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Extensión
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4 fojas
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Resumen
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Se discute el riesgo de que la transición de Jorge Carpizo de la CNDH a la PGR afecte la justicia. Destaca la corrupción persistente en la policía judicial y la preocupación por el nuevo nombramiento de Jorge Madrazo en la CNDH, sugiriendo que la falta de independencia podría perjudicar la causa de los derechos humanos..
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Tipo
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Borrador
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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especial para El Norte, edición del 24 de enero de 1993
Carpizo, la justicia y
los derechos humanos
miguel ángel granados chapa
Es imposible, y sería irresponsable, asegurar que el
saldo neto del tránsito del doctor Jorge Carpizo de la
Comisión Nacional de Derechos Humanos a la Procuraduría
General de la República sea perjudicial para la noble causa
que abanderó en los dos años anteriores. Pero ese riesgo
existe, y es preciso tenerlo presente.
En primer lugar, hay que ver si la solidez profesional
como jurista, y la reciedumbre ética de que ha hecho gala en
sus actuaciones públicas el antiguo rector de la Universidad
Nacional, son por sí mismas garantía de que su esfuerzo será
fructífero . Por desgracia, se puede aventurar que la
respuesta es negativa. El mismo, al tomar posesión de su
cargo, dijo que debía ser juzgado por los resultados y no por
las intenciones. Propongo que, al contrario, al considerar
los frutos de su tarea, se anteponga el ánimo con que esa
labor fue emprendida, a lo que de ella resulte.
Algunos abogados notables han pasado por la
Procuraduría, y sin embargo de ello los ciudadanos han podido
percibir un constante deterioro en la procuración de
justicia, especialmente en lo que hace al comportamiento de
la policía judicial y el ministerio público. Precisamente
acaba de fallecer don Antonio Rocha, que luego de ser el
abogado general de la Nación se convirtió en gobernador de
San Luis Potosí y posteriormente sería ministro de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación. Como Ejecutivo potosino, tuvo
a su cargo la colocación del bálsamo que hizo cicatrizar las
heridas abiertas en el sexenio anterior por la acción
arbitraria del gobierno que combatió con saña a los navistas.
El temple jurídico y la probidad personal de Rocha, que en
otras de sus funciones mostraron sus altos rendimientos, no
fueron bastantes para impedir las transgresiones a la ley de
no pocos miembros de la Procuraduría. Y eso que el ascenso
de l narcotráfico no afectó su periodo del modo brutal con que
después apareció en la escena pública.
La trama de intereses urdida a lo largo del tiempo
dentro de la policía judicial federal ha hecho en extremo
difícil la corrección de sus acciones. Lo sabe bien el doctor
Carpizo. Muchas de las recomendaciones que emitió, y de las
cuales la oficina hoy a su cargo fue la principal
destinataria, no se acataron por la red de protecciones
mutuas que, a despecho de las autoridades superiores, tiene
una eficacia mayor que las mejores intenciones reformadoras.
Acaso porque, como prescribe el Evangelio, son más sagaces
los hijos de las tinieblas que los hijos de la luz.
Precisamente en esa circunstancia se observa un enorme
riesgo para el doctor carpizo, en lo personal, sí como para
la necesidad de mejorar la procuración de justicia. Se le
envió, entre otras misiones, a buscar el cumplimiento de sus
recomendaciones, a que no se limitara a detectar el problema
sino a eliminarlo también. Pero esa delicada tarea tiene un
haz y un envés. Claro que nadie como Carpizo, diagnosticador
certero, conoce dónde debe apretar para que brote la
podredumbre. Pero de su familiaridad con la corrupción,
conocida a través de las indagaciones que sustentaron los
documentos que antes envió a la Procuraduría, se desprende al
mismo tiempo la raíz de su ineficacia. Es seguro que muchos
miembros de las corporaciones que ahora dependen del
Procurador lo tengan como enemigo, lo teman y lo odien.
Pensemos, por ejemplo, en el caso del comandante González
Treviño, acusado del homicidio de Norma Corona, la activista
sinaloense de los derechos humanos, asesinada en las calles
de Cualiacán. Una primera recomendación al respecto, donde se
señalaba como sospechoso a González Treviño, se produjo
mientras continuaba al frente de la judicial federal en la
capital de Sinaloa. La recomendación tuvo como resultado,
solamente, el traslado de González treviño al estado de
Guerrero. He allí el origen de esta situación dramática: un
comandante policiaco es puesto en entredicho por la Comisión
Nacional de Derechos Humanos, y no se le separa de su cargo
ni se inician averiguaciones en su contra. Sólo se le coloca
en otro lugar. Cuando una nueva recomendación no dejó ya
lugar a dudas, y se inició proceso en su contra, no sólo por
el homicidio de la abogada Corona sino por otros delitos, a
González treviño se le detuvo precisamente en su oficina, en
el ejercicio de su alto cargo. Para que se mantuviera allí
mientras se realizaban pesquisas que lo tenían como centro de
interés, fue preciso que operara en su favor un mecanismo que
no ha sido suprimido.
