-
Extensión
-
7 fojas
-
Resumen
-
En México, debido a la naturaleza de su sistema político, no se fomenta el debate abierto entre candidatos. Se señala que en otros países, los debates televisivos fueron decisivos en elecciones..
-
Tipo
-
Borrador
-
Clasificación
-
UAMC.MAGC.01
-
Sububicacion
-
Sobre
-
Texto completo
-
•
..
~especial ~ara El Norte, edición
Debate) de bate, que algo queda
de'~e
~
junio de 1 991
CJ~
mi guel ángel gra nados chapa
~ s~ ~ ~
/)JI/,~
A_ /
Uno de los rasgos de la de mocracia política es la c ompetenc i a electoral . NoE
resulta dif]cil ente nderlo cabalme nte porq ue la nuestra, la te ntativa de de mocracia en que he mos v i vido, excluye tal co mpete nc ia, o la ha pErmitido dentro
de lí mites rígidos . Pero para que a su vez se produzca la co mpete ncia se requie rJV
r~la
i nf or mación y la disc u sión, el debate de las ideas y los programas políti -
co s) así co mo el cotejo de perso nalidades de los ca ndidatos a puestos de
elecció n popular .
S
Si l as elecciones no son un mero ejercicio azaroto, en que se escoge for tuitame nte, tiene que haber un co nocimiento de las propuestas partidarjas, de
manera que los ciudada nos las comparen entre sí y aprecie n el grado de su viabi lidad . No basta, en efecto, e nunc i ar en un programa los bue nos deseos que a cadc
quie n se le puedan ocurrir, s i no enfrentar tales a nhelos co n l as posibilidades
reales de llevarlos a cabo.
Esa comparac i ón e ntre las ofertas políticas de las partes co n ten~~e n tes
puede hacer s e de diversas ma neras . Ciudadanos muy i nteresados en la participa -
-
ció n política - -que debiera mos serlo todos -- pueden allegarse la propaga nda res
pectivaJ y formul a r su pr opio cotejo, exami na ndo lo que cada quie n dice respecte
de te mas fu ndament ales . Ese papel pueden desarrollarlo tambié n los medios de
i ~ for maci ón J
que presenta n los criterios partidistas, a veces e n for ma de tabla~
que facilita D la compar ació n .
Pero nada sust i tuye la comparación directa que nace de la discusión entre
l os partic ipantes . Sobre todo en la época conte mporánea, e n que el conocimie nto
directo de los ca ndidatos resulta i mposible para las grandes muchedumbres de vo ta ntes, el que éstos se presenten ante el público, y sean cap a ces además de defE
-
der sus propias ideas y de rebatir los argume ntos de la parte co ntraria, consti
tuye un e l eme nto i ndispe nsable de la democracia . Eso ha sido visible en los paí ses
i ndua triales especialmente después de la segunda guerra mundial, Y e n ello
h a te nido un papel prepo ndera nte la televisió n .
debate/2
Claro que esa circunstancia agrega eleme ntos más allá de la politica que
puede n dist orsio nar el debate p~~pia me n te ideológico, programático . Es decir,
"(
cua ndo se acude a los medios de dif usió n colectiva, es preciso adher~se a las
formas propias de esos i nstrumentos, someterse a las reglas de su funcionamie nto, y aceptar las consec ue ncias correspondie ntes. De
hecho, la prese ntació n e n
• d e 1 os me d lOs
•
d e I'fUbimtLi?"l
.tu S /(J~OfJ-,
J 1 co n s t l• t uye un con d l·
•
púb lico, aun sin 1 a prese nc la
c!1n
cio nan te para un candid a toJ que puede i n troducir eleme ntos de juicio diversos
de los sustantivos. Es perfectame nte posible i magi nar a un candidato dotado de
las me j ores i ntencio nes, con capacidades tén nicas idó neas para convertir deseos
e ~ realidades, c on apimt ud para conocer el c orazó n de las pers onas y promover
s u participació n e n tor no de una idea, y que sin e mbargo) no te nga una aparie n cia atractiva y carezca de la capacidad de articular un discurso . Ese seria u n
mal ca ndidato) a unque se pudiera augurar que seria un buen gobernante . Y al con ·
trario, es posible c onocer prese ncias superficiales b~lantes, que imanta n a
sus a uditorios, y que no esconde n más que vacuas personalidades
inc~ces de
pro mover real me nte u n mejor destino para quienes los elija n/e ngañados por su
aparie ncia .
