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Extensión
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2 fojas
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Resumen
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Columna La Calle que continua su revisión del libro Dios es redondo de Juan Villoro, Villoro tiene una aguda capacidad de observación y en una parte del texto se enfoca a la fidelidad de la afición y argumenta : ´elegir un equipo es una forma de elegir cómo transcurren los domingos. Unos optan por una escuadra de sólido arraigo familiar, otros se inclinan con claro sentido de la conveniencia por el campeón de turno. en ocasiones, una fatalidad regional decide el destino antes de que el sujeto cobre conciencia de su libre albedrío y el hincha nace al modo ateniense, determinado por la ciudad´, ´a veces la pasión futbolera comienza apoyando una camiseta, al margen de quien se la ponga. Los fans de tendencia epidérmica no son cautivados por el espíritu sino por aspecto de cierto equipo´..
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Tipo
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Artículo periodístico.
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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La calle
para el jueves 1Ode junio de 201 O
Diario de un espectador
De cómo se adquiere una afición
por miguel ángel granados chapa
Con su aguda capacidad de observación, el escritor Juan Villoro no habla en Dios es
redondo , ese libro indispensable, sólo de lo que sobre la cancha hacen dos oncenas cuya
fragoroso pelea pretende ser regulada por un árbitro y dos abanderados. Alza su mirada
hacia las tribunas, el graderío donde hierve la afición, ese vasto y abigarrado conjunto de
personas que tienen fe en un equipo aunque éste no la merezca. A veces, la afición se
vuelve contra el objeto de su fervor. Pero las más de las veces la caracteriza su fidelidad.
La mexicana cuenta entre las más devotas:
"Si hubiera un campeonato mundial de aficiones de futbol , una final posible sería
México-Escocia. Se trata de países que nunca han tenido protagonismo internacional y
quizá por ello han buscado el placer compensatorio de llenar estadios.
"Desde niño sé que no soy testigo de los mejores partidos. La sensación de estar lejos
de los empeines peligrosos se recrudeció cuando empezamos a ver goles por televisión
satelital. De cualquier forma, en mi calidad de aficionado mexicano, sabía desde un
principio que la pasión por el juego no puede depender de los resultados, tantas veces
adversos.
"Elegir un equipo es una forma de elegir cómo transcurren los domingos. Unos optan
por una escuadra de sólido arraigo familiar, otros se inclinan con claro sentido de la
conveniencia por el campeón de turno. En ocasiones, una fatalidad regional decide el
destino antes de que el sujeto cobre conciencia de su libre albedrío y el hincha nace al
modo ateniense, determinado por la ciudad.
"Otras elecciones son más caprichosas, como el flechazo por un jugador, un ídolo de
embrujo capaz de resumir las ilusiones de la infancia. Nada resulta tan doloroso como la
partida a otro club de ese consentido de la gloria que parecía condensar en su pecho los
sueños de la colectividad. Casi siempre, el hincha que creían en el héroe sigue fiel al
club, por más que la motivación inicial se haya ido. Resignado, busca en los once
fantasmas que ahora juegan por él la magia del genio primero. El futbol se convietie a
partir de ese instante en ' sólo ' en un juego de conjunto donde nada es individual hasta
que el apóstata vuelve al campo donde fue un dios de mediodía y los que antes lo
adoraron sienten en la boca la saliva amarga del desencuentro y comprenden, con el
dolor de la lucidez, que el dispensador de proezas no es suyo y acaso nuca lo fuera.
"En esa tarde de descontento el joven aficionado se hace hombre, cumple el rito que
separa de los anhelos perfectos, entiende que ningún héroe es definitivo y que también él
tiene un interés que ya no busca individualidades: un equipo, esa abstracción de colores.
"A veces la pasión futbolera comienza apoyando una camiseta, al margen de quien se
la ponga. Los fans de tendencia epidérmica no son cautivados por el espíritu sino por
aspecto de cierto equipo, Fanáticos de ciettas rayas y no de otra, esta atracción textil
dura con mayor facilidad. Aunque la camiseta sea infamada por anuncios comerciales, el
forofo de escuela cromática tendrá allí perenne ocasión para creer.
"Una vez elegido el club que determina el pulso de la sangre, no hay camino de
regreso. Aunque se mencionan ejemplos en que el raciocinio ha intervenido para mudar
de entusiasmos, el fanático de raza no recusa a los suyos, así reciban golizas de
escándalo".
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Materia
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La Calle, diario de un espectador
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Persona o institución mencionada
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Juan Villoro
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Dios es redondo