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Extensión
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1 foja
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Resumen
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La tortura en México es una práctica extendida que afecta a cualquier detenido, no solo a militantes políticos. Aunque se han propuesto leyes para combatirla, es necesaria una voluntad política firme para erradicar esta práctica y castigar a los responsables..
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Tipo
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Artículo periodístico
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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POR MIGUEL ANGEL GRANADOS CHAPA
Se presentaron, el viernes de la semana
pasada y el martes de esta, ante los diputados, el secretario de Hacienpa y el de
Programación y Presupuesto. Explicaron
los fundamentos de la política económica
del gobierno para el próximo año. Sus intervenc'iones fueron discutidas durante sesiones de larguísimas horas por los legisladores de los nueve partidos. A través de la
radio y la televisión se tuvo noticia directa
de esos acontecimientos, repetidos cada
año, y por medio de la prensa se pudo tener~ en los días siguientes, acceso a nuevas
informaciones y reflexiones sobre los temas
allí abordados.
En la feria de palabras en que consisten las comparecencias, es posible
hallar de todo, desde argumentaciones lúcidas que explican el porqué se
adopta tal medida ose deja de adoptar tal otra, hasta intentos de justificar lo
injustificable. No debemos desdeñar, en modo alguno, semejante ejercicio
político, parlamentario, pues mientras más estén sujetos los secretarios al
escrutinio público, mayor esfuerzo deberán realizar para realizar de manera
más adecuada su trabajo. Sin embargo, nos parece claro que la traducción
de lo que se dice en la Cámara al lenguaje propio de la gente común, la que
se afana por conseguir mejores modos de vida, o de contrarrestar los estragos
de la carestía tropieza con el obstáculo, insalvable casi, de que la realidad
cotidiana tiene escaso parentesco con las proposiciones formuladas en el
Congreso por los miembros del Gabinete económiGO.
Un hecho irrebatible es que los mexicanos están empobreciendo, en su
conjunto, como nunca lo habían hecho antes. Salvo un puñado de privilegiados, dueños de empresas que se cotizan en bolsa y cuyas . utilidades registradas en las lomjas bursátiles revelan crecimientos es trepitosos e
inverosímiles, la enorme mayoría de l9s mexicanos que trabajan hallan dificultades cada día mayores para completar el gasto. No es posible que en una
economía en .depresión se conozca el caso del propietario de una cadena de
mueblerías y otra de periódicos que en esos negocios haya amasado una fortuna calculada en mil millones de pesos. El dato es creíble porque lo difundió
la agencia noticiosa internacional UPI en la serie de informaciones aportadas
con motivo de la compra de esa misma agencia por el señor V ázquez Raña,
que en una sola operación invirtió e invertirá en los próximos años más de
la forma de tenencia de la tierra bajo la cual se-amparen de productos
agrícolas que no son regulados por las agencias gubernamentales. Estos
millones de mexicanos, sufrientes durante toda su vida, ni siquiera se pueden
dar el lujo de formular reclamaci<?nes legítimas, porque su invertebración social lo impide, y se añade a la suma de lacras que los hacen estar en la marginación.
Tal disminución de las capacidades adquisitivas afecta aun a sectores
que durante las últimas décadas fueron bien tratados por el modelo de desarrollo prevaleciente en nuestro país. Una familia de clase media, por
ejemplo, podía hasta hace unos cuantos años aspirar a la compra de un automóvil, o más de uno, con relativa facilidad. Hoy es imposible. El más barato
en el mercado cuesta ya cerca de dos millones de pesos, y aun los de uso
tienen precios inalcanzables para los sueldos prevalecientes en el mercado
donde este género de trabajadores se emplea. Uno de ellos, muy socorrido, es
el de las universidades y otros centros de enseñanza superior. A tal estamento
de la sociedad ha golpeado con especial rigor la reducción de la capacidad
adquisitiva de los salarios, con efectos multiplicadores de largo alcance.
