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Extensión
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1 foja
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Resumen
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Hoy se realizará el careo entre Raúl Salinas.
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sobre
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Texto completo
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Plaza pública
para la edición del 31 de mayo de 1995
Neoliberalismo planeador
Miguel Ángel Granados Chapa
Precisamente cuando se cumple el primer medio año
de su atribulada gestión, el Presidente Zedillo presentará
hoy el Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000. Se trata
de un documento de menor extensión que los tres
anteriores (de 1979, 1983 y 1989), dividido en cinco
porciones, además de la introducción~ referidas a 1)
soberanía; 2) estado de derecho; 3) refonna política; 4)
desarrollo social y 5) crecimiento económico.
Se trata del segundo plan cuya autoría es del doctor
Zedilla. Como secretario de Programación y
Presupuesto, preparó el suscrito por el Presidente
Salinas, quien a su vez había compuesto el plan global
que valió al. secretario Miguel de la Madrid la
candidatura presidencial, así como el primer plan
nacional de desarrollo, ya como titular de la SPP.
Contrariamente a lo que pudiera suponerse, en esta
ocasion hay mayor identidad entre el documento v s
autor. En 1983 el secretario z d'll
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que el plan es de su entera responsabilidad esa
cuantificación será omitida (lo que probabletnente
generará críticas al plan). Además; y debido a su
dificultad para hacerse auxiliar en la confección de los
textos que le importan, el propio Presidente Zedillo
invirtió largas horas de trabajo en la redacción del plan.
Muy otro era el comportamiento del Presidente Salinas,
experto en encomendar ese tipo de . labores a sus
colaboradores, e incapaz de montar por sí mismo un
documento de amplia envergadura. Un editor que lo
visitó en las postrimerías de su gobierno para proponerle
la redacción y publicación de sus memorias, recibió de él
la sincera confesión de su imposibilidad para abordar
una obra de esa dimensión y naturaleza.
El documento que hoy será presentado no
corresponde a las definiciones clásicas de la planeación,
precisamente porque no se propone el logro de metas y
en lista los instrumentos para conseguirl~s. En realidad
traza el marco para que la economía se conduzca
conforme a su propia lógica y sus propias posibilidades.
Y es que hay contradcción en los términos de un plan
formulado' por un gobierno neoliberal, que fía en las
fuerzas del mercado. Esta concepción del mercado
autónomo está reñida con la que concede al Estado la
posibilidad y aun la potestad de regirlo. Pero el deber de
elaborarlo está inscrito en la Constitución y la ley fija
plazos y términos para hacerlo, por lo que se debe
cumplir con la formalidad así no se trate de un verdadero
plan, o así lo considere la crítica ortodoxa.
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Por otras razones, además de esa fundamental, el
plan que hoy se presenta será puesto en el centro de la
discusión. Su propia índole general llevará a que los
cientos de participantes en los foros de consulta
relacionados con el PN.D se pregunten sobre el sentido
de su participación en esas ceremonias. Por supuesto que
nadie en sus cabales tendría derecho a esperar que sus
propuestas o formulaciones aparecieran reproducidas en
el plan, aunque sólo fuera por la síntesis que está
obligado a realizar un documento de ese género. Pero si
no hay por lo menos un aire de familia entre las
conclusiones presentadas en cada ramo y el texto del
PND, se establecerá sin lugar a dudas el carácter retórico
de la consulta, para decirlo de un modo elegante.
Igualmente será motivo de discusión el papel qe
corresponde a diputados y senadores en la emisión del
plan. No se trata de un acto legislativo en sentido formal,
es decir, que deba ser decretado por el Congreso, sino
que es una facultad del Ejecutivo, que lo envía a las
Cámaras exclusivamente para su examen y revisión. Una
propuesta del Presidente Zedi11o para incorporar al
legislativo a la formulación del documento ha sido
interpretada por grupos parlamentarios como un
compromiso para que el plan requiera la aprobación
parlamentaria. En cambio, el Presidente juzga que se ha
cumplido esa oferta con la intervención de comisiones
legislativas en la convocatoria a los foros de consulta y
la presentación de las relatorías correspondientes.
