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Extensión
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4 fojas
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Resumen
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La información que la Secretaría de Gobernación tenía desde hace meses sobre el desarrollo de la guerrilla en la selva de Chiapas no tuvo ningún destino, y no se evitó el estallido rebelde. Ahora, el general Absalón Castellanos puede sufrir los efectos de una inacción semejante..
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Tipo
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Borrador
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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Plaza pública
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• ¿Secuestrado o prisionero?
• Infonnación sin destino
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Miguel Angel
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bienes y a la pérdida de la vida. Tal vez los re1nedios sociales que se
apliquen una vez transcurrida la peligrosa coyuntura guerrera,
parezcan un beneficioso efecto del estruendoso reclamo insurgente.
Pero antes de llegar a ese extren1o, la gente con1ún , los indios
1niserables cuyo opaco destino explica la rebelión chiapaneca,
padecerá sufrin1ientos Jnayores que los cotidianos. El hecho de que
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excluido entre nosotros. Y ahora que está delante de nuestros ojos y
nuestra conciencia, no tenen1os derecho a trivializar la pérdida de
vidas hun1anas, ni a desentendernos ele ]o que eso significa.
El gobierno, tanto local como federal, no ignoraban Jo que
ocurría en la selva chiapaneca. Una averiguación judicial fechada en
mayo, luego ele un enfrentmniento entre 1nilitares y grupos indígenas,
annados ya entonces, n1ostró la existencia de un can1po de
entrenan1iento. Y sin ernbargo , el secretario de Gobernación
personaln1ente se en1pecin6 en negar lo que ahora 1nand6 decir a la
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de esta funcionaria y el que se le confiara la lectura del con1unicaclo
oficial del lunes pasado, indican que en Gobernación se cree que la
rebeJión chiapaneca es se1nejante a un estrcn1ecin1iento natural, un
siniestro evitable o re1nediable n1ecliante los 1necanisn1os de la
protección civil, que tal es la cotnpetcncia de la subsecretaria Díaz. En
el docun1ento presentado por ella, se adn1ite paladinan1ente lo que el
titular de la dependencia se obstinó en negar, la existencia de la
guerrilla.
Y si los servicios de seguridad nacional habían captado la
inforn1ación respectiva, es obvio que esa infonnació careció de
destino, Salta de ilundiato la pregunta de por qué no se impidió el
desarrollo de esas aeti vida des contrarias a la ley. La subsecretaria
explicó que ''especial prudencia y cuidado" ante las circunstancias
itnperantes en la zona causaron la inactividad que pcrn1itió el
florecitniento de la insurgencia y, ahora,
la 1nuerte que sus
enfrentmnientos con la autoridad han provocado. Es deplorable que no
puedan eo1nbinarse la eficacia y la prudencia, es decir que sea posible
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evitar las acciones antisociales sin, al n1isn1o tien1po, perturbar a las
poblaciones. afectadas.
La abulia gubernativa no se agotó en el periodo previo a la
rebelión. Continua ahora 1nisn1o, aunque se está co1nbatiendo contra
la insurgencia cuya gestación no se impidió. De esa negligencia puede
dar fe, si puede hacerlo todavía, Absa16n Castellanos Dornínguez,
cuya suerte no parece relevante para el sistcrna políti co del que fue
1nie1nbro relevante. Se trata de un general de división, que dirigió dos
PHONE NO.
544049J
Jan . 05 1994 02:32F~
in1porantes establecin1ientos castrenses, el propio Colegio l\1ilitar y la
Escuela de Clases. Fue, asin1isn10, gobernador del estado. Un gran
nún1ero de chiapanecos, y observadores del acontecer nac]ona] que se
in1pusieron de su lmnentab1e gobierno, descalificaron su actuación en
Tuxtla Gutiérrez. Pero el régilnen está obligado a la solidaridad con
esa figura pública, que fue secuestrado o capturado por el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional..
El predicmnento ético y político en que esta acción colocó al
gobierno es de árdua resolución. Si fallaran los 1nedios 1nilitarcs para
rescatarlo, y el gobierno ton1ara una iniciativa para salvar su vida a
través de una negociación, adn1itirá sin1ul{ánean1ente la inter]ocución
con el poder insurgente que lo ha desafiado. Si rehúsa hacerlo, quizá
esté canjeando su negativa por la vida del general. En el L]arnanúento
de la selva, con1o tituló la guerrilla su n1anifiesto inicial, el Ejército
Zapatista pide ser considerada fuerza beligerante y, puesto que declaró
la guerra, dernandó ser tratada conforn1c a la convención de Ginebra.
En esa lógica, el general Castellanos Dotnínguez es un prisionero, no
un secuestrado.
¿Qué hará el gobierno? Lo único que no puede hacer es siinular
que el probletna no existe ..
P03
Miércoles 5 de enero de 1994, REFORMJ\
PLAZA PúBLICA
MIGUEL ANGEL GRANADOS CHAPA
¿Secuestrado o prisionero?
La información que la Secretaría de Gobernación
tenía desde hace meses sobre el desarrollo de la
guerrilla en la selva de Chiapas no tuvo ningún
destino, y no se evitó el estallido rebelde. Ahora,
el general A bsalón Castellanos puede sufrir los
efectos de una inacción semejante.
La opción violenta es éticamente inadmisible porque, si bien pone en jaque al poder
que se busca derribar, en lo inmediato causa daños a la población, pues la expone a la
destrucción de sus escasos bienes y a la pérdida de la vida. Tal vez los remedios sociales que se apliquen una vez transcurrida la
peligrosa coyuntura guerrera, parezcan un
beneficioso efecto del estruendoso reclamo
insurgente. Pero antes de llegar a ese extremo, la gente común, los indios miserables cuyo opaco destino explica la rebelión
chiapaneca, padecerá sufrimientos mayores que los cotidianos. El hecho de que hayan muerto ya más de cien personas no debiera dejarnos impávidos.
