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Extensión
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3 fojas
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Resumen
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Rafael Clavel fue muerto, hace unas pocas semanas, cuando pretendía huir de la cárcel venezolana en que estaba recluido. Se metió en un camión que había dejado fruta en el interior del penal, pero un guardia lo descubrió y disparó sobre él. Así lo comunica un cable enviado por la Interpol a autoridades Policiacas mexicanas..
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Tipo
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Publicación
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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HOY LU
S 7
DE OCTUBRE DE 1991
• -Ivá1f'Restrepo
Lo -qiié no se sabe
de El Salvador
y de Haití
11 PLAZA PUBLICA
Miguel Angel Granados Chapa
• Judiciales «sesinos
• Complicidad con el narco
R
afael Clavel fue muerto, hace
unas pocas semanas, cuando pretendía huir de la cárcel venezolana en que estaba recluido. Se metió en
un camión que había dejado fruta en el
interior del penal, pero un guardia lo descubrió y disparó sobre él. Así lo comunica un cable enviado por la Interpol a
autoridades P-Oliciacas mexicanas. Su
VienOttle la 1
destinatario ha solicitado mayor precisión, no sólo para determinar con exactitud la fecha . é?-1 sueeso, sino también
para tener certidumbre de si era Clavel el
muerto, y no alguien pagado por éste
para simular una muerte que aleje de él la
que le depara el ánimo vengativo de Jesús
El Güero Palma.
Estos personajes están en el centro de
una serie de acontecimientos sangrientos
en que quedaron involucrados la doctora
Norma Corona, asesinada en mayo del
año pasado, y el comandante de la Policía Judicial Federal Mario Alberto González Treviño, procesado desde el martes
pasado por ese homicidio y otros de que
también se le acusa. Clavel, un venezolano que vivió en Culiacán, se hizo amigo
de Palma, un pistolero que ascendió a
capo del narcotráfico cuando su jefe, Miguel Angel Félix Gallardo, fue aprehendido . Como cabeza de un negocio de
dro as, Palma estaba rodeado de una es-
colta singular: la formaban agentes de la
Judicial Federal, encabezados por el propio González Treviño.
Clavel resultó no ser leal a su amistad
con Palma, y a fines de 1989 le robó a su
mujer, a sus hijos y una buena cantidad
de dólares depositados en San Francisco
a disposición de la primera. Luego, asesinó a los hijos y a la mujer, y se volvió a
Caracas, donde por esas u otras razones
fue detenido, hasta que cayó baleado según queda descrito, en el primer informe
público sobre el asunto.
_ Palma juró vengarse, y buscÓ para ello
información sobre Clavel. Quiso obtenerla de tres venezolanos, amigos del
traidor, que vivían en Culiacán y habían
llegado con él; y de un abogado, Jesús
Güemes Castro, que lo había asistido legalmente. La noche del 21 de febrero,
una partida de ostensibles agentes judiciales al servicio de Palma pero dirigidos
formalmente por González Treviño,
asaltó los domicilios de los cuatro, y delante de los asustados familiares, los se-
cuestró y los condujo hacia la muerte.
Sus cadáveres aparecieron el 11 de marzo
siguiente, con huellas de tortura. El subprocurador Javier Coello Trejo, que tan
solidario solía ser con los atropellos cometidos por sus subalternos, se apresuró
a descalificar las acusaciones que desde el
principio hicieron recaer la responsabili- ·
dad de ese cuádruple homicidio sobre
miembros de la Policía Judicial Federal.
La doctora Norma Corona, socia de
despacho de Güemes Castro, directora de
intercambio académico en la Universidad
de Sinaloa y presidenta de la Comisión de
Defensa de los Derechos Humanos, concentró su interés en averiguar quién y
cómo habían asesinado a su colega. Parece que lo descubrió y por ello fue asesinada, en la calle, el 21 de mayo de 1990.
Hoy, por su homicidio está procesado el
comandante González Treviño, que siguió al frente de la Policía Judicial en esa
ciudad hasta octubre siguiente, luego de
que dirigió o atestiguó al menos el asesinato del capitán Adelaido Valverde, en-
cargado por el gobierno estatal e
detener a Palma, que salía de la capital
sinaloense el 18 de septiembre resguardado por quienes debían perseguirlo, los
judiciales federales.
También se acusa a González Treviño,
que entre octubre de 1990 y septiembre
de 1991 fue comandante de la Judicial
Federal en Acapulco, del asesinato de
Rodolfo Sánchez Duarte, hijo del ex gobernador Leopoldo Sánchez Celis, ahijado de Félix Gallardo, y de dos personas
más que lo acompañaban el 21 de noviembre de 1990, cuando los tres viajaron
desde Culiacán con el objeto de visitar en
el Reclusorio Sur al encarcelado jefe del
narcotráfico mexicano.
Palma y su cuñado Ramón Laija está
prófugos de la justicia. Se supone qu
cruzaron la frontera, por lo que se ha
solicitado su aprehensión ert Estado
Unidos, para conseguir después la extra
dición. Pero pudieran estar en Sonora
donde no hace mucho recibían protec
ción de autoridades estatales de median
nivel.
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Materia
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Rafael Clavel.
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Jesús El Güero Palma.
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Norma Corona.
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Mario Alberto González Treviño.
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Miguel
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Persona o institución mencionada
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Judiciales asesinos