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Extensión
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1 foja
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Resumen
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Artículo que pone énfasis a la efeméride que pasó inadvertida, la cual coincidió con la convocatoria al Foro de Consulta Popular para la Comunicación Social, la efeméride el ciento cincuenta años del inicio de la primera Reforma liberal, para don Valentín Gómez Farías fue fundamental alcanzar la soberanía, es decir la condición de supremacía que no admite poder superior fuera de los límites del Estado, por ello la lucha por la Soberanía se resolvió, contra la Iglesia, en favor del Estado, para ello fue preciso reivindicar, entre otros, el derecho secular a educar es decir, se empezó a romper de esa manera el monopolio de la alta educación, sin embargo, es muye claro el hecho de que antes fue la Iglesia la adversaria del Estado, lo es Hoy lo es el poder económico y particularmente el monstruoso monopolio de la televisión comercial, por ello, como lo hizo respecto de la educación en sentido restringido, el Estado debe establecer y ejercer su soberanía en la comunicación social, es decir, asumir la rectoría de un proceso que es al mismo tiempo político, económico, cultural y que por la trascendencia de sus efectos no puede quedar a merced de los designios de los particulares, y menos aún sujeto a intereses mercantiles que, lícitos en el ámbito general de la economía, devienen rápidamente su contrario cuando se trata de este género de fenómenos..
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Tipo
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Artículo periodístico
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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sá bada ·7 de mayo de 1983
La efemérides pasó, lamentablemente, inadvertida. Pero justamente en los mismos días
en que se emitió la convocatoria al Foro de
Consulta Popular para la Comunicaéión Social
se cumplían ciento cincuenta años del inicio
de la primera Reforma liberal , la que don Va lentín Gómez Farías anunció el 15 de abril de
1833. Fundada la República diez años antes
era preciso, después de la Independencia, al canzar la soberanía, es decir la condición de
supremacía que no admite poder superior
fuera de los límites del Estado ni, dentro de
ellos, poder igual.
La lucha por la Soberanía se resolvió, contra
la Iglesia, en favor del Estado . Para ello fue
preciso reivindicar, entre otros, el derecho secular a educar. No fue casual que Gómei
Farras diera , como primer paso en su empresa,
el de autorizar que se confirieran grados a despecho de la decisión eclesiástica, es· decir, se
empezó a romper de esa manera el monopolio
de la alta educación, contra el cual se lanzada
de lleno en septiembre siguiente . Entonces la
Universidad fue declarada, en palabras de Mora , " inútil, irreformable y perniciosa" . Es claro
que no fue la idea misma de la educación su perior, la idea misma de la Universidad , la que
se censuró en aquella época , sino su utiliza ción como instrumento clasista y de dominio
por la Iglesia . Es el poder de ésta el que resulta
combatido.
unomásuno
El monopolio comunic.acional
Retomar la soberanía del Estado
Miguel Angel Granados Chapa
Un desafío análogo al que enfrentó y ganó
el Estado mexicano en el terreno de la educa ción y frente a la Iglesia, se le ha abierto desde
que se inició la radiodifusión en México hace
sesenta años . Los términos de la disputa son ,
mutatis mutandis, los mismos. Se trata de sa ber qu ién puede legítimamente sentar los fun damentos para la modelación de la sociedad.
Se trata de saber si es el Estadolo es¡unlpoder
diverso del estatal. Antes, la querella se circunscribía a la educación formal. Hoy concier ne a esa gran aula sin muros que es la comunicación social . Antes fue la Iglesia la adversaria
del Estado. Hoy lo es el - poder económico y
particularmente el monstruoso monopolio de
la televisión comercial.
Es claro que cuando señalo el antagonismo
entre Estado y poder económico , me refiero
no a la realidad prevaleciente en todo, y especialmente en t:ste momento en nuestro país,
sino a la concepción formal que les confiere
sentidos y tareas distintas, más allá de los me-
car:~ismos que los hace partes de la porción dominante de la sociedad. El Estado mexicano ,
el definido por las luchas populares a partir de
la Independencia, el que con Juárez venció to da resistencia que de manera ilegítima se le
opusiera, el Estado de los derechos de ~!ase
de los trabajadores, el de la tenencia popular
de la tierra, el de la educación universal, gra tuita y laica , ese Estado no recibió legitimidad,
nunca, del poder económico, sino de las fuerzas populares y a ellas, por lo tanto se debe.
Por ello , como lo hizo respecto de la educación en sentido restringido, el Estado debe establecer y ejercer su soberanía en la comunica ción social . Es decir, asumir la rectoría de un
proceso que es al mismo tiempo político ,
económico, cultural y que por la trascenden cia de sus efectos no puede quedar a merced
de los designios de los particulares, y menos
aún sujeto a intereses mercantiles que, lícitos
en el ámbito general de la economía , devienen
rápidamente su contrario cuando se trata de
este género de fenómenos.
Las conciencias, esa entidad inviolable a lo
largo de nuestra historia , son el destino de su
actividad y debieran por lo tanto permanecer
al margen de esa fría regulación mercantil.
Por una decisión explicable claramente en
función de sus propios intereses, pues el tiempo harla claro que detenta parte de la propiedad de lo que es hoy el monopolio de la televisión comercial, el entonces presidente
Alemán determinó en 1950 que la televisión
fuera gestionada privada y, por lo tanto, mercantilmente. Abdicó así del ejercicio de la soberanía estatal, pues ni siquiera reguló la manera en que los particulares desarrollarían la
nueva, potente, cólosal industria. Haber resuelto que la televisión fuera un servicio público, prestado por organismos de derecho
público, no hubiese sido una decisión totalita ria, leviatanesca. En igual sentido estaban procediendo entonces los gobiernos de las democracias de Europa occidental. Si hoy el
régimen de televisión pública ha sido puesto
en cuestión en los países donde ganó carta de
institucionalidad, el hecho no milita en favor
de la gestión privada de ese medio de difusión
entre nosotros, así fuera sólo por la circunstancia de qu e no nos dimos, todavía , la oportunidad de contar con un sistema así que llegue a mostrar sus limitaciones.
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Materia
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Plaza Pública, Uno más Uno
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Persona o institución mencionada
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Iglesia
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Valentín Gómez Farias