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Extensión
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1 foja
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Resumen
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Primero fue el general Jorge Videla, en Argentina. Luego, el presidente de Brasil Fernando Collor de Mello. y ahora ha tocado el turno al ex presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez. Los tres casos son.
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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plaza pública
para la edición del 20 de mayo de 1994
Dentro de noventa días
rniguel ángel granados chapa
Dentro de tres meses se efectuarán las elecciones
federales (y locales en Chiapas, el estado donde una frágil
tregua disimula la presencia de un movimiento armado
antigubernamental) . Los noventa días que siguen, en
consecuencia, estarán preñados de tensiones, las que son
inherentes al proceso electoral mismo, y las de otros órdenes
que tienen una clara repercusión. No es catastrofisrno suponer
que esas tensiones irán en aumento.
En el orden estrictamente electoral, una revisión
sumaria de los acontecimientos que preparan los comicios
arroja el siguiente resultado: anteayer miércoles se
publicaron en el Diario Oficial las más recientes, pero no
las últimas enmiendas y adiciones al Código Federal de
Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) . Las
negociaciones que condujeraon a esas reformas (aprobadas en
el Congreso de la Unión la semana pasada) continúan en la
secretaría de Gobernación, y es posible que este fin de
semana produzcan sus últimos frutos, que se reflejarán en un
nuevo paquete legislativo. Con el secretario de Gobernación,
los presidentes de los tres partidos mayores, y sus expertos
electorales han conseguido difíciles consensos, que han ido
teniendo traducción legal, en una labor riesgosa, por los
cambios que implica en la estructura legal y administrativa
del procedimiento electoral en plena marcha.
La singularidad de esta parte del fenómeno electoral es
la participación del PRO. En 1990 y 1993 ese partido no sólo
rehusó sumarse, sino que se opuso a las iniciativas aprobadas
por Acción Nacional y el PRI. Ahora adoptó, por decisión de
su consejo nacional, puesta en práctica por su presidente
Porfirio Muñoz Ledo, la posición contraria, no sin zarandeos
internos.
Estos se manifestaron tanto en la ruptura de la unidad
parlamentaria perredista al votarse las modificaciones
legislativas, corno en el diferendo entre el propio Muñoz Ledo
y el representante de su partido en el Instituto Federal
Electoral, Sarnuel del Villar. El problema de fondo, que no
puede ser soslayado, es la desconfanza de ese partido (o de
amplios sectores dentro de él) respecto del gobierno en
materia electoral. La suspicacia no es gratuita, pues se basa
en la experiencia de 1988 cuyo resultado, aun visto del modo
más benévolo (corno lo hizo el PAN), fue incognoscible en los
hechos,, por la suma de las irregularidades habidas, aunque
legalmente se hubiera adoptado una verdad jurídicamente
irrebatible.
Aparte las impugnaciones al padrón electoral, la
integración de este irnportantisirno instrumento de los
comicios sigue adelante. Los funcionarios electorales,
escogidos al azar entre quienes nacieron en noviembre y
diciembre, están asistiendo a los cursos de capacitación
electoral. El debate que se realice sobre el desarrollo y las
eventuales irregularidades que se imputen al padrón, se
agregará a las auditorías de diversos géneros que se le han
practicado, a fin de comprobar su confiabilidad. La que
corrió a cargo de los ciudadanos, a quienes se invitó a
examinar las listas nominales a fin de comprobar si sus datos
estaban incluidos y eran correctos, no produjo un resultado
medible. El hecho de que ningún ciudadano haya presentado
recurso alguno ante el Tribunal Federal Electoral sobre ese
terna, puede ser interpretado corno ignorancia o desinterés, o
corno perfección del padrón. Es preciso reconocer la doble
realidad evidente en torno del padrón: Se ha desplegado sin
duda un esfuerzo por que tal instrumento sea completo y digno
de fe, pero existe una inercia de sospechas, no todas
surgidas de la irnganiación neurótica, sino concretadas en los
miles de observaciones, presentadas por todos los partidos.
