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Extensión
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2 fojas
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Resumen
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Columna La Calle que continua con la revisión la relación entre Obregón y Serrano que plasmo Ignacio Solares en su novela El Jefe Máximo, veamos algunas líneas ; ´Tras la amenaza de Villa de fusilar a Obregón, y tras la valiente arenga de Pancho Serrano en sentido contrario Villa se ´sintió desconcertado´, según usted, tomando en cuenta las reglas del honor, no se puede fusilar a alguien que está en su propia casa, después, ya en plena lucha por la Presidencia de la República, es que Serrano se refirió a Obregón como 'un farsante '. pero esa mudanza de su opinión estaba lejos, antes de que quedaran enfrentados en 1927, cuando Obregón decidió ser de nuevo presidente y Serrano proclamó su antirreeleccionismo´..
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Tipo
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Artículo periodístico.
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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La calle para el viernes 7 de octubre de 2011
Diario de un espectador
El salvador de Obregón
Miguel ángel granados chapa
Tras la amenaza de Villa de fusilar a Obregón, y tras la valiente
arenga de Pancho Serrano en sentido contrario - a que nos referimos ayer--,
Villa se "sintió desconcertado:
--¡Claro que Villa es un hombre de honor! Yo quisiera estar en estos
momentos, en lugar de aquí en mi casa, en el mero monte y ahí darme de
balazos con el compañerito Obregón, probar nuestras fuerzas a lo macho.
Pero lo que dice usted me conmueve, porque estamos en mi casa y eso me
obliga a meditar en la decisión que acabo de tomar. O sea que, según usted,
tomando en cuenta las reglas del honor, no se puede fusilar a alguien que
está en su propia casa
--Por supuesto que no, contestó Serrano, dando un ligero golpe de
nudillos sobre la mesa de madera mal pulida, poniendo a temblar una de las
tazas de café, consciente de que jugaba con el carácter vitriólico e
impredecible de Villa, y sobre todo con el destino de su jefe y amigo. Digo,
si estamos hablando de hombres de honor"
Villa consultó con su hombre de confianza, Rodolfo Fierro, cruel
partidario de las soluciones prontas y sencillas, quien opinó que bastaría
salir de la casa para que la cuestión se resolviera.
"N esos momentos Obregón dio dos pasos hacia el frente y se
encaró con Villa Los reflejos dorados de sus ojos surgían vivaces y su
altivez era completada por su porte erguido, los bigotes arriscados y los
labios finos y a la vez duros. Vestía un uniforme blanco con botones de
cobre y un kepí con una águila bordada sobre tejuelos negros
--Basta de burlas, general Villa. Si me va afusilar, que se me fusile,
pero cuanto antes, aquí o allá, es lo de menos pero sin detalles humillantes.
Y he decirle que me hace usted un favor, pues desde que entregué mi vida a
la Revolución, he creído que en su nombre sería para mi una fortuna
perderla. Así se lo digo a mi hijo en esta carta que acabo de escribir al venir
aquí y que, como última voluntad, le pido que le sea envida.
Villa tomo la carta y empezó a leerla. Apenas si leería algunos
párrafos, porque se la regresó a Obregón poniéndola sobre la mesa y,
abruptamente, cambió de opinión, sin dar ninguna explicación. Ordenó que
los dejaran libres, a él y a sus comprantes, y con un gesto altanero y
soberbio, sin volverse a mirar a nadie, abandonó la pieza donde habían
estado reunidos"
Ya en el tren de regreso, Obregón leyó la carta a su hijo. "Serrano y
los capitanes Robinson y Villagrán hicieron grandes elogios tanto de la
redacción de la carta y de las ideas que ahí se plasmaban, como de la
actitud valiente y decidida de su jefe ante Villa. Qué admirable exigir que
lo fusilara pero que de ninguna manera lo humillara. No cabía duda, a partir
de ahora, Villa sabría a qué clase de hombre se enfrentaba
Sin embargo, quizá por detalles como estos, años después, ya en
plena lucha por la Presidencia de la República, es que Serrano se refirió a
Obregón como ' un farsante '. Pero esa mudanza de su opinión estaba lejos.
Antes de que quedaran enfrentados en 1927, cuando Obregón decidió ser
de nuevo presidente y Serrano proclamó su antirreeleccionismo, Obregón
lo hizo secretario de Guerra, a quien le disculpaba todas sus fallas y
francachelas, pues Serrano era dado a la vida disipada. Como un día en que
estaba en "apurado trance de amor" con una actriz española y no se dejaba
encontrar por su jefe."!Ah qué Pancho, siempre con sus cosas", y le dio
carpetazo al asunto"
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Materia
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La Calle, diario de un espectador
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Persona o institución mencionada
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Obregón
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Serrano