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Extensión
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5 fojas
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Resumen
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La causa inmediata de la desavenencia entre Acción Nacional y el priísmo es una jugada que los panistas consideran tramposa, digna.
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Tipo
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Borrador
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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Plaza pública
~
para la edición del26 de mayo de 1995
Amasiato
r
Miguel Angel Granados Chapa
Otro .día nos ocuparemos en extenso de la ubica
actitud del diputado priísta Osear Levin Coppel, quien
por lo visto quisiera ser líder de la Cámara, o de s
partido en la ciudad de México o jefe del Distrito
Federal. Y si se pudiera, las tres cosas simultáneamente.
Hoy lo requerimos sólo para citar la calificación que dio
en el recinto legislativo a la proximidad entre el PRI y
Acción Nacional. Amasiato, la llamó. Hubiera podido
ha~lar de alianza o pacto, que son formas admisibles de
vinculación entre partidos. Pero eligió un sustantivo
descalificador, que indica desacuerdo con la unión y la
considera ilegítima. Por ser un prominente miembro de
su partido (encabeza, al mismo tiempo, la diputación
capitalina y la Comisión legislativa del Distrito Federal),
a quien el Presidente Zedilla r'ecibe con más frecuencia
que a los miembros de su gabinete, debemos considerar
autorizada su voz para caracterizar el lazo que ha unido
al PRI y al PAN. Amasiato, dijo, a la hora de anunciar el
rompimiento. N o se sabe, para continuar la metáfora de
Levín, si la pareja sólo dejó de hablarse, o se ha llegado
a la separación de lechos o se llegará francamente al
divorcio. Por lo pronto, Acción Nacional se retiró de la
mesa de negociaciones sobre la reforma política del
Distrito Federal. Y aunque permaneciera en la de alcance
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...
.
.
nacional, que sin el PRD se reúne al conjuro de la
Secretaría de Gobernación, es claro que el nexo que ha
unido desde 1989 a los dos partidos con mayor votación
quedó envenenado por el virus de la desconfianza.
La causa inmediata de la desavenencia entre Acción
Nacional y el priísmo es una jugada que los panistas
consideran tramposa, digna de un fullero que saca el as
de la manga a la vista de todos, valido de que la pistola
que ha puesto sobre la mesa desalentará cualquier
protesta. Se trata de las modificaciones al estatuto
orgánico del Distrito Federal, relativas a la integración y
funciones de los consejos de ciudadanos que deben
actuar en cada delegación capitalina a modo de cabildos,
según definición del propio Presidente Zedillo.
Un acuerdo previo entre las partes ahora mal
avenidas determinó que las elecciones para constituir
esos consejos se realizaran en junio de este año, que los
partidos presentarían las candidaturas respectivas y que
tales órganos estarían dotados de autoridad. En cambio
ahora, tras la mudanza de opinión en el PRI, los
con1icios serán en novien1bre (decidir lo cual fue un acto
de moderación de última hora, pues se llegó a plantear
un aplazamiento a 1996 y aun al año siguiente), los
partidos quedarán formalmente al margen de la
contienda y los consejos quedarán reducidos a poco más
que las juntas vecinales de la actualidad, órganos de
consulta en el mejor de los casos.
Al parecer, el riesgo de una derrota contundente,
dada la actual situación del PRI con la sociedad,
especialmente en la ciudad de México, orilló al gobierno
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y .a su partido a faltar a su compromiso con Acción
Nacional. El desprestigio creciente de ese partido,
apreciable en las elecciones locales de Jalisco, en las
federales extraordinarias de dos distritos y ya visible en
las encuestas de Guanajuato y Yucatán, se manifestaría
más acusadamente en la capital federal. Y el PRI no
quiso correr ese riesgo. En cambio, si la elección de los
consejos de ciudadanos se realiza al margen de los
partidos, será posible sacar avante a priístas que no lo
parezcan, empujados por la prevaleciente organización
vecinal, adosada casi por entero a los gobiernos
delegacionales.