Al margen de la presentación del plan esta mañana,
hay que dedicar unas líneas a la soledad laboral del
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Granados ChaPa
Presidente, expresada en su necesidad de hacer correr la
pluma él mismo sobre los pliegos donde conste el
documento. Tal vez se trata de la reproducción en
pequefía escala de un fenótneno de mayor magnitud, que
preocupa a no pocos sectores en el país, que es la falta de
un trabajo colectivo, de gabinete. Al menos así se
perciben hechos como el que las importantes propuestas
del sector empresarial hayan sido recibidas por el
Presidente Zedillo sin la presencia de los secretarios
relacionados con la gestión de la economía, o el de que
responsables de aspectos centrales del desarrollo social
sean recibidos muy de tarde en tarde. Pero en realidad
ese es un asunto que merece tratamiento aparte.
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Miércoles 31 de mayo de 1995, REFORMA 7
PLAZA PúBLICA
MIGUEL 4NGEL GRANADOS CB4PA
N ealiberalismo planeador
El propio presidente Zedillo se ocupa de redactar
el Plan Nacional de Desarrollo, que conforme a la
ley será presentado al cabo de su sexto mes de gobierno, en un ejercicio contradictorio porque el
neoliberalismo desconfía de la planeación.
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pRECISAMENTE CUANDO SE CUMPLE EL PRIMER
medio año de su atribulada gestión, el presidente Zedillo presentará hoy el Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000. Se trata de
un documento de menor extensión que los
tres anteriores (de 1979, 1983 y 1989), dividido en cinco porciones, además de la introducción, referidas a 1) soberanía; 2) Estado
de derecho; 3) reforma política; 4) desarrollo social y 5) crecimiento económico.
Es el segundo plan cuya autoría es del
doctor Zedillo. Como secretario de Programación y Presupuesto, preparó el suscrito
por el presidente Salinas, quien a su vez había compuesto el plan global que valió al secretario Miguel de la Madrid la candidatura
presidencial, así como el primer Plan Nacional de Desarrollo, ya como titular de la SPP.
Contrariamente a lo que pudiera suponerse, en esta ocasión hay mayor identidad entre el documento y su autor. En 1983 el secretario Zedillo se hizo auxiliar del subsecretario Pascual García de Alba en la
confección de un plan que no correspondía
por entero a las propias concepciones del
hoy presidente de la República, sino a las de
su antecesor. Por ejemplo, contenía metas
cuantitativas, algo impropio según su punto
de vista. Y aunque entonces consiguió que
se presentaran de manera muy compendiada, ahora que el plan es de su entera responsabilidad esa cuantificación será omitida Oo que probablemente generará críticas
al plan). Además, y debido a su dificultad para hacerse auxiliar en la confección de los
textos que le importan, el propio presidente
Zedillo invirtió largas horas de trabajo en la
redacción del plan. Muy otro era el comportamiento del presidente Salinas, experto en
encomendar ese tipo de tareas a sus colaboradores, e incapaz de montar por sí mismo
un documento de amplia envergadura. Un
editor que lo visitó en las postrimerías de su
gobierno para proponerle la redacción y publicación de sus memorias, recibió de él la
sincera confesión de su imposibilidad para
abordar una obra de esa dimensión y naturaleza.
El documento que hoy será presentado no
corresponde a las definiciones clásicas de la
planeación, precisamente porque no se pro-
pone el logro de metas y enlista los instrumentos para conseguirlas. En realidad, por lo que
sabemos, sólo traza el marco para que la economía se conduzca conforme a su propia lógica y sus propias posibilidades. Y es que hay
contradicción en los términos cuando se habla de un plan formulado por un gobierno
neoliberal, que ffa en las fuerzas del mercado. Esta concepción del mercado autónomo
está reñida con la que concede al Estado la
posibilidad y aun la potestad de regirlo. Pero
el deber de elaborarlo está inscrito en la Constitución y la ley fija plazos y términos para hacerlo, por lo que se debe cumplir con la formalidad así no se trate de un verdadero plan,
o así lo considere la crítica ortodoxa.
