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Extensión
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4 fojas
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Resumen
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En un acto por lo me nos desaprensivo, Negroponte formuló apreciaciones que dan razón a quienes temen que el tratado de libre comercio no sea sólo el pacto entre caballeros para regular las transacciones comerciales que puede y debe ser, sino parte de un proceso de sujeción de nuestra política exterior a los intereses norteamericanos, que no necesariamente coinciden con los de México..
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Tipo
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Borrador
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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# La resp uesta de Relacio nes
miguel á ngel gra nados chapa
C arlos Puig es un j oven y activo correspo nsal de prensa mexic a no acredi tado e n Wa shingto n . Se consiguió su propio Deep troat (garganta profu nda), el
anónimo informante que condujo a los reporteros ~ Wo0dward y Bernstein a abrir
el caso Water gate~ que concluyó con la re nunc ia de Nixon, y dio un campana zo pe
la revista
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riodístico: ~-~Proceso, para~ cual trabaja, publicó hac e u na semané
un docume nto s us traí do nada me nos que del Departamento de Es t ado norteamericano . Se trata de un mensaje del embajador Dimitri Negropont e al s ubsecretar io
de Estad0 para asuntos i nterame ricanos, Ber nard Aronson . Aunque c onfidencial,
por s u contenido, el me nsaje fue obte nido por el periodista, y no desmentido
por la e mbajada .
En un acto por lo me nos desaprensivo, Negropont e formuló apreciaciones
que dan razó n a quienes te men que el tratado de libre comercio no sea sólo el
pac t o e ntre caballeros para re gular las transacciones come rciales que puede y
debe ser, sino parte de un proceso de sujec ió n de nuest ra política exterior a
los i ntereses norteamericanos, que no necesariame nte coinc iden con los de México .
Se t rata de un me nsa!a desti nado a obte ne r la ate nción, la comprens ión
y el apo yo del Departamento de Estado a la urgencia de que se aprobara el fast
irack . Tal vez su punto medular e n el se is, que en la traducció n de Proceso
dice lo sigui e nte:
"El pro~pecto del TLC debe ser v ist0 e n el contexto de estas te nde r cias
reformi s tas que comenzaron a mitad de los ochenta y que fueron aceleradas dar máticame nte por Salinas cuando to mó el po de r e n 1988. La propuesta de un TLC es
de alguna mane r a l a piedra que culmi na
y asegura estas políticas . Desde una
perspectiva de p0lítica exterior, un TLC i nstitucio nlizaría la ace ptac ión de un.
orie ~ tación
e s taunide nse en las relaciones exteriores de México. Sólo pie nsa en
cómo est o co ntrasta
co n co rr.portarnie !·Jtos pa sados . Prev i amente , como ahora,
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ó 70 p0r cie nto de l os r. egocios mexica nos eran co n Estado s U i dos, pero si nos
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un debate e n la ONU o discutie ndo Ce ~ troamérica~ hubieras pe ·1 sado
que eramo s arcfuienemigos. El hecho de que la mayor parte de los trat0s ~de
México co n el exterior eran co n Estados U idos~ fue e nmascarado cuidadosamente
a través de varios mecanismos de defe nsa. En cierta manera, la adopció n de un
TLC nos a yudaría a poner e ~ f 0r ma abierta y legítima lo que muchos sienten que
debería ser la relació n entre México y Estados Unidos hac e mucho tiempofl.
La Secretaría de Relaciones Exteiores esperó sólo un día~ para ver si la
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e mbajada de los Estados Unidos des mentía o explicaba. Al no ocurrir tal conducta
la cancillería exp uso el martes 14 ~ su posición~ misma que fue aprovechada por
los diputados que e n la sesión del miércoles 15 se ocuparon del tema demandando
su esclarecimiento.
Tlatelolco dijo que las afirmaciones de Negrop ~ nte fino corresponde n a la
realidad y que resultan i naceptables fl.
Había~la:.l~~n comunicado espec ial
sobre el tema~ que fiel gobier no de Méx ico considera absurdo cualquier supaesto
de que c on la posible ~e gociació n de un tratado de libre comercio co n los Esta dos Unid os y Canadá se pudiera modificar la orientación y el objetivo f undame nta
de esta p0lítica que es,
precisamente~
el fortalecimiento y la defensa de la
soberanía nacional . En ninguna circu n stancia~ Mffixico permitiría que se negociara
c0n s u política exteriorfl.
La respuesta de Relaciones era o p ortuna~ pero no alcanzaba a remediar
el daño causado por el me nsaje de Negroponte . No se dice allí que Méx ico nego cie co n su ~oberanía, y por lo tanto sobra la aclaración . Lo que el e ~bajador
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asegura, ~o mo .un desprendimiento lógico de una mayor vinculación comercial entre
los dos países, es que Méx ic o ya no p0dría po ner pretextos para comportarse sobername nte sino que debería admitir ~ánicamente que su depende ncia comercial
determina todo lo de ~ás.
