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Extensión
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4 fojas
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Resumen
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Se analiza tres desafíos clave para el segundo trienio de Salinas : la reforma política pendiente, el impacto del narcotráfico en la sociedad, y la necesidad de disminuir el presidencialismo. Destaca el descontento con el sistema electoral y la corrupción asociada al narcotráfico como problemas cruciales para el futuro político de México..
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Tipo
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Borrador
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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especi a l para El Norte, edición del primero de noviembre de 1991
@
Desafíos del
segu ndo trie n io
mi guel á ngel granados chapa
No sólo de libre comercio vive un país, ni de los temas relativos se nu tre la opi nión púb lica . Si bie n la n e gociació n respectiva, los aprestos para
s u aprobac i ón en los Congresos respectivos, y el encaramiento de .su puesta e n
vi gor constltuirá n porc ió n s ustantiva de l a a ge nda mexicana en el s egundo trie n io de l a a dmi n istració n Sali nas, otros te mas políticos serán i n soslayables .
Qu iero a notar aquí tres de ellos, de capital importancia para el futuro nacio nal . El primero concier ne a la reforma política que está a faltar; el segundo
es una derivació n del a nterior, o su capítulo más i mportante, t anto que cobra
di me nsio nes propias . Y el tercero se refiere al narcotráfico, a s u capacidad
de per mear la sociedad mexicana, de intimidarla y c orromperla, y aun de llegar
a re g irla .
Si se corn idera el resultado for mal de las eleccion es federales de med i o
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sexe nio, y los porce nta j es de popularidad que dan a l Presidente Sa linas las
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e ncuestas
or ga n i z ~as
en Méx i co o desde el extran j ero, se creería que la ciudada
nía está a tal punto satisfecha con el sistema político, que más vale, como es cribió Cerva ntes,
~o
me nealle, dejar las cosas como están . Habría un grave erro
~
de percepción e n esta po s tura, una miopía imperdo,able e n un estadista . Es cla ro que el clamor mundi a l por de mocracia y libertad no puede ser aje no a México,
y de hecho no lo es . J unto a aquellos signos de co nfor midad y aun e ntusias mo
con lo qu e sucede e n la política mexicana, se pueden e numerar otros e n se ntido
electoral
contrario . La abstenció n/misma es digna de ser ate ndida . No vale, para conside rar su importancia, citar el caso de países i ndustriales donde es i gual o aún
satisfecha por un largo
mayor . Allí suele tratarse de abstención ~ x~ ejercicio electoral .
Es decir, se trata de u n fe nómeno de regreso, desde metas ya cumplidas . En nues
tro caso, se trata deroNtaxxNNxxi~xNxxx~xHx un fe nóme no de ida, y por lo tanto
el ries go es que no alcane e mo s las me t as, por desfallecimie nto i noportuno .
désafíos/2
Ac a ba de co ncluir el proceso electoral . En sus fases de litigio y de cali
ol
fic ació nJ fue duramente i mpugnado por 1~
-yvpos ~
pos i c l onJ i ncluido el PAN que había
llegado e n 1 990 a i mporta ntes acuerdos políticos c on el gob ier no . Se prese nta ron más de cuatroc i e ntos recursos de i nco nformidad a nte el Tribunal Federa l Ele<
tor a lJ y dos tercios de los distritos a meritaron discusión , agria y prolongada,
o
e n el cole g io electoral . No es pura quejumb re o rutina lo que prrueve esas acti
tudes. Mientras que el sistema electoral no sea un mecanismo para dirimir con flictos sociales, s ino que sea él mismo fuente de conflicto) estaremos en deuda
con la democracia .
Tambié n lo estar~ e mos si el preside ncialis mo no dis mi nuye . Estamos ahora
fre nte a la te nde ncia co ntraria . La posición del Preside nte Salinas a nte la opi
n ió n pública ha e nge ndr a do ya el ries go de u n repunte de la posición excesiva me nte protagó nica que tie ne el Presidente e n el sistema político nacio nal . Basté
se habla de reelecc i ón , e n un claro caso de miopía política . Aun concediendo quE
f uera deseable la perma nencia de un alto fu ncionario e n su cargo, por sus méri tos indiscutib les, co nceder el mis mo p eneficio a hipotéticos personajes por ve n ir, que pueden no ser tan encomiables, es una~ a ct i tud i nmediatista ~MH c uyé
1\Á
ad opción puede dañ a r el f u turo . Se trata de una te ntación cuyo ver imiento debe
ser uno de los principales retos del Presidente .
