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Extensión
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2 fojas
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Resumen
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Si la rebelión campesina en Chiapas es lo que parece, estamos en presencia de un desafío militar y político al orden establecido. Es comprensible que ese reto surja en Chiapas, cuyo atraso estructural se ha agravado por condiciones adversas y un gobierno deficiente..
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Tipo
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Publicación Reforma
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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Lunes 3 de enero de 1994, REFORMA/ I NTEIUJAOIONAL ·~
PLAZA PúBLICA
MIGUEL ANGEL GRANADOS CHAPA
Chiapas: ¿Cuál violencia?
Si la rebelión campesina en Chiapas es lo que
parece, estamos en presencia de un desafío militar
y político al orden establecido. Es comprensible
que ese reto surja en.Chiapas, cuyo atraso estructural se ha agravado por condiciones adversas y
un gobierno deficiente.
las últimas entidades del país en cuanto a desarrollo, se han agravado por circunstancias
de todo género. El café, que se cultiva en bue~arece
Chiapas. Si es así, veinte años después rena parte de la zona, padece una crisis que desurge en México la apelación a las armas copaupera a sus ya empobrecidos cosechadores. Otros productos agropecuarios sufren
mo recurso político. Si las cosas son como
se presentan, no se trata de un movimiento
condiciones de mercado igualmente deficiente. En Las Margaritas, uno de los municon una demanda particular, que pueda ser
cipios en conflicto hoy, la cartera vencida de
atendida tras una presión extrema, como ha
los agricultores los tiene en la desesperación.
solido ocurrir en los últimos años. Es un deEl gobierno local es particularmente ine~>afío militar y político a todo el orden estaficaz. El secretario de Gobernación, que hablecido. Por eso la buena voluntad de los
obispos católicos de esa entidad está destice un año retornó de Tuxtla Gutiérrez a la
ciudad de México, no se arriesgó a dejar en
nada a caer en terreno yermo.
Cualquiera que sea el curso y la naturala gubernatura a un político con experiencia, y escogió a un novato, ligado además
leza de los acontecimientos, nuestro país no
será el mismo después de este estremece- ' con intereses caciquiles, que ha sido un desastre. Como sucede con el interino de todo
dor comienzo de año. Lo que ha gritado con
violencia en Chiapas es el México profundo,
ejecutivo en ascenso, hay en Chiapas dos
el México bronco, el que está de más en los
gobernadores y ninguno, pues Elmar Setzer Marseille es mal administrador del biplanes gubernamentales de modernizaen político que el secretario González Blanción. Debemos aproximarnos con el máxico Garrido sigue considerando propio.
~o cuidado al examen de una situación inéNo obstante las tensiones crecientes en
dita, de la que acaso se desprendan conselas zonas alteñas, hace meses que nadie
cuencias inimaginables.
atiende a los reclamos de los indios que se
La primera hora de 1994 quedó marcaapoderaron de la oficina estatal de asuntos
da por un estallido armado, que antes de 48
indígenas con sede en San Cristóbal de las
horas había causado ya una cincuentena de
Casas. sin hallar interlocutor válido. Mien~uertos, liberó a casi dos centenares de retras tanto, nuevos cinturones de miseria rolos y mantenía en poder de los alzados seis
dean a San Cristóbal y otras ciudades. EsPtunicipios del estado de Chiapas. No se sabe si el pasmo o la prudencia del gobierno
impidió que la sublevación campesina chiapaneca generará un mayor número de víctimas. De ser parálisis era extraña, sólo exComo sucede con el interino de
plicable si la rebelión no es lo que parece,
todo Ejecutivo en ascenso, en
o si se llegó al extremo de que el gobierno
creyera en sus propios desmentidos, que inChiapas hay dos gobernadores y
cluían asegurar lo dañino que era hablar de
que en Chiapas había guerrilla. Porque de
no hay ninguno. Sin experiencia
tiempo atrás se sabía que ésta se hallaba en
política, y ligado a intereses capleno periodo de organización en Chiapas.
Y porque es difícil que miles de personas,
ciquiles, Elmar Setzer Marseille
dotadas de gran capacidad de fuego, con loha resultado un mal administragística eficaz y hasta uniformes, se desplacen dentro de un amplio perímetro sin ser
dor de un bien que el secretario
detectados por la fuerza militar.