Los debates televisivos han sido determinantes de ciertas candidaturas
célebres . El se nador John F . Kennedy se abrió paso a la presidencia de l a s~
Esta~osA~nidos ve ncie ndo e n u na discusión al vicepresidente Pd;lard Nixo n hace
f
oco V\Aia f
~l'ttl
'""-("
~años. No sólo militaba e n co ntra de Nixo n su dureza facial (años
después, subrayando la cerrazó n de su barbaJ se le presentaba en carteles que
~
'
preguntaba n : ¿Le compraría ust e d un coche usado a este hombre?") J sino también
s u menor habilidad para explicarse, para desarrollar sus ideas .
Algo se mejante ocurrió más recientemente en Francia) cuando Miternand
aprovechó su experie ncia ante~ grandes públicos para batir a~
Jacques Chirac y quedarse en el Palacio del Eliseo por un periodo jamás alca nza ·
do a n tes en la historia .
-----~
En México carecemos de experie ncia e n tal se n tido~ no sólo por la natura leza de nuestra democracia de partido domi n an te~ sino también porque e n ge neral
los ca ndidatos no so n dados a la expresión oral . Durante mucho t:i. empo~ prospera
ro n los
jilgue~o s,
oradores que se e ncargaban de hablar e n nombre del candidato
e nocasio nes de relativa meoor importancia, para que~ evitar que aquel
se prodigara y ~ reservara su palabra para las gra ndes oportunidades . Y
n i pe nsar siq uiera e n un debate, ya no di ga mos en vivo y fre nte a las cámaras
o gran des~ auditorios~ si no ni siquiera e n las páginas de los periódicos .
En realidad, han sid • los candidatos del PRI los que han impedido que
se realice n debates político - electorales c ~ n toda la ga ma de los partidos pre se ntes en la Ci ntien da . En la campaña de 1932 , se re un ieron todos los candidato
preside nciales de la oposición e n u n desayuno orga n izad ~ por periodistas . Si
bien no hubo discusió n propiame nte hablando, ~ Pablo Emilio Madero, Arnoldo
Cándido Cerecero,
Martínez Verdugo ~ Rosario Ibarra de Piedra, /Manuel More no Sánchez e Ignacio
Gon zález Gollaz h icieron notable la ause ncia de Miguel de l a Madri d . Hace me nos
tie mpo , e n 1933 , el reportero Re né Delgado propuso a todos los aspirantrs 11
c. o V) te.f ~
Poder Ejecutivo respo nder un cuestionario que cada uno recibió . Lo r. ~¡;;!i: '1di croo
casi todos, y aparte de publicarse en el diario capitali no La Jornada, se reu n iero ~
los textos resultantes en u n volume n editado por Grijalbo bajo el sign i
ficativo título de La oposició n . Porque, en efecto, se co ntie ne n allí las vo ces de Cuauhté moc Cárde nas,
Ma nuel J .
C louthier~
Rosario Ibarra de Piedra, He -
berto Castillo (ya que l a e ntrevista le f ue realizada antes del retiro de su
caDdidat ura ) y Gumersindo Magaña, pero no la de Carlos Salinas, que respondió
con sile ncio .
Tan bue n debatidor como es, Salinas hubiera podido no sólo en ese debate
por escrito y a distancia, sino i ncluso e n uno vivo, salir airoso, porque arti ~
cula bie n su pe n samie nto y lo expresa co n viveza . Y sin embargo, las tradicio ne
y las i nercias lo apartan de un moder no modo de ejercer la democracia electoral
que no debiera ser ya ajeno para el partido guber na mental. Es verdad que éste
.
.
