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Extensión
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1 foja
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Resumen
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Discurso pronunciado por el médico Belisario Domínguez durante una sesión del Senado el 23 de septiembre de 1913 donde denunció la presidencia de Victoriano Huerta, quien había llegado al poder mediante la traición y el asesinato del presidente y vicepresidente legalmente elegidos. Advirtió sobre la peligrosidad de Huerta y llamó al Congreso a poner fin a su dictadura. Aunque no pudo terminar su discurso debido a su secuestro y posterior asesinato, sus palabras fueron difundidas gracias a una joven impresora. Se compara la valentía de Domínguez con la postura menos confrontacional de Fidel Velázquez, secretario general de la CTM, quien abogó por la lucha ideológica pero también advirtió sobre responder con violencia si la organización obrera era agredida..
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Tipo
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Artículo periodístico
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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5 septiembre 1979.
el universal
~sendas en el Informe
La CTM,
Desoída
Por MIGUEL ANGEL GRANADOS CHAPA
L calor de la crisis económica,
la Confederación de Traba·
jadores de México ha sido el
sector más sensible en su función de
captar las aspiraciones de las persa·
nas a las que congrega . Por consecuencia, de entre los que forman el
PRI ha sido el único capaz de formular programas coherentes con sigo mismos, que se supone debe·
rían ser atendidos por el PRI mismo,
en tanto que se ha definido como un
"partido de los trabajadores" , y por
el Gobierno, que en este segmento
social encuentra uno de sus apoyos
más evidentes.
A
Sin embargo, no ha sido así. Dos
magnas reuniones ·cetemistas, una
en 1978 sobre la reforma económica
y otra en 1979 sobre el desarrollo
rural. aparte las resoluciones del
Consejo Nacional de la CTM·. han
producido exigencias de acciones
gubernamentales que, sin embargo ,
cayeron en tierra estéril.
En efecto, una ausencia notable
en el tercer informe presidencial lo
constituyó la referencia a los plan teamientos cetemistas . Uno en tiende que eso ocurra con formula ·
cienes disidentes. pero es menos
comprensible que no haya conexión
entre las proclamas del sector obrero oficialista y las del Gobierno
que si bien no debieran reaccionar
mecánicamente ante el influjo de
uno de sus sostenes, no debiera ser
insensible a sus pedimentos.
Este fenómeno puede generar dos
riesgos de gran importancia . Por
un lado, el diseño de un programa
económico que no atienda reclamos
populares. aun los mediatizados a
través del organismo sindical pro go·
b1ernísta, está en inminente peligro
de ser puramente eficientista, tec nocrático . pues desde el escritorio
(también hay atildados planeadores
de gabinete) difícilmente se conci ·
ben los ingredientes sociales y políticos que sólo son asequibles si los
expresan las organ1zaciones de
base . Ciertamente. éstas tienden .
como es propio. a manifestar sus
demandas de manera sesgada . uni lateral , favorecedora de su prop10
interés. no siempre contemplando el
de la colectividad entera . Con todo .
no puede dejar de darse atenc1ón a
sus solicitudes. que constituyen la
médula de la d1mens1ón soc1al de un
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ori
Por otro lado, si bien este riesgo)es
más remoto, se está en peligrb-''de
que el Gobierno pierda el suste to
político representado por los tráBa ·
jadores cetem istas. si se vuelve ' ei terado el rehusamiento gube ~ l'la ·
mental a colmar los anhelos c:Je1 la
principal cen tral obrera del pafs .
Entendámonos: si bien no es posi"lr>le
.ignorar las deformaciones que para
el sindicalismo mexicano se des prenden del hecho de que esté ct>n ·
trolado por el aparato estatal, lo
cierto es que hasta ahora parte de
este control se ha manifestado de la
forma de concesiones que satisfa cen el interés obrero. Ello ha generado una estratificación en los sec·
lores obreros, creando aristocracias
y sectores plebeyos dentro de la
propia clase. No obstante, la vincu lación entre el Estado mexicano y el
sector obrero ha permitido que aquél
disponga de un elemento de rlego ciación frente a las presiones de los
sectores propietarios. Eso qu~dó
particularmente claro durante la ad ·
minist~ación carde~ista y conodq10s
tamb1en nuevas ev1dencias del fenómeno durante el echeverriato , por
más que allí debieran fijarse ma. ces
que distingan entre la sustanci ~, Y la
forma , está mucho más abul f da
que aquélla y sobrada de rib ~tes
demagógicos.
'
,,
Malamente podrá el Gobi m no
afirmar que su política econó ~c a.
en la etapa de consolidación o ~ la
de auge, se orienta a satisface los
requerimientos populares si · si quiera tiene en cuenta las pr<W sicienes puramente programátic'AA de
laCTM .
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Puesto que dicha organizac;;ión
tiene el doble carácter de cef¡l.tral
sindical y ce_n tral política; esto e·$-, al
mismo tiempo que agrupa a los tra bajadores para la defensa y prQJ11oción de sus intereses frente
los
empleadores . es un mecanisr11~ de
encuadramiento partidario. la {i;TM
tiene frente a sí un doble desafí,o : ha
de reconocer que su eficacia poljtica
concreta ha dism1nuido al gra<;io de
la irrelevancia y ha de resolverse¡ por
co nsiguiente. a buscar. así sea parCialmente . la sa tisfacción de sus
dem and as por la vía sind1cal , es
dew . por la lucha de clases eqcauzada legalmente.
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Materia
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De don Belisario a don Fidel.
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Persona o institución mencionada
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Belisario Domínguez
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Victoriano Huerta
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Fidel Velázquez.