Es comprensible que sea Chiapas donde
de Gobernación considera como
brota este foco de insurgencia armada. Las
propio.
condiciones de atraso que lo colocan entre
U na rebelión
campesina. Eso es lo que
estar ocurriendo en los Altos de
tán formados por decenas de miles de indígenas expulsados de sus comunidades, con
el pretexto de su conversión al evangelismo
y en realidad porque ponen en riesgo el dominio caciquil, que asegura al PRI una
enorme reserva de votos.
Si no fuera porque la sublevación denota condiciones desesperadas y puede provocar una represión masiva, se podría calificarla como un acto de justicia poética.
Porque los orígenes del movimiento armado chiapaneco están en acciones que antes
u hoy mismo fueron estimuladas por el gobierno, y ahora se vuelven en su contra.
Eso, si los hechos son como parecen.
El sacerdote jesuita Mardonio Morales recordó hace apenas cuatro meses que el germen de radicalismo que ha estallado ahora
en Chiapas fue sembrado allí por el grupo Línea Proletaria, "cuyas cabezas fueron Adolfo Orive, actual director de capacitación de
la Confederación Nacional campesina (CNC),
y Hugo Andrés Araujo de la Torre, diputado
del PRI y líder de esa central" . (Proceso No,
880, 13 de septiembre de 1993). Araujo de la
Torre, amigo cercano y antiguo del Presidente de la República, presidió en noviembre el
Congreso y en esa calidad dio respuesta al
quinto informe de esta administración.
Igualmente, en la organización de los grupos campesinos que ahora eligieron la vía armada, se encuentra el Partido Socialista de
los Trabajadores, llamado ahora Partido del
Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, agrupación de alquiler del gobierno y su
partido, destinada ala realización del trabajo sucio, lo que la participación de estos grupos en este desafío armado implica es el alto costo que la manipulación puede significar aun para sus practicantes.
El manifiesto político de la sublevación
armada pone especial empeño en retar al
Ejército. Su primera acción formal se dirigió, asimismo contra una sede militar, la de
la 31a. zona, cercana a San Cristóbal. Sería
explicable este encono, porque en los meses
recientes menudeó la información sobre incursiones castrenses violentas en varias comunidades. Se había desplegado una estrategia de doble carril, que consistía por una
parte en el incremento del gasto social a través de Solidaridad (que se concentraba excesivamente en las cabeceras municipales,
y no entraba en el fondo de las cuestiones) y
por otro lado en la intensificación de las acciones militares contra la organización social. Eso hace comprensible este enfático desafío el Ejército. Pero tal reto se resolverá, si
la previsible derrota del movimiento armado ocurre pronto y sus sobrevivientes se refugian en la selva, en una militarización de
Chiapas, favorable al conservadurismo.
------------------------~------~ artes 4 de enero de 1994, REFORMA
PLAZA PúBLICA
MIGUEL ANGEL GRANADOS CHAPA
N orteamérica no, Centroamérica
Los gobiernos federal y estatal han tenido una doble reacción ante el levantamiento de Chiapas
igualmente desafortunadas. Por un lado, las autoridades no han comparecido ante la población, iniciativa necesaria ante la dimensión de la crisis, y
se pasa por encima de la ley en las acciones militares de respuesta.
Cuando el gobierno y el sector moderno
al que ha favorecido, proclamaban la conversión de México en miembro de Norteamérica, desde Chiapas surgió la sonora voz
de la insurgencia armada que nos hizo saber en cuánta medida somos Centroamérica. Es verdad que ya no hay combates en El
Salvador, donde entre miedos y trampas la
paz busca abrirse paso. Pero en Nicaragua
no están enterradas por completo las armas, como se vio hace pocos meses. Y en
Guatemala, la Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca sigue remontada, rehusando firmar la paz aunque se la ofrezca un
presidente que fue garante de los derechos
humanos, como Ramiro de León.
Guatemala: de allá, y de aquí también,
surgen rumores de que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional está influido, u
quizá hasta adiestrado, por la URNG. Y se
invoca ya el argumento de la extranjería
para denostar a los insurgentes. Y eso se
hace en la hora en que se canta la inevitabilidad de la globalización y las bondades
de las integraciones de todo género. De haber influencia, de cualquier género, de una
guerrilla a otra, ¿por qué habría de asombrarnos, teniendo en cuenta la similitud de
condiciones vigentes a ambos lados del
Usumacinta? El internacionalismo económico, ¿es menos inexorable que el social y
político y aun el militar?
