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Extensión
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2 fojas
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Resumen
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En vez de quedarse en Caracas, o en la espléndida Cartagena de Indías durante el entreacto de las varias reuniones a que debió asistir, en Sudamérica, el Presidente Salinas volvió por unas horas a México, a continuar el eficaz activismo que despliega en favor.
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Tipo
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Publicación
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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rHOY gj)MINGO 1o.
Dr: DICIEMBRE DE 1991
PLAZA DOMINICAL
Miguel Angel Granados Chapa
El primer trienio
A la mitad del camino
· ~ n vez de quedarse en Caracas, o
~ en la espléndida Cartagena de In~ días durante el entreacto de las
varias reuniones a que debió asistir, en
Sudamérica, el Presidente Salinas volvió
por unas horas a México, a continuar el
eficaz activismo que despliega en favor
de la reforma constitucional que procure
nuevas condiciones al trabajo rural. Persuadido de que la radicalidad de su pro-
•4
1 Viene
, de le 1
puesta haría inviable, si no su aprobación sí su aplicación, ha resuelto hacer
copartícipes del proyecto a los sectores
envueltos en el proceso legislativo, y a
los afectados por la iniciativa. Ha convocado a los legisladores federales y
locales que operarán el trámite formal
de enmienda. Y el viernes, en su receso
diplomático, se encontró con comunidades indias, que tienen también una
palabra que decir acerca de la tierra
que fue toda suya y de la que poseen
hoy sólo jirones. Luego, viajó a Colombia.
De esa manera, la recordación del
inicio del gobierno, hace tres afios, encuentra al Presidente en el extranjero.
No es casual que así sea. La diplomacia
personal ha sido una de las funciones a
que el Ejecutivo consagra más tiempo.
Hasta octubre pasado había protagonizado 143 encuentros en México y fuera
del país con más de 50 jefes de Estado
y de gobierno. Sólo en los once meses
de este afio recibió a 30 presidentes,
primeros ministros, príncipes y un rey,
y realizó visitas a nueve países, de Europa y del continente americano. No se
trata de hiperquinesia, ni de turismo
político. El activismo presidencial, en
el ámbito externo como en el interno,
cumple con el propósito de insertar a
México en el nuevo orden mundial.
En ese trayecto, el Presidente ha resuelto que México transite del tercero
al primer mundo. Propone para eso
medidas de política interior, como elevar la educación a altos niveles, propios de Japón o Europa. Se cuida de no
citar como modelo en este campo a los
Estados Unidos, no sólo para no exagerar su adhesión a una cierta concepción del mundo, sino por saber que en
ese país está en crisis el sistema educativo. Pero su voluntarismo no necesariamente
corresponde
con
las
posibilidades reales. La capacidad mexicana para influir en la política internacional, en la modelación de las
nuevas tendencias está apenas en repunte. Se está reconstruyéndola, pues
se vino abajo por la pérdida de prestigio (derivada de nuestra condición de
gran deudor, de la difusión de las fallas de nuestro sistema político y del
abandono de actitudes que en el pasado reciente nos aproximaban a países
como Los 15, en cuyo seno des!ntonó
ahora la inclinación mexicana hacia el
norte).
\
Dentro de pocos días Salinas viajará
de nuevo a los Estados Unidos para
practicar la doble vertiente de su diplomacia respecto de ese país. Se encontrará, por un lado, con líderes
empresariales, sociales y de importantes comunidades étnicas. Y por otra
parte con el Presidente Bush. Se revisará en esa preposada el primer borrador del Tratado de Libre Comercio que
se negocia con Washington y Ottawa.