Hace apenas dos semanas dijimos aquí,
al hablar del conflicto en Irlanda del Norte,
que un enfrentamiento entre hermanos no
podía ser excluido entre nosotros. Y ahora
que está delante de nuestros ojos y nuestra
conciencia, no tenemos derecho a trivializar la pérdida de vidas humanas, ni a desentendernos de lo que eso significa.
El gobierno, tanto local como federal, no
ignoraba lo que ocurría en la selva chiapaneca. Una averiguación judicial fechada en
mayo,luego de un enfrentamiento entre militares y grupos indígenas, armados ya entonces, mostró la existencia de un campo de
entrenamiento. Y sin embargo, el secretario
de Gobernación personalmente se empecinó en negar lo que ahora mandó decir a la
subsecretaria Socorro Díaz. Por cierto que
la naturaleza de las tareas de esta funcionaria y el que le confiara la lectura del comunicado oficial del lunes pasado, indican que
en Gobernación se cree que la rebelión chiapaneca es semejante a un estremecimiento
natural, un siniestro evitable o remediable
mediante los mecanismos de la protección
civil, que tal es la competencia de la subsecretaria Díaz. En el documento presentado
por ella, se admite paladinamente lo que el
titular de La dependencia se obstinó en negar, la existencia de la guerrilla.
Ysi lo servicios de seguridad nacional habían captado la información respectiva, es
obvio que esa información careció de destino, Salta de inmediato la pregunta de por
qué no se impidió el desarrollo de esas actividades contrarias a la ley. La subsecretaria explicó que "especial prudencia y cuidado" ante las circunstancias imperantes en
la zona causaron la inactividad que permitió el florecimiento de la insurgencia y, ahora, la muerte que sus enfrentamientos con
la autoridad han provocado. Es deplorable
que no puedan combinarse la eficacia y la
prudencia, es decir que sea posible evitar
las acciones antisociales sin, al mismo ti empo, perturbar a las poblaciones, afectadas.
La abulia gubernativa no se agotó en el
periodo previo a la rebelión. Continúa ahora mismo, aunque se está combatiendo
contra la insurgencia cuya gestación no se
impidió. De esa negligencia puede dar fe, si
puede hacerlo todavía, Absalón Castellanos
Domínguez, cuya suerte no parece relevante para el sistema político del que fue mi embro distinguido. Se trata de un general de
división, que dirigió dos importantes establecimientos castrenses, el propio Colegio
Militar y la Escuela de Clases. Fue, asimismo, gobernador del estado. Un gran núme-
La suerte de Absalón Castellanos Domínguez no parece relevante para el sistema político del
que fue miembro distinguido. Se
trata de un general de división
que dirigió dos importantes establecimientos castrenses, el propio Colegio Militar y la Escuela
de Clases. Fue, asimismo, Gobernador del estado.
ro de chiapanecos, y observadores del
acontecer nacional que se impusieron de su
lamentable gobierno, descalificaron su actuación en Tuxtla Gutiérrez. Pero el régimen está obligado a la solidaridad con esa
figura pública, que fue secuestrado o capturado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
El predicamento ético y político en que
esta acción colocó al gobierno es de ardua
resolución. Si fallaran los medios militares
para rescatarlo, y el gobierno tomara una
iniciativa para salvar su vida a través de
una negociación, admitirá simultáneamente la interlocución con el poder insurgente
que lo ha desafiado. Si rehusa hacerlo, quizá esté canjeando su negativa por la vida
del general. En el Uamamiento de la selva,
como tituló la guerrilla su manifiesto inicial, el Ejército Zapatista pide ser considerada fuerza beligerante y, puesto que declaró la guerra, demandó ser tratada conforme a la Convención de Ginebra. En esa
lógica, el general Castellanos Domínguez es
un prisionero, no un secuestrado.
¿Qué hará el gobierno? Lo único que no
puede hacer es simular que el problema no
existe.
•••
CAJÓN DE SASTRE
inco creadores, que han merecido el
Premio Chiapas, lanzaron un llamaC
miento a la pacificación de su estado natal.
Eraclio Zepeda, Elba Macías, Carlos Olmos,
Juan Bañuelos, Osear Oliva y Carlos Jurado proponen, entre otros puntos para la reflexión y la acción, que "la paz debe ser reconquistada por la inteligencia, por la democracia, por la libertad, la igualdad y la
fraternidad". Añaden que "es urgente esforzarnos en el entendimiento basado en la
unidad de la diferencia, en el respeto a las
distintas culturas. Es la oportunidad de
abandonar, por parte del gobierno, oscuros
métodos de control político, cerrazones antidemocráticas, terror a las opiniones diferentes. Es el momento de exigir firmemente nuestros derechos y cumplir nuestras
obligaciones ciudadanas. Ha llegado el día
de exigir a la federación los recursos necesarios para el despegue económico y social
de las comunidades indias con pleno respeto a sus planes y proyectos, a través de su
participación democrática, sin caciques. Es
la hora precisa de poner término a la destrucción ecológica de la selva Lacandona,
patrimonio de estos pueblos y toda la humanidad. Vivimos el tiempo preciso para
unirnos mexicanos indios y mexicanos no
indios en una lucha común: conquistar el
derecho a la autonomía de los pueblos indios en el marco de la soberanía nacional" .
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Materia
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Socorro Díaz.
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Absalón Castellanos Domínguez
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Persona o institución mencionada
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¿Secuestrado o prisionero?