Las campañas han retornado su curso después del debate
del 12 de julio, con las modificaciones que ese
acontecimiento produjo en el panorama. Es imposible ignorar
el efecto redistributivo que en la atención del público
generó el encuentro entre candidatos presidenciales, pero
tampoco se puede exagerar ese resultado. Los partidos y
candidatos que obtuvieron un alto rendimiento tendrán que
esforzarse en las próximas semanas por conservarlo y
consolidarlo, y los que estén en la posición contraria
tendrán la oportunidad de hacerlo revertir.
Entrarnos, en fin, en un periodo de tensiones
previsibles, que por lo tanto podernos empeñarnos en
atemperar. Pero también puede ocurrir lo inesperado.
cajón de sastre
Primero fue el general Jorge Videla, en Argentina. Luego, el
presidente de Brasil Fernando Collar de Mello. Y ahora ha
tocado el turno al ex presidente de Venezuela, Carlos Andrés
Pérez. Los tres casos son diferentes, no sólo por el género
de delitos de que se acusa a esos dirigentes políticos, sino
también por la condición de cada uno al recibir la sanción
correspondiente. Videla ostentó un mando de hecho, nacido de
un golpe militar, y estaba fuera del poder cuando se le
sometió a proceso. Collar de Mello y Pérez, en cambio,
habían sido elegidos (el venezolano por segunda vez) por lo
que su enjuiciamiento y destitución significó una pérdida de
la confianza que sus electores depositaron en ellos. Ahora
Pérez ha entrado en prisión, y si bien se ufana de ser
víctima de venganzas políticas (porque gobiernan en Venezuela
corrientes políticas que le son adversas), lo cierto es qe su
ejemplo concreta la creciente ansia y posibilidad de los
ciudadanos latinoamericanos de no dejar impunes abusos y
arbitrariedades, especialmente las que conciernen al mal uso
de bienes públicos.
indicaciones para la edición
1) Sumario
A partir de mañana se contarán los tres meses más tensos del
periodo electoral que desembocará el 21 de agosto. Política y
legislativamente se producen movimientos que preparan los
comicios, en cuyo entorno crece la tensión.
2) Recuadro (con foto de Samuel de Villar)
El debate que se realice en torno del padrón electoral,
en
que sería protagonista el doctor Samuel del Villar, revela
que hay dos realidades alrededor de ese instrumento: un gran
esfuerzo por mejorarlo y una suspicacia nacida de la
experiencia de 1988.
Viernes 20 de mayo de 1994, REFORMA
l
PLAZA PúBLICA
MIGUEL ANGEL GRANADOS CHAPA
Dentro de noventa días
examinar las listas nominales a fin de com
A partir de mañana se contarán los tres meses más prohar
si sus datos estaban incluidos y erar
no produjo un resultado medible
tensos del periodo electoral que desembocará el21 correctos,
El hecho de que ningún ciudadano haya pre,
recurso alguno ante el Tribunal Fe
de agosto. Política y legislativamente se producen sentado
deral Electoral sobre ese tema, puede ser in
como ignorancia o desinterés, <
movimientos que preparan los comicios, en cuyo • terpretado
como perfección del padrón. Es preciso re,
conocer la doble realidad evidente en torne
entorno crece la tensión.
del padrón: Se ha desplegado sin duda ur
1
Dentro de tres meses se efectuarán las
elecciones federales (y locales en Chiapas, el
estado donde una frágil tregua disimula la
presencia de un movimiento armado antigubernamental). Los noventa días que siguen, en consecuencia, estarán preñados de
tensiones, las que son inherentes al proceso
electoral mismo, y las de otros órdenes que
tienen una clara repercusión. No es catastrofismo suponer que esas tensiones irán en
aumento.
En el orden estrictamente electoral, una
revisión sumaria de los acontecimientos que
preparan los comicios arroja el siguiente r esultado: anteayer miércoles se publicaron
en el Diario Oficial las más recientes, pero
no las últimas enmiendas y adiciones al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe). Las negociaciones que condujeron a esas reformas
(aprobadas en el Congreso de la Unión la semana pasada) continúan en la Secretaría de
Gobernación, y es posible que este fin de semana produzcan sus últimos frutos, que se
reflejarán en un nuevo paquete legislativo.