.' debate/4 ·
ac u diría
~ciertas desve ntajas a las discusiones a que se le invita, y por e so
h a solido ause ntarse . Tales desventajas, que por otro lado serían mí n ima co mpen
sació n del hecho de ser el partido del poder, derivan de que se examina n e n su
caso realidades que con frecue ncia no son dig nas de aplauso y no expectativas
sugere ntes, que so n ~ propias de la oposición . Con frecue ncia, los candidatos
del PRI no son los mejores e ntre sus compañeros, yues se les designa por proce dimie ntos que no tienen que ver con la democracia . Y, por eso mismo, no están
e ntre nados para la discusió n pública, que es flor exótica en los avatares del
quehacer priísta .
P&r eso ha sido sorpre ndente y saludable que en la presente temporada
electoral algunos candidatos priístas significativos hayan accedido a compare cer junto con sus antagon istas, e n foros públicos do nde se les pide que expo n ga n y aun debatan sus posiciones . En el Distrito Federal, por ejemplo , el muy
esc uchado Monitor de Radio Red, conducido por José Gutiérrez Vivó con siguió
¡VJ
que co ¡versaran entre sí, con el conductor Y. con el público, los aspira ntes
del PRI, el PAN y el PRD al escaño senatori1t Manuel Aguilera, Abel Vi, e ncio
Tovar y Heberto Castillo . Y ha sido en Nuevo León do nde por primera vez candi dat o s a la gub ernatura s on capaces de soste ner un debate que muestre cómo de
ma ner a civilizada es posible s o stener las propias co nvicciones, instar a otro s
a que las compartan y, sin embargo, convivir con quienes pie nsan de modo diver ~
.
so y propaga ndiz, ese modo de pe nsar .
Clar~
que se req uería la con jugación de varios factores, entre los cualE
la perso nalidad de los candidatos cue nta de modo sobresalie nte . A pesar de que
el proceso i nter no del que surgió su candidatura no fue el mecanis mo que
realm~
te lo condujo a la~ postulació n , Sócrates Rizzo es un aspirante moderno, que
debe legitimarse a nte los votant es, a fi n de termina r de borrar huellas de su
pasado,
~>//
~
e n lo ideológ ico como en su desarraigo personal de la e ntidad .
Cuenta co n la audacia que es caracte rística de la generación y del grupo
sali ni~
' d
circunstancias lo ·hicieron proclivE
ta a que perte nece, y la combinacio n e esas
•
..·
· debate/5
a entablar debate en que su presencia sea advertida por su auditorio como iden tificada plename nte con los valores y modos de ser de los nativos de Nuevo León
Rogelio Sada Zambrano, por su parte, es un demócrata convicto . Su participación
e n foros como la Asamblea para la Defe nsa del Sufragio Efectivo (Adese), de la
que más tarde se separó, y luego en el Consejo para la Democracia, enseña su
convencimiento de que esce narios do nde se expresen opin iones diversas so n ~tile
para el desarrollo de formas participativas en los asuntos
p~blicos .
Lucas de
la Garza, e n fin, ha podid o construirse un espacio que parecía imposible para
un partido como el que lo postula, gracias a su perte nencia real a la comunidad
regiomo nta na, a su conocj_miento de la clase política y empresarial de Nuevo
León y al hecho de que, luego de su caída en el camino de Damasco, está persua acabar con el dominio
dido de que es preciso
l PRI del que fue miembro .
~a comparenc ia de los tres ante los miembros de la Cámara de la Industria
de Transformación muest ra asimismo la creciente apertura de los empresarios a
oir las opciones que se presentan en el escenario electoral. Esa es una señal
de cómo la sociedad abierta requiere que sus segme ntos se abran también,
y~
se deje n ~ vencer por el prejuicio.
Digamos, por ~ltimo, que es notable, aunque sea normal, que el pluralis mo de la sociedad se exprese a través de esos candidatos y sus respectivos part
do s . En las próximas elecciones federales participarán hasta diez agrupaciones .
Y aunque muy pocas de ellas podrán siquiera prese ntar candidatos en todos los
la aparició n de
símbolos en
distritos,
as podría dar la impresión de que se tra
ta de alternativas raales. Salvo el PRIJ el PAN y el PRD, casi ninguna otra lo
es en realidad . EJt ocurre en términos nacionales y también en AMI Nuevo León.
