba a ser el único válido.
Como se recuerda, el 31 de mayo la CTM , por conducto del propio
secretario general del organismo, Fidel Velázquez, presentó un plan de siete
puntos para establecer un pacto nacional de solidaridad, con la mediación
del ~obierno federal y teniendo a las cámaras y confederaciones patronales
como contrapartes. El plan era un proyecto contemporizador. Sobrevino a
las complicaciones que en el interior del propio Congreso siguieron al acuerdo, que finalmente no logró fuerza obligatoria, de emplazar a huelga por
aumentos de emergencia al finalizar el mes de mayo. Prácticamente sólo la
CTM , y algunos sindicatos, pero ni siquiera todos los cetemista~. tomaron
providencia~ para suspender actividades en las empresas donde no se acordaran tales incrementos. Simultáneamente, se prorrogó el término para el estallido de la'i huelgas, ha~ta el nueve de junio. Al presentar el proyecto de
pacto social, la CTM y Velázquez en particular estaba reculando . No podían
retirar sin más los emplazamientos, pero con la oferta de congelación esta"
han dando garantías al gobierno y a las empresas de que en los siguientes meses no habrá mayores reclamos de nuevos incrementos.
Pero ya era demasiado tarde. La fuerza de la crisis hizo que posiciones
ha'ita entonct.'S retórica'>, de pura palabra, manejadas por las direcciones sindicales, se transformaran en demandas reales de la base de los trabajadores.
Po~ ell~. el nueve de juni~ empezó a formarse un panorama oscuro tenso, en
el ambito la?oral , presag.ante de tormenta. Más de cuatro mil empresas pararon a partir de ese día. Casi todos los sindicatos emplazantes a huelga eran
de la CTM. Característico de esa situación fue el fenómeno de los cinematografistas, cuya huelga hizo notar durante pocos días en la provincia y cas1
una s~m~na en la capital a los trabajadores no organizados, es decu al resto
del publico, el tamaño de la cnsis Cuando ya ni cine abía, es que algo gordo estaba en verdad ocurriendo
~se mism? día, acaso por el mflujo de esa situación, el presidente De la
M~dnd pro~u¡o su ahora célebre discurso de Guadalajara, al que ya nos re-
fenmos aqm la semana pasada. Desvincularse de la demanda cetemista
rechazarla tajantemente, y adjetivar a quienes la habían formulado produjo'
~ntre ?t.ras consec~~n~ias, que la desbandada en el Congreso del Trabajo s~
~~-tensifiCa~a. o se Imc~ara. Ya estaban sembrados los gérmenes de la disperswn, y fertiliz ad~ la t~erra en que fl~recerían. La cachaza del líder principal
de la CTM contnbuyo al resultado fm al. En vez de quedarse en México a capear el temporal, aprovechó la muy feliz circunstancia de que se reuniera el
comité de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales
Libre~, al que don Fidel pertenece, para marcharse a Oslo como si aquí no
ocurnera nada. Todavía tuvo la presencia de ánimo, el humor o a desfachatez ~ar~acerse el desentendido respecto del regaño presidencial, como si se
hubiera tratado de otra persona el destinatario. En su ausencia, el senador
Artur~ Romo, uno de los artífices de la nueva posición cetemista que ahora
r~~ulto derrot~da, ~e presentó a la repetida sesión dell4 de junio. Allí se rindw ante la evidencia, aunque no hubiera sido necesario esperar a ese día para conocer con precisión el curso que iban a tomar los acontecimientos. Al
comprobar la reducidísima asistencia, Romo declaró que por lo visto no
había las condiciones para que prosperara el plan cetemista y lo retiró. En
efecto, no había condiciones. Al plan de la CTM le faltó sólo un voto. El que
cuenta.
Dejemos para otra ocasión reflexionar sobre la gravedad del fenónemo
político por el que la principal agrupación obrera del país, con la fuerza soCial que repr~senta , sea manejada por la voluntad presidencial. Consideremos ahora, stmplemente, si la postración y aún desaparición del Congreso
del Trabajo favorece o no a la clase trabajadora mexiCana. Fundado ell9 de
febrero de 1966, como símbolo de reconcili ación de agrupamientos obreros
que habían ido distanciándose al grado de for mar por un lado el Bloque de
Unidad Obrera y por otro la Central Nacional de Trabajadores, el Congreso
fue durante largo tiempo sólo un aparato burocrático charrificado. Pero los
embates de la crisis, que se anunciaba ya hace diez años, encontró en esa coalición de centrales y sindicatos una barrera que se afianzó en el combate. El
populismo de Echeverría permitió constituir el Comité Nacional Mixto de
Protección al Salario, un mecanismo modernizador de las tareas del Congreso del Trabajo, que dio nuevas vías de acciOnes y nuevas perspectivas teóricas
al principal agrupamiento obrer<~ mexicano. Ya en la etapa de López Portillo, después de la devaluación, el papel del Congreso del Trabajo se perfiló
con mayor nitidez, como un instrumento de política social del movimiento
obrero , Es verdad que no perdió nunca del todo su tufo charro, principalmente cuando lo encabezaban (la dirección se muda cada semestre) líderes a
la antigua usanza, corno su actual presidente Cómez Sada, que no son capace de respirar los aires nuevos que el equipo de asesoría propiciaba que
corrieran dentro del Congreso. Es verdad también que las diversidades internas no permitían siempre tomas de posición definidas . Pero en el ámbito de
la planeación económica y social produjo documentos que en otras administraciones le hubieran valido respeto. Casi como cantos del cisne, sus actitudes en el foro de consulta popular para a comunicación social.y convocando a repudiar la política guerrerista de Washington en Centroamérica daban
idea del tono y la materia de sus preocupaciones actuales .
El Congreso del Trabajo está postrado. Quizá está herido de muerte. Su
deceso sobrevendría en una etapa en que la aglutinación de los esfuerzos
políticos de la G.lase obrera es imprescindible, para defenderse de los embates
de la crisis. Por eso, lo que le pasa al Congreso del Trabajo, cualquiera ~ue
sea el juicio que se tenga sobre él, no puede ser soslayado. Su desmantelamiento es un golpe al obrerismo mexiCano, no sólo a sus burocracias, sus cúpulas y sus charros.
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Materia
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Crisis del Congreso
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Falta de quorum
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Pacto Nacional
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Discurso presidencial
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Desvinculación CTM
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Huelgas
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Postración del Congreso
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Desmantelamiento obrero
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Inasistencia sindical
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Plan de siete puntos
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Persona o institución mencionada
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Fidel Velázquez
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Confederación de Trabajadores de México
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Napoleón Gómez Sada
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Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres
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Senador Arturo Romo
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Gobierno Federal
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CTM