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Extensión
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2 fojas
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Resumen
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Columna La Calle que aborda la película Celda 211 de David Monzón, la cinta está basada en la novela del periodista Francisco Pérez Gandul del mismo nombre, la cinta construye una historia en que la rebelión penitenciaria es el telón de fondo para narrar denuncias y dramas éticos sin melcochería..
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Tipo
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Artículo periodístico.
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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La calle
para el miércoles siete de julio de 201 O
Diario de un espectador
Celda 211
por miguel ángel granados chapa
Podría ser una más de las muchas cintas realizadas con un motín carcelario como
tema principal. Pero el periodista Francisco Pérez Gandul, autor de la novela Celda 211
que dio origen a la película del mismo título, y David Monzón, realizador del filme,
construyeron una historia en que la rebelión penitenciaria es el telón de fondo para
narrar denuncias y dramas éticos sin melcochería.
Juan Oliver y su mujer Elena forman una pareja ilusionada con la llegada de un hijo al
que ya adoran aunque esté aún en el seno materno. Oliver ha sido reclutado como
guardia de una prisión, y tiene tanto interés en comenzar sus tareas, que se presenta en la
víspera en la cárcel, para ver de qué se trata antes de empezar oficialmente a funcionar.
Lo acompañan dos guardias tan bonachones que resultan inverosímiles, como lo es
también el papel de Oliver. Ese día de trabajo anticipado el futuro padre del hijo de
Elena debe haberse levantado de la cama con el pie izquierdo porque, para comenzar, se
vistió con unos calzoncillos de fantasía que supuestamente nadie más que su mujer
vería. Luego, ya en el recorrido inicial, se desprendió del techo en un pasillo carcelario
un cascote que le da en la cabeza y lo deja sangrante y aturdido, justo en el momento en
que estalla un motín, motivo por el cual no puede ser llevado por sus compañeros a la
enfermería. Encuentran a la mano una celda vacía, la 211 , y allí lo dejan en el supuesto
de que volverán por él cuando se restaure la normalidad. La celda, por cierto, ha sido el
escenario del suicidio de un preso desesperado que se corta las venas y se deja
desangrar, en la primera toma de la película de Monzón.
La violenta movilización de los presos no pretende concluir en una fuga masiva. De lo
que se trata es de protestar por las malas condiciones de vida en la prisión. El motín es
encabezado por Malamadre, un delincuente feroz, que pasará su vida entera entre rejas,
por los muchos homicidios que ha cometido. Lo rodea un breve estado mayor de gente
de su calaña. Uno de ellos descubre en la 211 a Oliver, quien en una primera muestra de
su veloz capacidad de improvisación, se despoja de su ropa de civil para fingirse un
preso que acaba de llegar.
Inventa un cuento que no es creído del todo, no obstante lo cual adquiere de
inmediato un status junto a Malamadre, que lo mira con desconfianza y al mismo
tiempo reconoce los sabios consejos que le da, como evitar que sean rotas las cámaras
del circuito cerrado pues una de ellas servirá para dialogar con el negociador que llega
desde Madrid. A la violencia interior de los presos salidos de sus celdas se une la
agitación a las afueras de la prisión, donde los parientes de los reclusos exigen saber el
estado en que se encuentran los suyos. Enterada por la televisión de lo que sucede, Elena
llega a la cárcel en busca de información sobre su marido. Pero alguien decide abatir la
presión de los familiares y se encomienda a Utrilla, el jefe de seguridad de la
penitenciaría, que salga a echar a los advenedizos, con gases y a a golpes. Elena queda
atrapada en la gresca y es golpeada por Utrilla, y llevada al hospital donde muere.
Hasta ese momento, Oliver ha jugado el doble papel de preso fingido y de funcionario
en ciernes que coopera con las autoridades, siempre ante el escrutinio de algunos
suspicaces. Al morir Elena, Juan se transfigura.
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Materia
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La Calle, diario de un espectador
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Persona o institución mencionada
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David Monzón
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Francisco Pérez Gandul