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Extensión
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Resumen
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Suele ocurrir que la pérdida de un ser querido sufrida por un funcionario público provoque una profusión de expresiones de condolencia. Por eso no fue extraño que la muerte de don José Carreño Carbó suscitara una notable afluencia de ese género de manifestaciones. Pero me pareció percibir en ellas no la frialdad burocrática sino el tono cordial de que impregna sus relacion con José Carreña Carlón, el hijo mayor del extinto señor Carreña Carbó, que es el vocero presidencial..
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Clasificación
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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bl puxito ocho de las detnandas zapatistas se refiere al problen1a
agrado en Chiapas . Aunque se anuncia en )u respuesta la reapertura
del cancelado repruto agrario, y eso constituye a la vez un avance y un
triunfo político para los sublevados, el progratna que al respecto
anuncia el docmnento suscrito por Manuel CRn1acho se parece
-demasiado -a ,posiciones gubernarnental~s anteriores, las nlisn1as que
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el actual gobierno, fue de plano desechada, aunque no se diga de ese
n1odo y aunque se busque colar, cotno de contrabando, en la ley sobre
derechos indfgenast algunas fónnulas que estabatl'vigentes h.a,sta antes
de la presente adtninistración. A ese respecto, el presidente SaUnas
inició una polétuka a distancia con los zapatistas, que en este punto
ocho exigen que el artículo 27 vuelva u su espíritu original, el de
Zapata. Apenas 24 horas después de difundida esta expresión, y ante
el sector agropecuario tk suu gobierno, Salinas refutó la tesis de los
alzados, alegando que el espíritu del 27 es fiel a Zapata. Tal vez
ninguna de las partes tenga razón, porque la redacción ptinügenia de
ese texto· <.;onstitw.;·iunal -no -satisfizo ·a1 ·caudi-Ho -agrarista, no sólo por
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e5candaloso. Admite que en Chiapas "no se realizó en plenitud e1
proceso de la reforn1a agraria", y sin etnbargo en 1990 se lo dio por
concluido allí tan1bién, sin establecer excepción alguna. Esa propuesta
incluye sobre todo innovaciones legales. La ley indígena, cuya
iniciativa se enviaría por el Presidente Salinas en abril próxilno, será
en arnplia Inedida una ley agraria, pues no sólo regulará el artículo 4o.
constitucional, sino tmnbién las fracciones dCl 27 que se reflcran a los
.asuntos agrarios de Jas coinunidáélcs indígenas. Aparte, en el án1bito
local se expedirá una ley de justicia agraria. Pero la priJnera tendrá un
alcance federal, lo que ilnplica que no sólo en Chiapas, donde surgió
el levantainiento. arn1ado, sino en toda la rep-ública, se aplicarían
"procedhnieentos para el fraccionan1iento de los latifundios" y se
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- práctica e] "proceditniento restitutorio que, a través de una apreciación
objetiva, haga frente al despojo de tierras y aguas de las que hayan
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Sinwltánearnente con la elaboración ~ discusión de las
·iniciativas legales, la oferta agrarista del gobierno a los zapatistas
incluye la realización de estudios, en un plazo de noventa días (que no
se estipula si con1enzaron ya a correr o se iniciarán a la hora de que se
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fondo de tierras pudieran Cot\iuntarse)'.
Entre bro1na y veras se asegura que los funcionarios tnexicanos
son eruditos en su rnateria, pues continuanatnente realizan estudios,
con1o estos que se harían en Chiapas. Contrast~ este pau~~ado proceder
con la decisión que un gobierno n1uy cauteloso en cuestiones sociales,
corno el de Miguel de la Madrid, asun1ió ante el estren1ecin1icnto
físico y social que fue el tcrrctnoto de 1985. Las expropiaciones
urbanas de entonces, cuyo apresuratniento originó errores y
corrupción, constituyeron a pesar de esas deficiencias y desviaciones,
una respuesta excepcional, acorde con ]a igual naturaleza del episodio.
Tan falta de sentido de urgencia es la respuesta agraria del
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cultivo de la tierra, adicionales al suelo tnisnJo, se contesta con la
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neutralidad propia de un texto acadétnico, que n1era1nente enuncia un
problema sin insunuar siquiera un ofrccin1iento: "En los esfuerzos de
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Lunes 7 de marzo de 1994. REFORMA 1INTERNACIONAII
PLAZA PúBLICA
MIGUEL ANGEL GRANADOS CHAPA.
Neoagrarismo en Chiapas
conforme a las leyes vigentes en este mo
Aunque se haya reabierto el reparto agrario, en la mento,
tener "completa claridad de la ·
respuesta gubernamental a los zapatistas falta un mensión de las demandas en las regiones co
rrespondientes, de las disponibilidades d
sen ti do de urgencia, como si se pretendiera
tierra que por las vías legales y por la vía d
la adquisición para el fondo de tierras pu
resolver con criterios propios de la normalidad
dieran conjuntarse".
Entre broma y veras se asegura que lo.
una situación que surgió precisamente por
funcionarios mexicanos son eruditos en st
materia, pues continuamente realizan estu
agotamiento de las fórmulas en uso.
