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Extensión
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3 fojas
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Resumen
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La semana pasada, en una apretada decisión de 52 a 48, el Senado norteamericano aprobó el nombramiento del juez Clarence Thomas para integrar de por vida la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos. El caso, sin embargo, mantuvo en vilo a aquella nación, y encierra para los habitantes de otras, varias lecciones que pueden ser aprovechadas..
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Tipo
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Borrador
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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P~ ~ za
pública
para la edic i ón del 24 de octubre de 1991
# Clare nce Thomas
# Un caso para el a nálisis
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mi guel á ngel granados chapa
La semana pasada, e n una apretada d~cisión de 52 a 48, el Senado norteame
ricano aprobó el nombramie nto del juez Clarence Tho mas para i ntegrar de por vida
la Supre ma Corte de J usticia de los Estados Unidos . El caso, sin embargo, ma ntuvo e n v ilo a aq uella nac i ón , y encierra para los habitantes de otras, varias lec
cion es que puede n ser aprovechadas .
Tno mas f·ue i nvestigado por un comité se natorial, como suele ocurrir e n
casos en que el Congreso completa una atribu ción preside ncial . El Preside nte
Bus h propuso hacer ministro del principal tribunal al abogado negro Thomas, re putado como conservador, dato que e n la sociedad nortea mearicana es muy relevant
pues se resuelve n judicialmente líne a s de política social y pe nal de gran i mpor ta ncia . Tho mas tie ne un credo político correspo ndie nte al del mandatario que lo
n ombró, por lo c ual el escrutin io del Se nado tie ne que hacerse con mayor ho ndura
a fi n de ev itar qu e l a s peeferencis partidarias quedaran por encima de las aptit udes profesionales y las calidades éticas del candidato .
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Contraria me nte a lo que ouurre cuando se ve ntilan nombramientos como este
e n que se debate n líneas de
i n terpret~ció n
de la jurisprude ncia y de la ley, e n
el de Tho mas afloró el escándalo . Acudió al comité se natorial la abogada Anita
H ~ ll,
ne gra tambié n , que acusó al juez Tho ~as de haberla hostigado sexualme nte
e n 1932 , cuando er an compañeros de trabajo . Según la denunciante, con objeto de
persuadirla de que le hicier a compañía, Thomas se explayaba larga y entusiasta mente e n la descripció n de sus propios atributos . Hay que decir que n i así con siguió el ase nti mien to de la señorita Hill, u na profesora de derecho en la Un ive
sidad de YaleK que/sin e mb ar go~si guió viéndolo y, se@Ún el parecer de diversos
testigos, co ngratu lá ndose co n él cada vez que lograba un asce nso e n su carrera
judicial . Ahora, sin embar go, juzgó oportuno de nunciarlo para evi tar que una
persona con la ética maltrecha lle gara al máximo cargo de la judicatura norteame
rica na .
'f.~- azn púbLica/?
Los senadores que jnvestj gaban a Thoma s resolvjeron dar curoo póhJi ~ o nJ
debate, i ncluidas la acusación y la defensa, •de Hill y Thomas, que se provocó
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con aquel motivo. Las cadenas de te l evisión dieron amplio espac io a la tra«mi ;.
si ón de las audiencias senatoriales, y los princ i pales diarios l lenaron sus pá
gina s co n la ~ reprodu cc ió n de los materiales, que a veces abundaban e n pormE
nares relat ivos al hostigamiento sexual en ge neral , o e n particular al aducido
por l a se ñorita Hill .
Cada una de las
partes~ rajo a las audiencias tes t igos que ab onaron la po-
si b ilidad de que fuera verdad lo que cada uno dec í a . l a fuerza de la argumenta
ción e n cada caso era ta l , que era frecuente la oscilación de l as co nviccio nes
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lo que~ u n mo men~o parecía indudable dejaba de serlo al siguiente , seg6n se
escuc hara a un partidario de Hill o a uno de Thomas , pues a esos términos qued<
red ucido el debate . Era, natur almente , imposible que el Senado t omara una de cj_sió n co mo si se tratara de un tribunal que debe esta blecer la verdad . Nadie
sabrá nunca si lo dic ho por la señorita Hill ocurrió ve rdaderame nte , pues se
trata de su palab r a con tra la de Tho mas . Los senadores, con la apretada votaci<
~1-~ el.\~ 1.~ '(~ ~ ~ -4 .S'( V\r\pl~v-t.ev-.+e. \vfcí~
\~ &¡~/q'il.\ C..t.uV\ '}--w._ e.rbbJ. ~~ ~ Cvr-ScJ,
i ndicada
Lo grave de e s e episodio es que su virtud se co nv i rtió en defecto . Nada
hay ta n sa no como averiguar si un funcionario , especialmente u n juzgador, mere<
la co nfianza p6b lica . Pero el procedimiento elegido por el comi t é se natorial
expuso a Thomas a un desprestigio del que no se podrá s a lvar nunca,
b r a~l
po~q ue
so -
quienes lo co nsideren un vulgar hos t igado r y no el re~r table min istro de
l a Corte que de be s er .
El hostiga mie nto sexua l,por otra parte , quedó maltrecho como conducta
en fer miza, tras el debate sobre esta caso e n particul a r . Luego de que se e v i de nciaron los riesgos de que l as víctimas hagan p6blico el acoso que sufren,
au nque sea muchos años después, muchos donjua~ s, e n}os Estados Un i ?os o e n
Méxic o, se cuid a rá n muy bien de no confund~r las artes del enamor~ con l as
r uines pr áct icas del ~ac oso .
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Materia
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Clarence Thomas.
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Anita Hill
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Persona o institución mencionada
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Clarence Thomas