Otro ha de s er la refor ma de su propio partido . Después de la decimocuarta asa mblea del PRIJ el partido mudó muy poco s us gestos y sus convicciones . La
de mocracia i nter na está a faltar, y e n esa virtud los candidatos responde n a
i ntereses que no so n los de los milita ntes . El ince ndio de una oficina priísta
e n u na ciudad gua najuatense puede ser considerado accidental, mera anécdota . Pe-
ro c a so revela i nco nfor midades profundas con un partido que se ha manejado desdE
arriba y qu e debe ser gest i onado a partir de las necesidades de la base, para
que la verdadera competencia de partidos, requisito de la reforma política
ge ner a l, no tome al PRI, o al partido que lo reemplace, desentre nado e n artes
de de mocracia i nter na, que es fue nte de e nergía y no, como hoy se crEe, de des estab ilizació n .
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desafíos/3
Nadie se asombre de que se incluya e n estas líneas al narcotráfico y sus
sec uelas . Se trata de un fe nóme no de poder, es decir, político . Cada vez es más
claro que el desarrollo i nevitable del negocio de las drogas concluye en la tome
f"J S JVI~C/1~ W1 l'111 f.-e. j>rt?r'
del mando estatal, ~~orrupció n, en su adulteración . La inimagmnab le dime n sión fi na nciera de esta actividad , la eficacia de sus sistemas de lavado de di n ero, le otorga n una dinamicidad que no es igualable por la capacidad guberna mental ~ para po nerle coto . Se trata de una lucha de poder a poder, que va
sie ndo perdida por el Estado y por l a ley .
Ello es así porque los i nstrumentos e ncargados de Eepeler las agresiones
de la violencia asociada al narcotráfico suelen estar en la mira del narcopoder
para i n fluir sobre ellos y aun apoderarse de sus decisiones . No es casual que
aume nte n las evide ncias de que age ntes policiacos, federales o estatales, en ve¿
de combat ir el narcotráfico 1 lo prote.§Qn . Sl el procurador de justicia de So nora,
que lo fue por casi tres años, está hoy prófugo de la justicia) no es sólo porquE
a..
careciera de u n~ co ncienc ia sólida . Su problema no es moral, sino político . Co nE
ti tuye l a evide ncia de la direcció n que to ma n las acciones del narcopoder: ya
no basta amagar a l a s autoridades para que de n curso libre a los negocios de laE
dro gas ; hay que ocupar el pa pel de esas autoridades, especialmente las judiciales o policiacas, para que no sólo no haya persecusión si no aliento y auspicio .
El dile ma atroz de la uarcoviolencia : plomo
~lata, es decir, muerte o
corrupció n, tée ne que ser e nfre nt ado por el gobierno salinista e n los próximos
cv
años, porque s u di me nsió n política se acentuará y aho n~á. Es ~ aro que el es fuerzo requerido, el valor necesar io, hacen que la tarea sea hefúlea, semejante
a limpiar los est ab los de Augias . Pero no queda más re me dio que e mprender esa
í mproba l abor . Las omisio nes serán suicidas . Y ni s iquiera en el me diano plazo,
cuando hayan ya tra nscurrido los tres años que restan de la prese nte administra·
c ión . No e ncarar los efectos políticos del narcotráfico causará daños i nmediato¡
a los omisos i nclusive .
~ t'dl/,.{1;~~) f!rYn'(YIJ -
(~1!3)
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Materia
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Reforma Política
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Narcotráfico
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Popularidad Presidencial
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Sistema Electoral
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Reelección Presidencial
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Democracia Interna
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Corrupción
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Abstención Electoral
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Poder Estatal
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Seguridad Pública
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Persona o institución mencionada
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PRI
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PAN
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Tribunal Federal Electoral
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Sonora
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Cervantes
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PRD
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Cámara de Diputados
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Confederación Nacional de Organizaciones Populares