Bush será esta vez, quizá, un interlocutor distraído. Padece hoy la paradoja
de ser "el amo del mundo", para decirlo con una fórmula llamativa aunque simplona, en el sentido de que
encabeza a la potencia que rige el destino de la humanidad, y al mismo
tiempo ser un débil conductor de la política interior en los Estados Unidos,
Enrique Jackson y Juan José Osorio en la asamblea nacional de la Sociedad Mexica1a
de Ingenieros • Foto: Francisco Mata Rosas
que perdería las elecciones si ocurrieran ahora. A pesar de sus promesas a
México y a través suyo al resto de
América Latina, y a pesar de la amigable cordialidad que lo vincula con Salinas, sus intereses propios y de partido
pueden eventualmente cruzarse con el
debate sobre libre comercio y darle un
sesgo diferente al tan deseado por el
gobierno de México.
La adopción en el extranjero de decisiones que conciernen a la vida cotidiana de México coloca en posición
frágil a nuestra economía. Lo ejemplifica lo que está ya ocurriendo con partes significativas de la inversión
especulativa en el mercado bursátil.
Utilizada para fomentar la impresión
de que México es ya una economía confiable, la cifra de la inversión foránea
suele no reveiar que escasa parte de su
monto se ha destinado realmente a actividades productivas nuevas. Una
porción importante se ha canalizado a
la adquisición, parcial y aun total de
empresas públicas privatizadas. Pero
su cuantía mayor tiene carácter volátil.
Está en la bolsa sólo para generar ganancias, no empleos ni consumos . Y
cuando en Brasil y Argentina aparecen
instrumentos bursátiles más atractivos,
lo que pasa ahora, los especuladores
vuelven su mirada de lince al sur y se
marchan con su dinero a otra parte. Si
lo hicieran en un movimiento de pánico, o si los efectos de la imbatible
recesión norteamericana golpearan de
súbito al mercado de valores, como ya
amagaron hacerlo, acaso fuera el país
arrojado violentamente atrás, en una
reedición del octubre negro de 1987,
que originó la política pactista.
Esta se ha convertido en política ficción. Los representantes de los sectores
acuden a ceremonias más o menos sorpresivas y firman condiciones que
luego matizan, condicionan o de plano
incumplen. Hay entonces una contención inflacionaria en el papel, y un crecimiento de los precios en la realidad.
Por afiadidura, los sectores medios,
sobre los cuales recae hoy la principal
carga fiscal, se convierten en blanco de
la intensificación tributaria. Gravar
con el IV A los intereses que los usuarios de tarjetas de crédito pagan no
puede ser aprobado porque es ilegal,
ya que supone una doble imposición:
los intereses resultan de pagos en los
cuales ya se incluyó el impuesto al valor agregado, por lo que, así sea en al-
guna proporción, así sea menor, se
contribuye dos veces por el mismo concepto.
Tan oneroso es ese propósito, que
los senadores, en cuya casa no suele
anidar la discrepancia, se revolvieron
contra la fiscalidad pretendida. Coincidieron así con los planteamientos del
sector privado, que objeta esa y otras
medidas de una miscelánea fiscal que
se ofreció ya no habría, para asegurar
estabilidad en ese campo. Impugnan
los dirigentes empresariales, también,
la penalización de conductas que no
necesariamente son dolosas y que pueden llevar a prisión a contribuyentes
morosos, justamente cuando la tendencia penitenciaria en nuestro país
consiste en despenalizar, o desprisionizar al menos, un mayor número de
comportamientos. Si los senadores renuentes a atemorizar a los causantes, y
quienes representan a los principales
de tales contribuyentes, fueran menos
eficaces que el secretario de Hacienda
y su presidente de la comisión respectiva en la Cámara de Diputados, y esa
legislación es aprobada, esperemos que
la Comisión Nacional de Derechos Humanos reconozca la categoría de objetores fiscales de conciencia a quienes
no reconzcan al Estado derecho sobre
sus ingresos, de igual modo que en varios países el Ombudsman o la ley permiten eludir el servicio militar a
quienes son pacifistas por convicción.