Por otras razones, además de esa fundamental, el plan · que hoy se presenta será
puesto en el centro de la discusión pública,
por más que no se ocupe de la grave coyuntura que debe ser superada al margen de los
propósitos de más largo alcance (y como supuesto para ese fin). Su propia índole general llevará a que los cientos de participantes
en los foros de consulta relacionados con el
PND se pregunten sobre el sentido de su participación en esas ceremonias. Por supuesto
que nadie en sus cabales tendría derecho a
esperar que sus propuestas o formulaciones
aparecieran reproducidas en el plan, aunque sólo fuera por la síntesis que está obli-
Como autor del
anterior Plan
Nacional de Desarrollo, confeccionado en 1989,
el entonces titular de la SPP, doctor Ernesto Zedillo, debió combatir la tendencia a incluir metas cuantitativas
en ese documento, que juzga debe tener visión de largo alcance.
gado a realizar un documento de ese género. Pero si no hay por lo menos un aire de familia entre las conclusiones presentadas en
cada ramo y el texto del PND, se establecerá
sin lugar a dudas el carácter retórico de la
consulta, para decirlo de un modo elegante.
Igualmente será motivo de discusión el
papel que corresponde a diputados y senadores en la emisión del plan. No se trata de .
un acto legislativo en sentido formal, es de- '
cir, que deba ser decretado por el Congreso,
sino que es una facultad del Ejecutivo, que •
lo envía a las Cámaras exclusivamente para
su examen y revisión. Sin embargo, una propuesta del presidente Zedillo para incorporar al Legislativo a la formulación del documento ha sido interpretada por grupos parlamentarios como un compromiso para que
el plan requiera la aprobación parlamentaria. En cambio, el Presidente juzga que se ha
cumplido esa oferta con la intervención de
comisiones legislativas en la convocatoria a
los foros de consulta y la presentación de las
relatorías correspondientes.
Al margen de la presentación del plan esta mañana, hay que dedicar unas líneas a la
soledad laboral del Presidente, expresada
en su necesidad de hacer correr la pluma él
mismo sobre los pliegos donde conste el documento. Tal vez se trata de la reproducción
en pequeña escala de un fenómeno de mayor magnitud, que preocupa a no pocos sectores en el país, que es la falta de un trabajo colectivo, de gabinete, encabezado por el
Ejecutivo, sino que éste procede a solas. Al
menos así se perciben hechos como el que
las importantes propuestas del sector empresarial hayan sido recibidas, hace tres se- ·
manas, por el presidente Zedillo sin la presencia de los secretarios relacionados con la
gestión de la economía, o el de que a responsables de aspectos centrales del desarrollo
social se les dispense acuerdo muy de tarde
en tarde. Pero en realidad ese es un asunto
que merece tratamiento aparte.
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CAJÓN DE SASTRE
oy se realizará el careo entre Raúl Salinas de Gortari y el diputado Ignacio
H
Ovalle, el primero subordinado en la forma,
superior en los hechos, al segundo, en Conasupo, durante los dos primeros años de la
administración pasada. Las declaraciones
del ex secretario de la Presidencia y ex jefe
de Coplamar fueron concluyentes para configurar la enemistad entre Salinas y su ex cuñadoJosé Francisco RuizMassieu. Será muy
incómoda la posición de Ovalle en ese diálogo que se anuncia ríspido, y agravado por la
insistencia de Fernando Rodríguez González en involucrarlo en el mismo homicidio
por el que se juzga al hermano mayor del ex
presidente Salinas.