Al ser elegido rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana, el doctor en ingeniería Osear González Cuevas subrayó la semana pasada la gravedad de ese fenómeno. Los mejores cuadros buscan salir de las instituciones universitarias en pos de mayores remuneraciones. Se quedan en
esas casas, por consecuencia, sólo quienes tienen muy acendrada conciencia
de la necesidad social del trabajo académico, o quienes por la especificidad
de su campo de acción o la insuficiencia de sus talentos no encuentran otro
lugar de trabajo que las universidades o sitios similare . El efecto que sobre
todo esto último produce sobre la calidad de la enseñanza es tan obvio que ni
siquiera es necesario razonar sobre su trascendencia.
Con todo, quienes tienen un empleo, por bajo que sea su remuneración
disfrutan de un privilegio, comparados con quienes ni siquiera alcanzan lugar en los mercados de trabajo. El número de jóvenes que arriban a la edad
productiva, con calificación o sin ella, y no hallan acomodo, es creciente. Su
problema es vital. No son cifras, simplemente. Son personas a las que la falta
de una ocupación les cierra el camino de su propia realización. ¿Cómo se
enfrenta a la vida un muchacho si deambula por las calles en búsca de un
empleo que no encuentra nunca, o si tiene que agotarse en largas esperas en
busca de una oportunidad?
Estos son sólo algunos de los temas que preocupan a la gente de la calle,
en relación con los asuntos discutidos en los días recientes en el Congreso. Se
trata de dos formas de ver una sola realidad entre las cuales no parece haber
conciliación posible. Por eso no es de extrañar que a la gente del llano no sólo
cuarenta millones de dólares en un neg~cio que no creará un solo empleo en
México, pero que se hace con dinero ganado aquí, mediante el esfuerzo de los
le resulten incomprensibles las explicaciones oficiales sobre· la crisis, sino que
incluso les provoquen irritación.
empleados del señor Vázquez Raña.
Sin duda establecer las causas de un fenómeno es avanzar hacia su tratamiento más adecuado. Pero a los mexicanos simples, como somos la mayoría,
nos importa menos conocer las circunstancias de la economía internacional
que han determinado nuestra propia crisis que hallar los remedios aptos para
enfrentarla. Este extremo es el que debiera quedar claro a las autoridades del
ramo. En materia de gobierno, como en casi todo los demás, las buenas intenciones no cuentan. Si la población no tiene empleo suficiente, y su depensa, cuando la hay, se queda cada días más insatisfecha, y por consecuencia la desnutrición y el hambre afectan a cada vez más personas, la sola
Salvo situaciones como la suya, decimos, y la de otras personas identificables, la muchedumbre de los trabajadores del campo y de la ciudad sufren
penuria creciente. El poder adquisitivo de los asalariados, dijo el Congreso
del Trabajo, se redujo durante 1985 en alrededor del80 por ciento. Para que
la capacidad de compra de quienes obtienen un salario se pusiera al mismo
nivel que el año pasado, se requeriría aumentar sus salarios en esa proporción, lo que no ocurrirá ni remotamente. Pero aun si ese fenómeno extraordinario tuviera lugar, sólo beneficiarl-a a una porción de quienes viven de su
trabajo, pues los no asalariados forman legión en nuestro país. Sobresalen
entre ellos los· jornaleros del campo, y !os cultivadores -cualquiera que sea
descripción de estos hechos constituye el juicio más acabado, y contundente,
contra una política económica.
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Materia
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Tortura
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Derechos Humanos
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Proyectos De Ley
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Represión Política
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Impunidad
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Violencia Policial
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Cárceles Clandestinas
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Seguridad Pública
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Violación De Derechos
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Sanciones Legales
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Persona o institución mencionada
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Gobierno De México
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Procuraduría Del Distrito Federal
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Antonio Martínez Báez
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Gonzalo Martínez Corbalá
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Manuel Villafuerte Mijangos
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Comisión De Derechos Humanos Del Senado
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Procuradora Del Distrito Federal
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Policía Mexicana
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Campo Militar Número Uno