Si no en la parte superior, a los lados y por debajo de
González Treviño debió haber complicidades, contubernios,
inercias que consiguieron su preservación en el desempeño de
altas responsabilidades. Nada asegura que esos ingredientes
hayan desaparcido. de modo que personas directamente
afectadas por la acción de Carpizo están ahora bajo sus
órdenes. Y él ignora quiénes, y en qué grado, participan de
los comportamientos e intereses que se propone combatir. Si
empleamos la metáfora del terreno minado para ilustrar el
riesgo en que se encuentra, quizá nos quedamos cortos, pues
los explosivos sembrados en un camino dependen del azar: si
la presunta víctima los pisa provocan su daño, pero no en
caso contrario. En cambio, los agraviados, directamente o no,
por las actuaciones previas de Carpizo están dotados de
movilidad, pueden acechar el momento en que sea posible
cobrarse las deudas de que, a su juicio, son acreedores.
El domingo 10 de enero, uno de los suplementos de The
New York Times reprodujo un cartón de Kall, dibujante del
Sun, de Baltimore, aplicable enteramente a la situación que
describimos. Aparece, en el lado izquierdo, un Clinton
infantil, con carga ingenua, montado en un caballo de cartón,
acompañado por sus colaboradores, una pequeña tropa
igualmente candorosa e indefensa. Enfrente, un rudo vaquero,
de mucho mayor tamaño que sus interlocutores, que significa
el Poder, se vuelve hacia sus cómplices (otros temibles cow
boys que representan diversos intereses ilegítimos) y les
dice burlón: "¿Ya oyeron? ¡Dicen que quieren cambiar las
cosas!"
Naturalmente. sería irresponsable, y dericvaría en una
parálisis socialmente perniciosa, admitir que frente a los
males sociales nada hay que hacer pues provienen de fuerzas
superiores a las que quieren suprimirlos. En situaciones corno
esta, cabe perfectamente aplicar expresiones corno la de
Gramsci, que opone al pesimismo de la inteligencia el
optimismo de la voluntad, es decir actuar a sabiendas que es
imposible corregir desviaciones pero trabajar en ese empeño
corno si fuera posible. O, corno también se dice, construir
sobre arena corno si se construyera en tierra firme.
Sin embargo, es posible que uno de los instrumentos
destinados a mejorar la procuración de justicia sea menos
eficaz en perjuicio de la acción de Carpizo. Me refiero a las
eventuales consecuencias de que haya sido nombrado para
sustituirlo el doctor Jorge Madrazo. Ya desde que asumió la
presidencia interina, organismos no gubernamentales de
derechos humanos hicieron notar la irregularidad política, no
legal, en que con tal situación se incurría. Con mayor razón
sus temores pueden hacerse realidad una vez que el consejo de
la Comisión Nacional de los Derechos Humanos propuso, el
Presidente aceptó y la Comisión Permanente ratificó, su
nombramiento como Presidente para un periodo de cuatro años,
conforme lo marca la ley.
Madrazo ha realizado una carrera estrechamente vinculada
con la de Carpizo. En más de una oportunidad, y durante
periodos prolongados, ha sido su colaborador, o lo ha
sustituido con el obvio apoyo del ahora Procurador General de
la República. Dado que esa oficina ha sido, corno dijimos, el
principal receptor de recomendaciones de la Comisión, hubiera
sido saludable que se estableciera plena independencia entre
los dos organismos. Ahora no la hay. No podernos adivinar, ni
tendríamos fundamento moral para hacerlo, que la Comisión
examinará de ahora en adelante con lenidad la actuación de la
Procuraduría. Pero el vínculo amistoso, personal, entre los
dos Jorges que encabezan tales oficinas no será irrelevante.
,
Si de él se deriva alguna benevolencia para actuaciones
nocivas de agentes dependientes de la procuraduría, la causa
de los derechos humanos quedará mal servida.
Ya el hecho mismo de que a poco de nombrado (pues la
vigencia de la nuueva ley obligó a designarlo conforme a la
legislaGión auspiciada por él mismo) Carpizo aceptara su
tránsito de vigilante a vigilado, provocó reacciones adversas
en los sectores sociales y académicos avocados al estudio y
promoción de los derechos huamnos. Nadie podría predicar un
angelismo ingenuo, que obligara a los ombdusman a abstenerse
de ingresar en otras instancias del gobierno.Pero Carpizo
habíagenerao expectativas que a los ojos de muchos quedaron
frustradas. Con mayor razón se impuso esa sensación cuando no
puso su autoridad moral al servicio de que dirigiera la CNDH
una persona ajena a ella, sino su más cercano colaborador. Lo
primero tendría la desventaja de desestimular a quienes se
han entregado a ella, pero generaría al contrario la ventaja,
socialmente más importante, de no mantener vínculos que
atenuaran el rigor de la supervisión) .
Por el bien de todos, esperemos que estas previsiones
enturbiadas por el escepticismo se estrellen contra una
realidad mejor que la imaginada aquí.
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Materia
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Procuración de Justicia
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Corrupción Interna
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Recomendaciones Ignoradas
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Cambio de Cargo
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Expectativas Frustradas
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Persona o institución mencionada
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Jorge Carpizo
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Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH)
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Procuraduría General de la República (PGR)
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Antonio Rocha
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San Luis Potosí
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Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)
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González Treviño
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The New York Times
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Kall
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Jorge Madrazo