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Extensión
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1 foja
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Resumen
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El año 1982 es comparado con otros momentos críticos de la historia de México debido a la profunda crisis económica, marcada por una severa devaluación, inflación descontrolada y la pérdida de credibilidad gubernamental. La nacionalización de la banca y las elecciones presidenciales también son hechos destacados..
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Tipo
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Artículo periodístico
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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POR MIGUEL ÁNGEL GRANADOS CHAPA
Un programa doble (no necesariamente
grato, como los que veíamos en los cines de
antaño) empezó de inmediato a ser puesto
en práctica por el gobierno encabezado por
el presidente De la Madrid, al que debe ser
abonado primero que nada el ímpetu con
que inició sus labores. Uno de los programas, de diez · puntos, busca reordenar la
economía en los meses y aún en los días que
corren. Simultáneamente, empezó también
la instrumentación de la plataforma sexenal, no sólo de cara a la crisis sino con el
propósito de transformar profundamente a
la sociedad. Corresponde, este segundo
programa, al desarrollo de las siete tesis que
De la Madrid manejó durante su campaña.
El programa de acción inmediata incluye
dos objetivos en apariencia al menos inconciliables: disminución del crecimiento del
gasto público y protección del empleo. La
contradicción entre ambos se echará de ver, primero, en el sector público. Al
anunciar uno de los modos en que se establecerá la austeridad, el secretario
de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas de Gortari, explicó que se
fundirán direcciones y suprimirán oficinas que no tienen razón de ser. El
propósito, en sí mismo, es digno de aplauso, pues cuanto signifique disminución de la burocracia y agilice los procedimientos debe ser bienvenido. Por
otro lado, esa forma de austeridad es parte de los compromisos del gobierno
mexicano con el Fondo Monetario Internacional. Pero ello entraña no proteger el empleo, sino exactamente lo contrario. En términos más generales, es
impulsor del empleo que en un país como el nuestro corresponde al gasto
público. Cuando los nuevos gobernantes se afilian a la tesis del liberalismo
económico según la cual el incremento de ese gasto es la causa de la inflación, se disponen a condenar a casi tres millones de mexicanos, sólo en el año
próximo, a tener el destino oscuro de quienes carecen de un modo de ganarse
la vida. Es deseable, en consecuencia, que la reorientación de los recursos de
inversión a obras generadoras de mano de obra sea pronto una realidad, para que la austeridad no sea el objetivo que entre los dos opuestos resulte victorioso.
En el mismo terreno del empleo, el Presidente anunció que pediría a los
factores de la producción moderación y responsabilidad en sus negociaciones
para temperar salarios y utilidades. Esto ultimo se hará, anunció Salinas de
Gortari el dos de diciembre, no con exhortaciones sino por la vía fiscal. Bienvenida sea tal decisión y la censura implícita a la actitud del gobierno anterior, que se limita a llamar a las conciencias de los empresarios, la mayor
parte de los cuales las tienen sorda.>. Sin embargo, al mismo tiempo el secretario de Comercio incurría en una confesión que con lo realista que es no deja de provocar desazón: siendo imposible el control de precios de los cinco
mil artículos que están sujetos a regulación, lo que se hará no es buscar los
mecanismos que lo hicieran posible, sino reducir sustancialmente el número
de tales productos. Se comenzará a vigilar rigurosa¡:nente los de los componentes de la canasta básica de consumo popular, que son unos sesenta, y
luego se aumentará la cifra hasta llegar cuando más a unos doscientos o trescientos. Eso significa, ya sea que se decrete así o no, que quizá unos 4, 700
artículos hasta ahora sujetos a precio regulado tendrán precios libres.
El programa de acción inmediata supone también una elevación de los
ingresos. El secretario Silva Herzog dijo el dos de diciembre que se presentará por fin el proyecto de supresión del anonimato en las acciones, para incrementar la captación fiscal. No hay sin embargo, incongruencia entre esta
medida progresista y el carácter fuertemente conservador (liberal en lo económico) del nuevo gobierno, ya que Silva Herzog avisó que habría matices
para que no se desaliente la inversión en esos títulos. De modo que pudiera
convertirse la iniciativa sólo en agua de borrajas, en placebo sin ninguna capacidad curativa. Igualmente se modificarán los impuestos indirectos. El
viernes tres no se conocía en detalle como operaría esta modalidad, aunque
es previsible que el IV A retorne a su concepción primaria, que establece tasas diferenciales según que los bienes gravados sean de lujo o de uso necesario.