Se trata de partifos de presencia precaria y rostros escuálidos (me refiero por
a
<2So'i
supuesto ~rasgos fisó nómicos en política, no a la faz de sus militantes),
que tie nen derecho a buscar el ase ntimiento de los ciudada nos . Pero casi ningur
de ellos, salvo los tres citados expresamente, podrán obtene rlo en las cifras
bastantes para permanecer e n el escenario político .
~
e> _J
.
/
o9 J.UN 1991 ~ NORTE
-MJGUELANGELGRANADQSCHAPÁ
., ,.
1 1
~ • ' .. ; !ot .' t ' ' •
•
. )ebate, debate, que algO queda
no de los rasgos de la democracia polltica es la competencia
electoral. Nos resulta dificil
entenderlo cabalmente porque
en la nuestra, la tentativa de democracia que hemos vivido, excluye tal competencia, o la ha permitido dentro de límites rlgidos. Pero para que a su vez se
produzca la comf1etencia se requieren
la Información y a discusión, el debate
de las ideas y los programas politicos,
asf como el cotejo de personalidades de
los candidatos a puestos de elección popular.
Si las elecciones no son un mero
ejercicio azaroso, en que se escoge fortuitamente, tiene que haber un conocimiento de las propuestas partidarias,
de manera que los ciudadanos las comparen entre sl y aprecien el gra<,lo de su
viabilidad. No basta, en efecto. enunciar en un pro~rama los buenos deseos
que a cada quten se le puedan ocurrir,
sino enfrentar tales anhelos con las posibilidades reales de llevarlos a cabo.
Esa comparación entre las ofertas politicas de las partes contendientes '
puede hacerse de diversas maneras.
Ciudadanos muy interesados en la participación politica -que debiéramos te un mejor destino para quienes los eli- cuUvo responder un cuestionario que
serlo todos- pueden allegarse la pro- jan, engañados por su apariencia.
·
cada uno recibió. Lo contestaron casi
paganda respectiva y formular su proLos debates televisivos han sido todos, y aparte de publicarse en el diapio cotejo, examinando lo que cada determinantes de ciertas candidaturas .rio capitalino La Jornada, se reunieron
quien dice respecto de temas funda- célebres. El senador John F . Kennedy lofl textos resultantes en un volumen
mentales . Ese papel pueden desarrolla- se abrió pasó a la presidencia de los Es- editado por GrijaJbo bajo el significa tirio también Jos medios de información, tados Unidos venciendo en una discu- . vo título de La Oposición. Porque, eq
. que presentan los criterios partidistas, sión al vicepresidente Richard Nixon efecto, se contienen allí las voces de
a veces en forma de tablas que facilitan hace poco más de 30 años. No sólo mili- · Cuauh~moc Cárdenas, Manuel J.
la comparación.
taba en contra de Nixon su dureza fa- . Clouthier, Rosario lbarra de Piedra ,
Pero nada sustituye la compara- . cial (años después, subrayando la ce- Heberto ·Castillo (ya que la entrevista
ción directa que nace de la discusión rrazón de su barba, se le presentaba en . le fue realizada antes del retiro de su
entre los participantes. Sobre todo en la carteles que preguntaban: " ¿Le com- . candidatura) y Gumersindo Magaña ,
época contemporánea, en que el conocí- prarla usted un coche · usado a este pero no la de Carlos Salinas de Gortari,
miento directo de los candidatos resul - hombre?") , sino también su menor ha- que respondió con silencio.
ta imposible para las grandes muche- · bilidad para explicarse, para desarroTan buen debatidor como es, Salidumbres de votantes, el que éstos se llar sus tdeas.
nas hubiera podido no sólo en ese deba presenten ante el público, y sean capaAlgo semejante ocurrió más re- te por escrito y a distancia, sino incluso
ces además de defender sus propias cientemente en Francia, cuando Mitte- en uno vivo, salir airoso, porque articuidcas y de rebatir los argumentos de la rrand aprovechó su experiencia ante la bien su pensamiento y lo expresa con .
parte contraria, constituye un elemento grandes públicos para batir a Jacques viveza. Y sin embargo, las tradiciones
indispensable de la democracia . Eso ha Chirac y quedarse en el Palacio del EH- y las inercias io apartan de un moderno
sido visible en los paises industriales, seo por un periodo jamás alcanzado an- modo de ejercer la democracia electoespecialmente después de la Segunda tes en la historia.