La reacción panista, especialmente viva, no sólo
expresó el despecho de las víctimas de una traición, sino
también la certeza de que ese modo de elegir consejeros
puede dejar al PAN en una posición minoritaria, muy
por debajo de su verdadero peso electoral. Por su propia
naturaleza, y por convicción de sus dirigentes, Acción
Nacional es un partido de votantes, más que de
militantes. No dispone de agrupaciones sociales y cívicas
(o cuenta con ellas ocasional y tangencialn1ente) que
puedan representar su interés sin ostentar sus siglas. El
PRI, en cambio, sí puede hacerlo. Y también el PRD,
que resulta beneficiario de la veleidad priísta. No en
vano el Partido de la Revolución De1nocrática sostuvo
originalmente la tesis de las elecciones apartidistas,
dejadas a las agrupaciones de ciudadanos. Un nutrido
repertorio de ellas, no s'ólo en barrios marginales,
1nantiene relación estrecha con el partido cardenista, y
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'
serán un útil instru1nento para su fortalecüniento en los
órganos delegacionales.
El in1nediatismo priísta será fuente de problemas y
dificultades. Constituye un golpe a los partidos políticos
en general, cuya alegada desvinculación de los intereses
ciudadanos se intensificará al echarlos fuera de
contiendas que deberían tenerlos como protagonistas. A
ese respecto, aun la Constitución queda probablemente
lastimada, pues su artículo 41 define a los partidos como
agrupaciones de ciudadanos para hacer posible "el
acceso de éstos al ejercicio del poder píblico". (Por eso
quizá se busque echar abajo la reforma de que estamos
hablando,
mediante
el
nuevo
recurso
de
inconstitucionalidad ante la Suprema Corte, a punto de
entrar en vigencia).
Pero el más inmediato saldo adverso del derrotismo
priísta, aparte la paradoja de favorecer a sus adversarios
1nás radicales (como por ejemplo el Moviiniento
Proletario Independiente, que de quererlo podrá ganar
asientos en los consejos de no pocas delegaciones), es el
daño que infligió a su relación con el PAN. Si las
elecciones de pasado mañana no corren por carriles de
tranquilidad y respeto, se ahondará el distanciamiento
entre ambos partidos, y del PAN con el gobierno. Ya es
grave la ausencia del PRD de las incipientes
conversaciones sobre la reforma política del estado y sus
derivaciones. Una nueva vacante en la mesa la dejará sin
sentido. Y eso no conviene a ningún interés legítimo.
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Viernes 26 de mayo de 1995, REFORMA
PLAZA PúBLICA
MIGUEL ANGEL GR.A.NA.DOS CHAPA.
Amasiato
La causa inmediata de la desavenencia entre
Acción Nacional y el priísmo es una jugada
que los panistas consideran tramposa, nigna
de un fullero que saca el as de la manga a la vista
de todos, valido de que la pistola que ha puesto
sobre la mesa desalentará cualquier protesta.
OTRO DfA NOS OCUPAREMOS EN EXTENSO DE LA
Ubicua actitud del diputado priísta Osear
Levín Coppel, quien por lo visto quisiera ser
líder de la Cámara, o de su partido en la
ciudad de México o jefe del Distrito Federal. Y si se pudiera, las tres cosas simultáneamente. Hoy lo requerimos sólo para citar la calificación que dio en el recinto legislativo a la proximidad entre el PRI y
:Acción Nacional. Amasiato, la llamó. Huiera podido hablar de alianza o pacto, que
son formas admisibles de vinculación entre
partidos. Pero eligió un sustantivo descalificador, que indica desacuerdo con la unión
y la considera ilegítima. Por ser un prominente miembro de su partido (encabeza, al
mismo tiempo, la diputación capitalina y la
Comisión legislativa del Distrito Federal), a
quien el Presidente Zedillo recibe con más
frecuencia que a los miembros de su gabinete, debemos considerar autorizada su
voz para caracterizar el lazo que ha unido 1
al PRI y al PAN. Amasiato, dijo, a la hora de
anunciar el rompimiento. No se sabe, para
continuar la metáfora de Levín, si la pareja sólo dejó de hablarse, o se ha llegado a
la separación de lechos o se llegará francamente al divorcio. Por lo pronto, Acción Nacional se retiró de la mesa de negociado- .
1
nes sobre la reforma política del Distrito
Federal. Y aunque permaneciera en la de
alcance nacional, que sin el PRD se reúne
al conjuro de la Secretaría de Gobernación,
es claro que el nexo que ha unido desde
1989 a los dos partidos con mayor votación
quedó envenenado por el virus de la desconfianza.
