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Extensión
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2 fojas
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Resumen
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Hoy hace cuarenta años fue establecida la Escuela Nacional, hoy facultad, de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional.
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Tipo
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Publicación
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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PLAZA PUBLICA
Miguel Angel Granados Chapa·
Ciencias Políticas y Sociales
Cuarenta años de una escuela
.·
oy hace cuarenta años fue establecida la Escuela Nacional,
• . hoy facultad, de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional
Autónoma de México. En ese relativamente breve lapso, ha formado cuadros
que actúan en la vida pública mexicana
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de modo muy relevante. Dos secretarios
de Estado, el de Relaciones Exteriores,
Fernando solana, el de Comercio y Fomento Industrial, Jaime Serra Puche,
son hijos de sus aulas, como lo son también no pocos senadores y diputados, directores de organismos públicos,
embajadores, responsables de varios medios informativos de alcance nacional,
etcétera. Puede asegurarse que, en ese aspecto, Ciencias Políticas y Sociales llegó
a un rango. semejante al de las facultades
de Derecho y Economía, a pesar de su
fundación mucho más reciente.
Casi la mitad de sus cuarenta años
tuvo aquel plantel universitario la fortuna de ser dirigido por universitarios de
primera línea. Inició la serie el doctor Pablo González Casanova, que actuó en
dos periodos sucesivos, de 1958 a 1966.
Al primer director, Ernesto Enríquez, correspondió el trabajo de organización
inaugural, pero tocó a don Pablo conferir a la escuela el talante de institución
dinámica, abierta a las innovaciones, que
fue su santo y seña al transitar de la década de los cincuenta a la de los sesenta.
Tan claro fue para todos el resultado de
la gestión de González Casanova, que
poco después de concluir su segundo y
último periodo en Ciencias Políticas y
Sociales, fue elegido director del Instituto de Investigaciones Sociales y más
tarde ascendió a la rectoría de la UNAM.
Uno de los esfuerzos más claramente
sostenidos en la hoy facultad, por don
Pablo, fue la formación de profesores y
la captación de los jóvenes que regresaban de sus posgrados. Entre ellos sobresalieron los politólogos Enrique
González Pedrero y Víctor Flores Olea,
que sucedieron a González Casanova en
la dirección. El primero comenzó a ser
director en 1966 y acababa de ser reelegido cuando optó por entrar al terreno de
la política gubernamental, en que sigue
figurando por más que el Estado desperdicie hoy, como si pudiera darse esos lujos, su vocación, experiencia y talento.
Flores Olea, que lo remplazó, también
trocó su cargo académico por una responsabilidad de gobierno, a la que han
seguido otras hasta la fecha. Ambos consolidaron el rigor del trabajo académico
en la institución que dirigieron, crearon
centros y afianzaron la naturaleza de espacio democrático que caracterizó a esa
escuela, especialmente en tiempos en que
la intolerancia amenazaba imponerse en
la Universidad.
En los últimos 17 años, la facultad ha
padecido los efectos del deterioro general
de la enseñanza superior pública y los
causados por sus propios gérmenes de degradación. La afectaron adversamente
también el desdoro de las ciencias sociales en general, que siguió a un auge no
erigido en bases sólidas, y el empuje que
hoy se ofrece a carreras y profesiones
vinculadas más directamente con el desarrollo económico y material.
Un democratismo a ultranza condujo a
frecuentes impugnaciones a los directores, y a una inestabilidad política interna
que es caldo de cultivo para que florezca
la charlatanería. Casi siempre había bue-
nas razones para que los responsables de
dirigir la facultad fueran cuestionados,
porque luego de los tres directores mencionados por sus nombres los sucesores
no· quedaron a la altura de las circunstancias. Desfavoreció el éxito de su gestión,
además, la escasez de recursos económicos que hace más de una década golpea a
la Universidad Nacional. El actual director, Ricardo Méndez Silva, fue puesto en
jaque desde el momento de su designación y hasta bien entrado el cuatrienio
que está a pocos meses de concluir. Tuvo
que despachar los asuntos propios de su
cargo fuera de la oficina formalmente
destinada al efecto, durante largo
tiempo, como símbolo de la difícil gobernabilidad del plantel.
Al cerrarse cuatro décadas de su trabajo, la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales, pionera y cabeza todavía en la
preparación de sociólogos, científicos
políticos, administradores públicos, relacionadores internacionales, periodistas y
coi:nunicólogos, tiene• un buen pretexto
para lanzarse a un urgente programa de
revitalización. La sociedad lo requiere.
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Materia
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Fernando Solana.
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Jaime Serra Puche.
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Pablo
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Persona o institución mencionada
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Ciencias Políticas y Sociales