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Extensión
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1 foja
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Resumen
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Se plantea la preocupación por actos de violencia social en Ciudad Netzahualcóyotl, aparentemente desencadenados por la crisis económica. Se menciona la posibilidad de que se trate de acciones de un comité de acción directa o simplemente de asaltos pandilleriles disfrazados. Se reflexiona sobre las causas subyacentes de estos actos, como el encarecimiento de productos básicos por parte de intermediarios, lo que podría llevar a acciones desesperadas por parte de consumidores desfavorecidos. Se argumenta que estas acciones reflejan una lucha entre los desposeídos, pero se enfatiza la necesidad de abordar las condiciones subyacentes que perpetúan este fenómeno, como el tratar a los comerciantes que encarecen los productos como héroes civiles..
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Tipo
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Artículo periodístico
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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Con Intención Cordial
Reproche Impertinente
a Juan José Arreola
Por MIGUEL ANGEL GRANADOS CHAPA
E
STE artículo consta de una
doble insolencia, una de
cuyas vertientes sólo lo es
en apariencia . Se trata de formular
un reproche impertinente a .Juan
José Arreola, el escritor genial na·
cido en Zapotlán , Jalisco, con una
intención cordial. Desde un cierto
punto de mira, no tendríamos dere·
cho a formularlo, porque f!n apa·
rienda entraremos en el rampo de
las decisiones personalísimas del
autor del "Confabulario" . Pero ya se
verá que no es así, porque él es un
hombre público; el reproche se re·
fiere a actividades públicas y apela a
responsabilidades públicas. La inso·
lencia verdadera se reduce, enton·
ces, si consideramos que no somos
nadie para llamar la atención a
Arreola . Y aún así, podríamosrespon·
der que lo hacemos desde nuestro
lugar de antiguos lectores de la .
prosa genial de don Juan José.
Ocurre que, como todo el mundo
ha visto, Arreola ha caído en las
garras de la publicidad . En la televi·
sión y en los diarios, aparece anun·
ciando una colección de libros. Pero
eso es sólo apariencia . En realidad ,
lo que publicita es la tienda en ge·
neral donde tales obras se venden .
Eso destruye la posibilidad de que el
escritor estuviera poniendo , legíti ·
mamente, su nombre y su fama al
servicio de una tarea noble, como es
la difusión de la literatura . Se le está
usando para labores hasta ahora
reservadas a modelos mercantiliza·
dos. Y aJ ponérsele en tal condición
se mercantiliza a Arreola y a todo lo
que representa .
Arreola , en efecto, no es respon ·
sable sólo de sí mismo. Es un hom·
bre con responsabilidades hacia los
demás, porque él mismo lo ha que·
rido así. La generación que hoy' anda
entre los treinta y los cuarenta años
aprendió, en mucho, a leer leyendo a
Arreola . Muchos jóvenes autores
hicieron sus primeras armas litera·
rías ya como discipulos directos de
don Juan José o imitándolo antes de
encontrar su estilo, sus figuraciones
propias. Y esos alumnos directos o
indirectos han prolongado hasta sus
propios discípulos el magisterio de
Arreola , pues lo hacen leer a quienes
hoy ocupan las aulas de las escuelas
medias y superioress.
No pudo nunca quejarse Arreola
dP haber sido un autor marginal. Sus
obras están entre las más difundí·
das. Cuenta entre los pocos que han
sido ed itados por más de una em·
presa , destinadas las obras en uno y
otro casos a públicos diversos, lo que
aumentaba el alcance del escritor.
Sus talleres literarios, sus clases , la
multitud de conferencias que ofreció
beneficiaron a miles de personas,
una cifra todavía más amplia que la
de quienes tuvieron acceso a sus
libros.
Con todo , fue acogida universa l·
mente, como una gran idea, la que
tuvo el Canal 13 de llamarlo a la
televisión . Era muy conocido el he·
cho de que, siendo un notabilísimo
escritor, las facultades de Arreola
para la exposidón verbal eran , si
cabe, todavía mayores. Por eso sus
charlas de i'H ro de los noticiario s
produjeron un intenso efecto entre
el público del canal gubernamental.
No había sido casual que fuera esa
institución y no otra la que llamara a
Arreola ante las cámaras . Se había
formulado y puesto en práctica en·
tonces, alli , un proyecto político ,
como ti en e que ser en tratándose de
un órgano de difusión en manos del
Estado; y porción fundamental de
este proyecto consistía en propagar
la reflexión elevada , la expresión rica
y nutritiva .
De allí, Arreola marchó al Canal
11 , donde su presencia quedó refor·
zada por la vehemencia inteligente
(¿o inteligencia vehemente?) de An ·
geles Mastretta , en unas esplénd l·
das " Memorias imprbvisadas " del
jalisciense. De allí lo arrancó la tele·
visión mercantil. La televisión mer·
cantil , bien lo sabemos, es el anti ·
midas. No todo lo que toca lo con ·
vierte en oro sino en materias que el
buen gusto impide nombrar pero
cuyos hedores todos conocemos. En
una lamentable tentativa de repro·
ducir el formato del programa que
hizo en elll , hoy el maestro Arreola
está convertido en pat iño de un a
hermosa dama que t iene mu cho
" charm " y que estaría bien para
anunciar cosméticos, ma s no para
entablar una conver sación lúc1d a
con el escritor. Siendo así, Arreo la ha
quedado recudido a simple aparien·
cia , a pum "show " trivial e intras·
cendente .
Y como eso es un tobogán, ahora
ya anuncia gé nP:ros mercantiles. Se·
ría hora de detenerse. Eso ped imos.
Perdón por la 1mpert1nencia
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Materia
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Asaltos de todos contra todos.