Al crear (y · luego inscribir en la
Constitución la función respectiva), un
órgano promotor de los derechos humanos, el Presidente Salinas realizó
una de las más positivas acciones de su
administración. Salió con ella al paso
-presente siempre la preocupación
por el exterior- del creciente .escrutinio internacional sobre el estado de
esos derechos en México. Pero también
respondió a su propia conciencia y al
reclamo de vastos sectores, no sólo los
que están por la naturaleza de su actividad en riesgo de que sus derechos
sean vulnerados, sino de quienes advierten que· el desarrollo de la democracia no es posible si no se parte de un
respeto profundo a la vez que práctico
a la persona. Es terrible, y sintomático, que órganos policiacos, judiciales
y carcelarios sean los destinatarios de
la mayor parte de las recomendaciones
de la Comisión, porque eso revela una
perversión íntima de la función ordenadora por excelencia. Muestra, a su
vez, que la corrupción mayor no es
sólo, aunque no deje de ser importante, la que tiene que ver con el dinero, sino con el torcimiento de las
funciones, con la aplicación de instrumentos públicos a fines privados.
Como ha solido ocurrir con los presidentes mexicanos, Salinas llega a la
mitad de su sexenio en plenitud de poder. Pero se trata de un poder con el
que se puede poco en la dirección planteada por el jefe del Estado. La vida
cotidiana de los pobres no ha mejorado sustantivamente en esos mil días
y, al contrario, es altamente probable
que haya empeorado. Diversos indicadores así lo sugieren: no cesa la emigración a los Estados Unidos, a pesar
de la ferocidad de la Patrulla Fronteriza, y tampoco se cierra el flujo de
quienes se van del campo a la ciudad.
Ya vienen menos esos trashumantes a
la ciudad de México -aunque esta megalópolis siga siendo imán que atraesino a las urbes medias, que no han
resuelto sus problemas como villorrios
y ya tienen que enfrentar los males del
crecimiento, y todo porque el secretario responsable del desarrollo urbano
es distraído de sus funciones para que
haga política ajena a la de su responsabilidad. Es que ha cundido una versión
contraria al juego de Juan Pirulero, en
que cada quien atiende a su juego. En
la actual práctica administrativa mexicana el jefe de la oficina coordinadora
del gabinete realiza funciones de canciller, el director del Seguro Social resuelve problemas laborales, el regente
de la ciudad aborda problemas educativos y Chirinos hace discursos.
El más célebre por ahora es el del 20
de noviembre, donde su ciencia poli--.,
tica le permitió definir a los nuevos
reaccionarios. En ese concepto englobó a todos los que no creemos que
por el simple efecto de la preocupación
presidencial, y su respectiva reforma
constitucional, los campesinos entrarán en carnes y plácidamente vacacionarán en Orlando o en cruceros por el
Caribe. Chirinos mostró, por lo demás, que nadie puede disputarle la corona y el cetro como inspirador del
trato a la disidencia, ya en los sindicatos, ya en la política electoral. El autoritarismo oficial, la intolerancia que
asoma cada vez que se ventila un
asunto crucial, tienen en el secretario
de Desarrollo Urbano y Ecología a su
campeón.
Pero sería un pobre intento de revisión del trienio este que se agotara en
las palabras del eventual gobernador
de Veracruz. Mayores realizaciones, y
todavía más grandes desafíos, han estado presentes en el trienio concluido.
Los retos no escasearán en la siguiente
mitad. Se sabe que no faltan ni decisión política ni valor personal al Presidente
para
enfrentarlos.
Es
socialmente necesario, y útil, que así
sea. Para eso se ejerce el Poder Ejecutivo. Pero no bastan los atributos masculinos para sortear las crisis, que no
hemos dejado atrás -no las han superado, al menos, la mayor parte de los
mexicanos- y eventualmente hasta
pueden estorbar, pues el futuro mexicano se resolverá menos con machismo
político que con inteligencia y sensibilidad.
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Materia
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Bush.
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Salinas
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Persona o institución mencionada
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El primer trienio