Con el secretario de Gobernación, los presidentes de los tres partidos mayores, y sus
expertos electorales han conseguido difíciles consensos, que han ido teniendo traducción legal, en una labor riesgosa, por los ·
cambios que implica en la estructura legal y
administrativa del procedimiento electoral
en plena marcha.
La singularidad de esta parte del fenómeno electoral es la participación del PRD. En
1990 y 1993 ese partido no sólo rehusó sumarse, sino que se opuso a las iniciativas
aprobadas por Acción Nacional y el PRI.
Ahora adoptó, por decisión de su consejo nacional, puesta en práctica por su presidente
Porfirio Muñoz Ledo, la posición contraria,
no sin zarandeos internos.
Estos se manifestaron tanto en la ruptura de la unidad parlamentaria perredista
al votarse las modificaciones legislativas,
como en el diferendo entre el propio Muñoz Ledo y el representante de su partido
en el Instituto Federál Electoral, Samuel
del Villar. El problema de fondo, que no
puede ser soslayado, es la desconfianza de
ese partido (o de amplios sectores dentro
de él) respecto del gobierno en materia
electoral. La suspicacia no es gratuita,
pues se basa en la experiencia de 1988 cuyo rJ}sultado, aun visto del modo más benévolo (como lo hizo el PAN) , fue incognoscible en los hechos, por la suma de las irregularidades habidas, aunque legalmente
se hubiera adoptado una verdad jurídicamente irrebatible.
Aparte las impugnaciones al padrón electoral, la integración de este importantísimo
instrumento de los comicios sigue adelante.
Los funcionarios electorales, escogidos al
azar entre quienes nacieron en noviembre y
diciembre, están asistiendo a los cursos de
capacitación electoral. El debate que se realice sobre el desarrollo y las eventuales irregularidades que se imputen al padrón, se
agregará a las auditorías de diversos géneros que se le han practicado, a fin de comprobar su confiabilidad. La que corrió a cargo de los ciudadanos a quienes se invitó a
El debate que se
realice en torno
del padrón electoral, en que sería protagonista
el doctor Samuel
del Villar, revela que hay dos realidades alrededor de ese instrumento: un gran esfuerzo por mejorarlo y una suspicacia nacida
de la experiencia de 1988.
esfuerzo porque tal instrumento sea completo y digno de fe, pero existe una inercü
de sospechas, no todas surgidas de la ima·
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Las campañas han retomado su curse
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revertir.
Entramos, en fin, en un periodo de tensiones previsibles, que por lo tanto podemo!
empeñarnos en atemperar. Pero también
puede ocurrir lo inesperado.
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CAJÓN DE SASTRE
P
rimero fue el general Jorge Videla, en
Argentina. Luego, el presidente de Brasil Fernando Collor de Mello. Y ahora hato:
cado el turno al ex presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez. Los tres casos son
diferentes, no sólo por el género de delitos
de que se acusa a esos dirigentes políticos,
sino también por la condición de cada uno
al recibir la sanción correspondiente. Videla ostentó un mando de hecho, nacido de un
golpe militar, y estaba fuera del poder cuan, do se le sometió a proceso. Collor de Mello y
Pérez, en cambio, habían sido elegidos (el
venezolano por segunda vez) por lo que su
enjuiciamiento y destitución significó una
pérdida de la confianza que sus electores depositaron en ellos. Ahora Pérez ha entrado
en prisión, y si bien se ufana de ser víctima
de venganzas políticas (porque gobiernan
en Venezuela corrientes políticas que le son
adversas), lo cierto es que su ejemplo concreta la creciente ansia y posibilidad de los
ciudadanos latinoamericanos de no dejar
impunes abusos y arbitrariedades, especialmente las que conciernen al mal uso de bienes públicos.