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Extensión
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2 fojas
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Resumen
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¿Cuántos apaleados vale Fausto Zapata? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar él mismo y hasta dónde lo acompañará el gobierno federal? Esas son las preguntas que se formulan los observadores, tras la golpiza asestada a los vaviztas, en el quiosco central de la Plaza de Armas manifiestan su aversión a Zapata y han resuelto demostrarle que no podrá gobernar, o que podrá hacerlo sólo protegido por matarifes..
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Tipo
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Publicación
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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En 4 . añet~ .~~ré
desemoleªdo
- PLAZA PUBLICA
Mit!uel Angel Granados Chapa
Breve paciencia faustista
Golpiza ·a navistas
e Cuántos apaleados vale Fausto Zapata? ¿Hasta dónde está dispuesto
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quiosco central de la Plaza de Armas manifiestan sa- aversión a Zapata y han resue1to demostrarle que no podrá
gobernar, o que podrá hacerlo sólo protegido por matarifes.
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Le duró poco la paciencia. En vez de
ensayar y mantener la línea que puso en
práctica el viernes, primer día de su gobierno, expresada por su secretario general: "El palacio no es el gobierno",
Zapata decidió aposentarse en la residencia oficial del Poder Ejecutivo. Había entrado en ella el jueves mismo en que el
presidente Salinas le dio posesión, antes
de que se iniciara la acción navista destinada a impedirle el paso. Regresó el sábado, porque el plantón oposicionista
había entrado en receso de fin de semana, ya que su finalidad es mostrar que
las acciones de gobierno, las que se realizan en días hábiles, no serán posibles
para un gobernador que no cuenta con el
asentimiento de por lo menos las decenas
iles de votantes en favor del doctor
por haber perpetrado fraude. Pero
de fricciones. Las hubo ayer lunes, hasta
en dos momentos. Sobre todo el segundo, mostró un extremo al que quienes
conocen la impaciencia autoritaria de Zapata sabían que iba a llegar, aunque se
sorprendieran de que fuera tan pronto.
Aun si se admite que era preciso desalojar por la fuerza a las mujeres que le clausuraron su entrada al Palacio, nada
justifica el exceso de violencia utilizado
para ese fin, y menos aún el que los porros se lanzaran contra los manifestantes
en el quiosco, que no participaban directamente en el bloqueo a la casa de gobierno.
El episodio recordó muy puntualmente
lo sucedido el primero de enero de 1986,
en que una turba de golpeadores, encabezados por un agente judicial que con cinismo dijo actuar como priísta, irritado
por las expresiones políticas del navismo
que entonces apoyaba al ahora alcalde
Guillermo Pizzutto, blandió garrotes
contra indefensos manifestantes, los persiguió varias cuadras más allá de la plaza
principal y destrozó la propaganda con la
que protestaban, como ahora, contra la
gresca inadmisible, la oposición organizó
intensas jornadas de denuncia de la violencia oficial, que demandaron la cabeza
del gobernador Florencio Sal azar. Este
había llegado al gobierno en condiciones
mucho más suaves y favorables que las
actuales, y sin embargo tuvo que irse,
aunque para ello se hiciera esperar a los
ciudadanos muchos meses.
Casualmente, un joven periodista llamado Juan José Rodríguez fue despedido de su empleo como conductor de
noticieros en el canal privado local de
televisión, por enseñ.ar a través de las cámaras los modos del porrismo oficial, los
mismos que se practicaron de nuevo
ayer. Ese joven periodista ya no haría
ahora un ejercicio como el de hace casi
cinco añ.os, pues en la actualidad trabaja
para Zapata: anteayer fue nombrado su
jefe de asesores, si bien lo sirvió previamente desde la dirección del diario Pulso.
Con el manotazo tan rápidamente
asestado, Zapata ha iniciado una espiral
de violencia cuyas consecuencias deben
ser temidas por todos, y por lo tanto evitadas. Hoy mismo, a la hora en que cirta edición
nuevos
enfrentamientos pudieron haberse ya
producido, pues los navistas están hechos
de hierro forjado: golpes que no los quiebran, los fortalecen. Tras la represión de
ayer, su número aumentará hoy, y si en
medida semejante crece el dispositivo porril, el escenario se aproximará cada vez
más a lo plenamente incontrolable.
Por supuesto que se harán, desde diversos miradores, exhortaciones a que el
navismo guarde la cordura, se avenga a
las consecuencias, retire a sus bravas mujeres de la Plaza de Armas y consienta
imposición. Pero hacerlo es
fuera del entorno político real de
Luis Potosí, donde los agravios deben
mitigados y no regenerados como
pezó a hacerse ayer.
Galardonado por la Universidad
California en San Diego, huésped
pal en el centenario de la clásica
dad Stanford, orador en
académicos y empresariales de
nia, elogiado en Miarni ayer
presidente Bush, el presidente
sostiene una visión de México que
debe ser compatible con los garrotes
grimidos por Zapata. No se deje a
llegar más lejos, o arrastrará
todo lo demás.
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Materia
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Fausto Zapata.
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Guillermo Pizzutto.
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Florencio Salazar.
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Juan José Rodríguez.
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Bush.
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Salinas
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Persona o institución mencionada
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Breve paciencia faustista