• dios, como estos que se harían en Chiapa
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punto ocho de las demandas zapatistas se refiere al problema agrario en Chiapas. Aunque se anuncia en la respuesta la
reapertura del cancelado reparto agrario, y
eso constituye a la vez un avance y un triunfo político para los sublevados, el programa
que al respecto anuncia el documento suscrito por Manuel Camacho se parece demasiado a posiciones gubernamentales anteriores, las mismas que provocaron la desesperación que condujo a las armas.
En efecto, la petición central zapatista en
materia agraria, la anulación de la reforma
al artículo 27 constitucional perpetrada por
el actual gobierno, fue de plano desechada,
aunque no se diga de ese modo y aunque se
busque colar, como de contrabando, en la
ley sobre derechos indígenas, algunas fórmulas que estaban vigentes hasta antes de
la presente administración. A ese respecto,
el presidente Salinas inició una polémica a
distancia con los zapatistas, que en este punto ocho exigen que el artículo 27 vuelva a su
espíritu original, el de Zapata. Apenas 24
horas después de difundida esta expresión,
y ante el sector agropecuario de su gobierno, Salinas refutó la tesis de los alzados, alegando que el espíritu del27 es fiel a Zapata.
Tal vez ninguna de las partes tenga razón,
porque la redacción primigenia de ese texto constitucional no satisfizo al caudillo
agrarista, no sólo por sus limitados alcances, sino porque fue gestado en el sendo del
carrancismo, tan enemigo de Zapata que lo
exterminó.
La propuesta del gobierno a los zapatistas, que sólo recoge parcialmente sus demandas, parte de un reconocimiento que se
diría escandaloso. Admite que en Chiapas
"no se realizó en plenitud el proceso de la
reforma agraria" , y sin embargo en 1990 se
lo dio por concluido allí también, sin establecer excepción alguna. Esa propuesta incluye sobre todo innovaciones legales. La ley
indígena, cuya iniciativa se enviaría por el
presidente Salinas en abril próximo, será en
amplia medida una ley agraria, pues no só-
lo regulará el artículo 4o. constitucional, si· no también las fraccione~ del 27 que se refieran a los asuntos agrarios de las comunidades indígenas. Aparte, en el ámbito local
se expedirá una ley de justicia agraria. Pero la primera tendrá un alcance federal, lo
que implica que no sólo en Chiapas, donde
surgió el levantamiento armado, sino en toda la República, se aplicarían "procedimientos para el fraccionamiento de los latifundios" y se determinarían "los casos en ·q ue
sea de utilidad pública la expropiación y
ocupación de la propiedad privada, y se pondría en práctica el "procedimiento restitutorio que, a través de una apreciación objetiva, haga frente al despojo de tierras y aguas
de las que hayan sido o sean titulares los
pueblos o comunidades indígenas".
Simultáneamente con la elaboración y
discusión de las iniciativas legales, la oferta
agrarista del gobierno a los zapatistas incluye la realización de estudios, en un plazo de
noventa días (que no se estipula·si comenzaron ya a correr o se iniciarán a la hora de
que se firmen los acuerdos), que permitan,
Contrasta este pausado proceder con la de
cisión que un gobierno muy cauteloso e
cuestiones sociales, como el de Miguel de h
Madrid, asumió ante el estremecimiento fí[
sico y social que fue el terremoto de 1985¡
Las expropiaciones urbanas de entonce
cuyo apresuramiento originó errores y co
rrupción, constituyeron a pesar de esas d
ficiencias y desviaciones, una respuesta ex
cepcional, acorde con la igual naturaleza de
episodio.
Tan falta de sentido de urgencia es la res·
puesta agraria del gobierno a los zapatis
tas, que a la exigencia de elementos para e
cultivo de la tierra, adicionales al suelo mis
m o, se contesta con la neutralidad propia dE
un texto académico, que meramente enun·
cia un problema sin insinuar siquiera Uii
ofrecimiento: "En los esfuerzos de diversifi
cación serán muy importantes las obras d
infraestructura y los financiamientos dE
largo plazo para apoyar la capitalización de
las comunidades y ejidos, así como nuevru
inversiones, siempre con la investigación
el desarrollo tecnológico que para sostener·
se en el largo plazo deberá contar con au·
tonomía y recursos financieros garantiza·
dos?".
¿Cómo se dirá eso en tzotzil o en tojola·
bal?
•••
El pausado
proceder que se
plantea a los zapatistas en materia agraria es
más cauto que el
seguido por el
cauto presidente Miguel de la
Madrid, que respondió con expropiaciones al estremecimiento
ñsico y social que fue el terremoto del19 de septiembre de 1985.
CAJON DE SASTRE
u ele ocurrir que la pérdida de un ser que·
rido sufrida por un funcionario públicd
S
provoque una profusión de expresiones
d~
condolencia. Por eso no fue extraño que la
muerte de don José Carreño Carbó suscita·
ra una notable afluencia de ese género d~
manifestaciones. Pero me pareció percibii
en ellas no la frialdad burocrática sino el to·
no cordial de que impregna sus relacionm
José Carreña Carlón, el hijo mayor del ex·
tinto señor Carreña Carbó, que es el vocerc
presidencial. Por mi parte, permítase me de·
cir que, especialmente en los últimos seü
años he comprobado que las contingente~
diferencias políticas pueden ser nimjas con·
trastadas con la firmeza de vínculos d€
amistad anudados en mejores tiempos, er
nombre de los cuales le envío un fraterna
abrazo.