La aportación de la embajada a la causa de quienes rechazan el tratado
de libre comercio, ~ con s u abrupta declaración, ha sido invaluable.
PLjZA PUBLICA
Miguel Angel Granados Chapa
El mensaje de Negroponte
La respuesta de Relaciones
e
arios Puig es un joven y activo
corresponsal de prensa mexicano
acreditado en Washington. Se
onsiguió su propio Deep throat (gar
~aniá profunda, el auónimo informante
que condujo a los reporteros Woodward
y Bernstein a abrir el caso Watergate que
contluyó con la renuncia de Nixon),
dio un campanazo periodístico: la revista
•
Viene de la 1
Proceso, para la cual trabaja, publicó
hace una semana un documento sustraído nada menos que del Departamento
de Estado norteamericano. Se trata de un
mensaje del embajador Dimitri Negroponte al subsecretario de Estado para
asuntos interamericanos, Bernard Aronson. Aunque confidencial, por su contenido, el mensaje fue obtenido por el
periodista, y no desmentido por la embaGada~
En un acto por lo menos desaprensivo,
~eg~oponte formuló apreciaciones que
<Ian razón a quienes temen que el tratado
de libre comercio no sea sólo el pacto
entre caballeros para regular las transacciones comerciales que puede y debe ser,
sino parte de un proceso de sujeción de
nuestra política exterior a los intereses
norteamericanos, que no necesariamente
coinciden con los de México.
Se trata de un mensaje destinado a obtener la atención, la comprensión y el
aoovo del Departamento de Estado a la
urgencia de que se aprobara elfast track.
Tal vez su punto medular es el seis, que
en la traducción de Proceso dice lo siguiente:
"El prospecto del TLC debe ser visto
en el contexto de estas tendencias reformistas que comenzaron a mitad de los
ochenta y que fueron aceleradas dramáticamente por Salinas cuando tomó el poder en 1988. La propuesta de un TLC es
de alguna manera la piedra que culmina y
asegura estas políticas. Desde una perspectiva de política exterior, un TLC institucionalizaría la aceptación de una
orientación estadunidense en las relaciones exteriores de México. Sólo piensa en
cómo esto contrasta con comportamientos pasados. Previamente, como ahora,
60 ó 70 por ciento de los negocios mexicanos eran con Estados Unidos, pero si
nos escuchabas en un debate en la ONU o
discutiendo en Centroamérica, hubieras
pensado que éramos archienemigos. El
hecho de que la mayor parte de los tratos
de México con el exterior eran con Estados Unidos, fue enm car do cuidad 15,a-
mente a través de varios mecanismos de
defensa. En cierta manera, la adopción
de un TLC nos ayudaría a poner en
forma abierta y legítima lo que muchos
sienten que debería ser la relación entre
México y Estados Unidos hace mucho
tiempo".
La Secretaría de Relaciones Exteriores
esperó sólo un día, para ver si la embajada de ·los Estados Unidos desmentía o
explicaba. Al no ocurrir tal conducta, la
cancillería expuso el martes 14 su posición, misma que pudo ser aprovechada
por los diputados que en la sesión del
miércoles 15 se ocuparon del tema demandando su esclarecimiento, pero no lo
hicieron. Sólo algunos de ellos produjeron declaraciones aisladas.
Tlatelolco dijo que las afirmaciones de
Negroponte "no corresponden a la realidad y que resultan inaceptables". Había
adelantado en un comunicado especial
sobre el tema, que "el gobierno de México considera absurdo cualquier supuesto de que con la posible negociación
de un tratad.Q_de__lib.Le_c~omer.c'll.~ull...l'
Estados Unidos y Canadá se pudiera modificar la orientación y el objetivo fundamental de esta política que es,
precisamente, el fortalecimiento y la defensa de la soberanía nacional. En ninguna circunstancia, México permitiría
que se negociara con su política exterior''.
La respuesta de Relaciones era oportuna, pero no alcanzaba a remediar el
daño causado al proceso del TLC por el
mensaje de Negróponte. No se dice allí
que México negocie con su soberanía, y
por lo tanto sobra la aclaración. Lo que
el embajc;tdor asegura, visto como un desprendimiento lógico de una mayor vinculación comercial entre los dos países, es
que México ya no podría poner pretextos
para comportarse soberanamente sino
que debería admitir mecánicamente que
su dependencia comercial determina todo
lo demás.
La aportación de la embajada a la
causa de quienes rechazan el tratado de
libre comercio, con su abrupta declara-
~asLdQ~rua.~W------------
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Materia
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Carlos Puig.
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Dimitri Negroponte
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Persona o institución mencionada
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El mensaje de Negroponte