De la Madrid avisó el primero de diciembre que se revisarían los precios
y tarifas de los bienes que produce el sector público, "con mayores aumentos
para aquellos que consumen los grupos sociales de más altos ingresos relativos". No fue así en el caso de la gasolina, en que se concretó el anuncio 36 horas después de formulado. En vez de que la Extra hubiese tenido un incremento proporcionalmente mayor que la Nova, ambas crecieron por igual,
un ciento por ciento. Así, la gasolina a la que alguna vez llegó a llamarse barata, cuesta ya veinte pesos, de modo que los tenedores de modestos Volkswagen (el automóvil de menor precio en el mercado: sólo cuesta cuatrocientos mil pesos) deberán desembolsar setecientos pesos cada vez que osen llenar
el tanque de su pequeño vehículo. Por lo demás, como siempre, parece no
haber otro medio en el corto plazo. Ya no se puede acudir al otro expediente
fácil, el del endeudamiento externo, y con responsabilidad el nuevo gobierno
se niega a echar a andar la máquina impresora de billetes, que agravaría la
inflación con el incremento del circulante. También con resposabilidad y
conciencia del Estado, De la Madrid explicó que la revisión de los precios y
tarifas era indispensable, pues "no podemos tolerar la quiebra de nuestras
empresas pública<;, patrimonio fundamental de la nación".
Cuando llegó al punto siete de su decálogo, De la Madrid volvió una y
otra vez la mirada hacia su izquierda. Pero no veía especialmente a su compañero de la escuela de leyes, diputado Mariano Piña Olaya, presidente del
Congreso durante diciembre, sino al expresidente José López Portillo. Porque entonces el nuevo Poder Ejecutivo condenó el populismo financiero y, de
hecho, anunció la desnacionalización de la banca. El asunto, como puede fácilmente advertirse, es de gran trascendencia.
Lo es, en primer 1ugar, respecto del discurso mismo. A lo largo de él ·
campeó un. notable ánimo de sinceridad, de realismo, de convicción auténtica. Pero en este punto no puede verse sino una contradicción, sino un recurso
para desmentir enseguida lo que se acaba de afirmar. Dijo De la Madrid, en
efecto, que "la nacionalización de la banca es irreversible". Para fortuna suya, había una prohibición general de aplaudir, de lo contrario los diputados
. y senadores, por lo menos, se hubieran volcado en ovaciones por esa afirmación y por la aparente continuidad entre esa actitud y la de López Portillo.
Este mismo debe haber sentido un instante de alivio luego del agobio que seguramente sufrió al oir el rechazo al populismo financiero. Pero el alivió duró lo que un suspiro, y los aplaudidores hubieran congelado su aplauso al escuchar, en abierto sentido opuesto a la contundente afirmación anterior, que
se propiciarán fórmulas para que los particulares participen en el manejo y
aun en el patrimonio de las instituciones bancarias. La marcha atrás: de
banca nacionalizada se transita a banca mixta, aunque para ello sea preciso
pasar por encima de la reforma constitucional, y más exactamente sobre una
adición que, de modo excepcional, habían introducido los diputados, destinada justamente a impedir el regreso de los particulares a la banca.
En el fondo, el problema es todavía más grave. Por una parte, muestra
una quiebra importante en la continuidad del régimen de la nacionalización
petrólera, ni siquiera el regresivo gobierno de Alemán se atrevió a modificar
el estatuto jurídico de la empresa estatal y si bien hizo intentos para asegurar
la participación de los particulares en la exploración, tiempo más tarde ese
resquicio fue cerrado. Adicionalmente, y a propósito de la misma industria,
un efecto de la mixtificación de la banca sería que indicara el camino a los
privados, que de ese modo insistirían en su petición añeja de que se les permita participar también en la explotación petrolera, así fuera como accionistas
de un Pemex disminuido a la condición de sociedad anónima.
El programa de acción inmediata incluyó también la reivindicación del
mercado cambiario. En ese momento, De la Madrid sólo lo sugirió pero al
día siguiente su muy próximo colaborador Carlos Salinas habló francamente
de que México ha perdido la soberanía cambiaría. Las correcciones en tal
terreno implicarán, a lo que parecía el viernes tres, la supresión de la doble
paridad y de su condición fija. Habrá, de hecho, una nueva devaluación,
que tal vez lleve al dólar a cotizarse alrededor de cien pesos. Las ventajas de
la estabilidad cambiaría se perderán y volveremos, otra vez, a donde estábamos.
El presidente De la Madrid dijo que no sería así, que no se intentará un
regreso imposible a la situación anterior a la crisis. Ojalá que sea así.
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Materia
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Crisis económica
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Devaluación
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Inflación
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Nacionalización bancaria
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Fraude electoral
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Desempleo
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Desconfianza gubernamental
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Crisis financiera internacional
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Elecciones presidenciales
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Política monetaria
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Persona o institución mencionada
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José López Portillo
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Miguel de la Madrid
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Gobierno Mexicano
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Secretaría de Hacienda
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Banqueros
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Empresas transnacionales
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PAN
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George Orwell