Se trata de las modificaciones al estatuto orgánico del Distrito Federal, relativas a
la integración y funciones de los consejos de
ciudadanos que deben actuar en cada delegación capitalina a modo de cabildos, según
definición del propio Presidente Zedillo.
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tes abo-
ramal avenidas determinó que las elecciones para constituir esos consejos se realizaran en junio de este año, que los partidos
presentarían las candidaturas respectivas
y que tales órganos estarían dotados de autoridad. En cambio ahora, tras la mudanza de opinión en el PRI, los comicios serán
en noviembre (decidir lo cual fue un acto
de moderación de última hora, pues se llegó a plantear un aplazamiento a 1996 y aun
al año siguiente), los partidos quedarán
formalmente al margen de la contienda y
los consejos quedarán reducidos a poco
más que las juntas vecinales de la actualidad, órganos de consulta en el mejor de los
casos.
El desprestigio creciente de ese partido,
apreciable en las elecciones locales de Jalisco, en las federales extraordinarias de dos
distritos y ya visible en las encuestas de Guanajuato y Yucatán, se manifestaría más acusadamente en la capital federal. Y el PRI no
quiso correr ese riesgo. En cambio, si la
elección de los consejos de ciudadanos se
realiza al margen de los partidos, será posible sacar avante a priístas que no lo parez-
Al parecer, el riesgo de una
derrota contundente, dada la
actual situación del PRI con la
sociedad, especialmente en la
ciudad de México, orilló algobierno y a su partido a faltar
a su compromiso con Acción
Nacional.
1
can, empujados por la prevaleciente organización vecinal, adosada casi por entero
los gobiernos delegacionales.
· La r~acción panista, especialmente viva
no sólo expresó el despecho de las víctima
de una traición, sino también la certeza d
que ese modo de elegir consejeros pued
dejar al PAN en una posición minoritaria
1 • muy por debajo de su verdadero peso elec
toral. Por su propia naturaleza, y por con
vicción de sus dirigentes, Acción Nacional
es un partido de votantes, más que de mi
litan tes. No dispone de agrupaciones socia
les y cívicas (o cuenta con ellas ocasional }l
tangencialmente) que puedan representa
su interés sin ostentar sus siglas. El PRI, e
cambio, sí puede hacerlo. Y también e
PRD, que resulta beneficiario de la veleida
priísta. No en vano el Partido de la Revolu
ción Democrática sostuvo originalmente 1
· tesis de las elecciones apartidistas, dejada
·-a las agrupaciones de ciudadanos. Un nu
: ·· tridó repe·rtorio' de ellas, no sólo en barrios
: marginales, mantiene relación estrech
: con el parndo cªrdenista, y serán un útil
: instrumento para su fortalecimiento en los
: órganos de1egacionales.
:
El inmediatismo priísta será fuente d
: problemas y dificultades. Constituye un gol
1
pe a los partidos políticos en general, cuya
alegada desvinculación de los intereses ciu
dadanos se intensificará al echarlos fuer
de contiendas que deberían tenerlos como
protagonistas. A ese respecto, aun la Cons
titución queda probablemente lastimada,
. púes su artículo 41 define a los partidos co
1
mo agrupaciones de ciudadanos para hace
: posible '.'el acceso de éstos al ejercicio de
: " poder público". (Por eso quizá se busque
: echar abajo la reforma de que estamos ha
: blando, mediante el nuevo recurso de in
: constitucionalidad ante la Suprema Corte,
: punto de entrar en vigencia).
:
'Pero el más inmediato saldo adverso de
' derrotismo priísta, aparte la paradoja de fa
vorecer a sus adversarios más radicale
(como por ejemplo el Movimiento Proleta
río IJ!dependiente, que de quererlo podrá
ganar asientos-en los consejos de no-pnc
delegaciones), es· el daño que infligió a s
relación con el PAN. Si las elecciones de pa
sado mañana no corren por carriles d
tranquilidad y respeto, se ahondará el distanciamiento entre ambos partidos, y de
PAN con el gobierno. Ya es grave la ausen
cía del PRD de las incipientes conversado
nes sobre la reforma política del Estado
sus derivaciones. Una nueva vacante en 1
mesa la dejará sin sentido. Y eso no cqnvie
ne a ningún interés legítimo.
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Materia
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Oscar Levín Coppel.
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Zedillo
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Persona o institución mencionada
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Amasiato