' ·
ral que no debiera ser ya ajeno para el
Guerra Mundial, y en ello ha tenido un
· En México carecemos de expe. partido gubernamental. Es verdad que
papel preponderante la televisión.
riencia en tal sentido, no sólo por la na- éste acuclirla con ciertas desventajas a
Claro que esa circunstancia agre- turaleza de nuestra democracla de par- las discusiones a que se le invita . y por
ga elementos más allá de la polltica tido dominante, sino también porque en eso ha solido ausentarse . Tales desvenque pueden distorsionar el debate pro- general Jos c¡¡ndidatos no son dados a . tajas, que por otro lado seria m~ nima
píamente ideológico, programático. Es la expresión oral. Durante mucho tiem- ··compensactón del hecho de ser el partídecir, cuando se acude a Jos medios de po prosperaron los jilgueros, oradores do del poder, derivan de que se examidifusión colectiva es preciso adherirse que se encargaban de hablar en nom- nan en su caso realidades que con fre a las formas propias de esos instrumen- bre del candidato, en ocasiones de rela- cuencia no son dignas de aplauso, y no
tos, someterse a las reglas de su funcio- . tiva menor importancia, para evitar expectativas sugerentes, que son pronamiento, y aceptar las consecuencias que aquél se prodigara y reservara su pías de la oposición. Con frecuencia los
correspondientes. De hecho, la presen- . palabra para las grandes oportunida- candidatos del PRI no son los mejores
tación en p,úblico, aw1 sin la presencia des. Y ni pensar siguiera en un debate, entre sus compañeros, pues se les dede los meaios de difusión, constituye un · ya no digamos en vtvo y frente a las cá- signa por procedimientos que rio tienen
condicionante para un candidato, que maras o grandes auditorios, sino ni ~i- que ver con la democracia. ~, por eso
puede introducir elementos de juicio di- · quiera en las páginas de los periódicos, . mismo, no están entrenado~ para la
versos de los sustantivos. Es perfectaEn reaHdad, han sido Jos candida- \· discusión pública, que es flor exótica en
mente posible imaginar a un candidato tos del PRllo que han impedido que. se, : los avatares del quehacer prilsta.
dotado de las mejores intenciones, con ··, reali~en debates politlco-electorales · ! ·. ·,. ·"i · Por eso ha sido sorprendente y
capacidades técnicas idóneas para con- .~ con toda la gama de los partidos pre- \ · saludable que en la presente temP.Oravcrtlr deseos en realidadesi con aptitud sentes en la contienda. En la campafia 1 da electoral algunos candidatos prüstas
para conocer el corazón de as personas de 1982 se reunieron todos los candida- '! significativos hayan accedido a compay promover su participación en torno a tos presidenciales de la oposición en un ¡ recer, junto con sus antagonistas, en founa idea, y que, sin embargo, no tenga desayuno organizado por periodistas. Si . · .·ros públicos donde se les pide que exuna apariencia atractiva y carezca de bien no hubo discusión propiamente ha- pongan y aun debatan sus posiciones.
la capacidad de articular un discurso. blando, Pablo Emilio Madero, Arnoldo ~ En el Distrito Federal,-por ejemplo, el .' \
Ese seria un mal candidato, aunque se Martínez Verdugo, Rosario lbarra. de .: muy escuchado Monitor de Radio Red ,
pudiera augurar que seria un buen go- Piedra, Cándido Cerecero, Manuel Mo-' · conducido por José Gutiérrez Vivó, consiguió que conversaran entre sí, con el
bernante. Y al contrario, es posible co- reno Sánchez e Ignacio González Collaz
conductor y con el público, los aspirannocer presencias superficiales brillan- hicieron notable la ausencia de Miguel
tes. que imantan a sus audi torios, y que de la Madrid. Hace menos tiempo, en
tes del PRI, el PAN y el PRD al escaño .