Mientras las acciones guerreras continúan en desarrollo en los Altos Chiapanecos,
los gobiernos federal y estatal reaccionaron
con lentitud. Si el brote insurgente tiene los
perfiles que son evidentes, estamos ante una
crisis política de gran magnitud. Una multitud armada, capaz de tomar varias poblaciones simultáneamente, ha declarado la
guerra, así textualmente, al gobierno de México y ha propuesto el derrocamiento del
Presidente de la República. De ese modo se
iniciaron muchos de los episodios que hicieron de nuestra patria una república turbulenta en el siglo pasado. Y de esa manera comenzaron también los movimientos que luego hemos dado en llamar la Revolución
Mexicana. No se trata del delirio de un esquizofrenico, ante ef cual se suelta la risa o
se practica el desdén. Se trata de una tentativa armada, capaz de organización y movilización, cuyos primeros lances provocaron
ya quizá un centenar de muertos.
Ante ese desafío, el gobierno ha reaccionado de dos modos a cuál más desafortunado. En el plano formal, actúa como si la crisis no existiera. Se trata de la entidad gobernada hasta hace un año precisamente
por el ahora secretario de Gobernación. El
estallido muestra la verdadera naturaleza
de su gobierno (pues las condiciones de la
rebelión no se engendraron sólo en los últimos doce meses y si así fuera, el interino fue
y es subalterno suyo), lo que debilita suposición ante el proceso electoral que, como
principal tarea, debe encabezar este año.
Pero se procede como si se demandara la
construcción de un camino, el remedio de
una necesidad municipal, la libertad de
unas personas presas injustamente. Falta el
planteamiento político, que debía correr a
cargo del Presidente de la República. No lo
hemos visto acudir a la radio y a la televisión, en cadena nacional, como ha hecho
Falta el planteamiento político,
que debiera correr a cargo del
Presidente de la
República. No lo
hemos visto acudir a la radio y a
la televisión como hizo en cada
uno de los momentos cruciales de
la negociación del Tratado de Libre Comercio y aun en tratándose de la vacunación.
para anunciar los momentos cruciales del
Tratado de Libre Comercio y aun para esti·
mular el que se participe en las campaña~
de vacunación. Si un saludo de año nueve
estaba previsto, era apremiante anticipar·
lo, de cara a la gravedad del problema. Si
los estrategas gubernamentales suponer
que el fingir ignorancia suprime la cuestión
debían detenerse al menos en las repercu·
siones que el asunto está teniendo en la
prensa internacional, para advertir su talla.
Pero, en realidad, el gobierno tienen plena conciencia de esta coyuntura. En el otro
aspecto de su reacción, está rápidamente
militarizando la región, se dirá que es apenas normal que eso ocurra, pues si un grupo de alzados amenaza el orden legal, éste
ha de restablecerse. Pero el Ejército Zapatista y el Ejército Nacional deben regirse
por lógicas, éticas y legalidades distintas.
Los miembros de aquél son calificados como "infractores a la ley" por los comunicados castrenses. Y, sin embargo, se ha colocado a las fuerzas armadas regulares en situación semejante, porque sin que mediara
instrucción formal alguna se ha hecho cargo de labores policiacas.
Sigue vigente (a menos que en las tempestades de reforma legislativa se hubiera decretado su modificación) el artículo 129 de la
Constitución, que dispone que "En tiempo de
paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tenga exacta
conexión con la disciplina militar".
Aunque el Ejército Zapatista haya declarado la guerra, ésta no existe para el go•
bierno mexicano, pues entrar en esa condición jurídica implica procedimientos que
no se han cubierto. Igualmente la suspensión de las garantías individuales supone la
entrada en operación del mecanismo previsto en el artículo 29, única posibilidad de
instaurar el estado de emergencia. En Chiapas, sin embargo, esa condición de excepcionalidadjurídica rige ya, sin que nadie la
haya decretado, o sin que nadie asuma la
responsabilidad de hacerlo.
Romper el Estado de Derecho, en tales
condiciones, no ha sido sólo el propósito de
los insurgentes, sino que en ese objetivo
han sido acompañados por el gobierno. Decirlo no surge de un escrúpulo formalista.
Concierne al destino inmediato de las comunidades afectadas por la presencia militar. Si sus efectivos no están ceñidos por
la legalidad, su presencia será repudiada
por la gente que encontrará tan ruinosa la
presencia de una fuerza armada como la de
otra. Y medir con el mismo rasero a combatientes que debieran quedar bien diferenciados es el principio de la verdadera disolución social.
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Materia
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Mardonio Morales
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Persona o institución mencionada
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Chiapas : ¿Cuál violencia?