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Extensión
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1 foja
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Resumen
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Plaza Pública relativa a la muerte de tres reos que intentaron fugarse de la Penitenciaría de Mérida, el hecho no se ha olvidado entre la opinión pública, al contrario, ha tenido una secuela que debería detenerse pues revela algunos de los mecanismos del poder local, sería debido precisar si el gobernador quiso tomarle el pelo a los abogados y a la opinión pública al ofrecer que se mantendría abierta la investigación ; o si su procurador pasa por alto las instrucciones de su jefe..
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Tipo
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Artículo periodístico.
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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4 • martes ·g ·de octubre de 1
Plaza pública
~ Contradicciones en
Yucatán
• Campaña 'contra el diario
Miguel Angel Granados Chapa
Transcurrió ya un mes de la muerte de tres reos que intentaron fugarse de la Penitenciaría de Mérida y el fuego provocado en la opinión yucateca por ese acontecimiento no
se ha apagado. Por lo contrario, ha tenido una secuela en
que es importante detenerse, pues revela algunos de los
mecanismos del poder local.
En su respuesta a los tres organismos de abogados que
le pidieron una indagación sobre aquella matanza, el gobernador Francisco Luna Kan expresó: "Los órganos del
Ministerio Público de investigación, a través del C. Procurador General de Justicia del Estado, quien jefatura a la institución, tienen instrucciones terminantes de mantener
abierta la fase de averiguación relacionada con los hechos
ocurridos, con particular señalamiento de que no sea desechada ni soslayada prueba alguna, así se trate del indicio
más leve, que pudiera traducirse en responsabilidad hacia
quien o quienes la tengan con motivo de su intervención
en los sucesos". El gobernador se expresó así el 14 de septiembre. El 25 siguiente el director de difusión, prensa y
relaciones públicas del gobierno de Yucatán, Braulio M.
Sánchez Novelo, recogió la cita en una comunicación oficial, lo que indica que la averiguación seguía abierta en ese
momento. Sin embargo, el lunes 2 de octubre, un reportero del Diario de Yucatán entrevistó al procurador Jorge
Martínez Escalante. El periodista le preguntó : "¿Se practicó alguna investigación en relación con la muerte de los
reos? - Sí, no hay delito qué perseguir. Ya está cerrada la
investigación-". (Los subrayados son míos.)
Sería debido precisar si el gobernador quiso tomarle el
pelo a los abogados y a la opinión pública al ofrecer que se
mantendría abierta la investigación; o si su procurador
pasa por alto las instrucciones de su jefe. Muy probablemente este podría ser el caso, dada la ligereza con que
Martínez Escalante parece abordar el asunto, si se juzga
por la reproducción de esta parte de su plática con el reportero del Diario de Yucatán: "Tenemos pruebas de que los
reos murieron a consecuencia del fuego cruzado que hubo
en el penal. - ¿Puedo ver esas pruebas?, pidió el periodista. - A su debido tiempo se las daremos a conocer.
-¿Cuándo? - En plazo perentorio. - ¿Cuánto tiempo es
para usted un plazo normal? -Podrían ser 30, 60 o 90 días.
- Ya transcurrieron los primeros 30 días (le hizo ver el reportero) . - Pues entonces podría ser en 60 o 90 días".
Tal vez esta profesional manéra de interrogar, así como
la actitud que en general ha mantenido en este caso "El
Periódico de la Vida Peninsular" ha suscitado una campaña en su contra . Al principio de la semana pasada, varios
establecimientos com f" 1IP.s e industriales recibieron llamadas telefónicas hr ' 1 ~n nombre ::!el gobernador Luna
v vo
en la ·línea, para invitar a susKan, según afirma!
pender la publicidad en el Diario de Yucatán, porque éste
es enemigo del gobierno. Puede alegarse, en verdad, que
cualquiera pudo llamar atribuyéndose la representación del
gobierno. Pero son inequívocas, en cambio, las palabras
de Miguel Medina, líder ejidal, pronunciadas a ese propósito, el 29 de septiembre y agradecidas por el propio gobernador. Dijo Medina: "Los campesinos de Yucatán no hemos hecho nada hasta estos momentos, pero estamos decididos a enfrentarnos a cualquiera que trate de perjudicar
a su gobierno".
En 1931 el gobernador Bartolomé García Correa ordenó
impedir la circulación de ejemplares del mismo periódico.
En 1933 se toleró la destrucción de las instalaciones de la
Revista de Yucatán, editada por la misma empresa. Los remanentes de la lucha revolucionaria explicaban si no justificaban, aquellas actitudes . Un gobierno conservador disfrazado de revolucionario no tendría hoy para atentar contra
la prensa yucateca, ninguna atenuante. Uno puede disentir
de la línea general del Diario de Yucatán . Pero, al modo ~e
Voltaire, hay que defender su derecho a expresarla.
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Materia
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Plaza Pública
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Persona o institución mencionada
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Francisco Luna
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Jorge Martínez