no esconden más que vacuas personali- 1988, el reportero René Delgado propusenatoriál, Manuel Aguilera, Abel Vidades incapaces de rtromover realmen- so a todos los aspirantes al Poder Ejecencio Tovar y Heberto Castil;lo. Y h~
-
lB
'
...
sido en Nuevo León doude por primera
vez candidatos a la gubernatura son capaces de sostener un debate que muestre cómo de manera civilizada es posible sostener las propiás convicciones,
instar a otros .a que las compartan y,
sin embargo, convivir con quienes piensan de modo diverso y propagandizan
ese modo de pensar.
Claro que se requerla la conjugación de varios factores, éntre los cuales , la personalidad de los candidatos
cuenta de modo sobresaliente. A pesar
de que el proceso interno del que surgió
su candidatura no fue el mecanismo
que realmente lo condujo a la postuladon , Sócrates Rizzo es un aspirantf;!
moderno , que debe legitimarse ante los
votautes, u fin de terminar de borrar
huellas de su pasado , asl en lo ideológico como en su desarraigo personal de
la entidad . Cuenta con la audacia que
es caracterlstica de la generación y del
grupo salinista a que pertenece , y la
combinación de esas circunstanci;:¡s Jo
hici eron proclive a entablar debate eh
que su presencia sea advertida por su
audilor.io como identificada plénamel"\te con los valores y modos dé ser de los
ualivos de Nuevo León. Rogelio Sada
Zambrauo, por su parle, es un demócrata convicto. Su participación en foros como la Asamblea para la Defensa
del Sufragio Efectivo (Adese), de la
que más tarde se separó, y luego en el
Consejo para la Democracia , ensei'la su
convencimiento de que escenarios donde se expresen opiniones diversas son
titiles para el desarrollo de formas participativas en los asuntos públicos . Lu. cas de la Garza , en fin, ha podido construirse un espacio que parecía imposi ble para un partido como el que lo postula. gracias a su pertenencia real a la
comunidad regiomontana, a su conocimiento de la clase poHtica y empresari al de Nuevo León y al hecho de que,
luego de su calda en el camino de Da masco. está persuadido de que es preciso acabar con el dominio del PRI del
·
que fue miembro.
La comparecencia de los. tres
ante la Cámara de la Industria de
Transform ación muestra asimismo la
creciente apertura de los empresarios
a oír las opciones que se presentan en
el escenario electoral. Esa es una señal
de cómo la sociedad abierta requiere
que sus segmentos se abran tamb1én, y
no se dejen vencer por el prejuicio.
·
Digamos, por último, que es notable, aunque sea normal, que el pluralismo de la sociedad se exprese a través·
de esos candidatos y sus respecti:vos
partidos. En las próximas elecciones
federales participarán hasta diez agrupaciones. Y aunque muy pocas de ellas
podrán siquiera presentar cadidatos et:t
.todbs los distritos, la aparición de sus
símbolos en las boletas podrla dar la
impresión de que se trata de alternati~ ,
vas reales. Salvo el PRI, el PAN, y el ··
PRD, casi ninguna otra lo es en realidad. Eso ocurre en términos nacionales
y también en Nuevo León. Se trata de
partidos de presencia precaria y rostros escuálidos (me ref1ero por supuesto a esos rasgos fisonómicos én polítict:f,
no a la faz de sus militant~s), que tienen derecho a buscar el asentimiento
de Jos ciudadanos . Pero casi ninguno d.ir,
ellos, salvo los tres citados expresa~
mente. podrán obtenerlo,
las ci(ras
bas~antes para wrmanec~~ en el .esce: .
nano político.
·· · ·.
en
r:J
\'•
\
-
Materia
-
Elecciones
-
Candidatos
-
Debates
-
Persona o institución mencionada
-
John F. Kennedy
-
Estados Unidos
-
Richard Nixon
-
Francia
-
Mitterrand
-
Jacques Chirac
-
México
-
PRI
-
Pablo emilio Madero
-
Arnoldo Martínez