-
Extensión
-
5 fojas
-
Resumen
-
Dos heridas profundas en el cuerpo social, que tardan en sanar y dejan cicatriz permanente, se ahondaron en el sexenio que concluye. La incapacidad para garantizar la seguridad ciudadana y la intolerancia política fueron elementos constitutivos, no aledaños, del programa y el hacer del equipo del Presidente Salinas..
-
Tipo
-
Borrador
-
Clasificación
-
UAMC.MAGC.01
-
Sububicacion
-
Sobre
-
Texto completo
-
.....
l
~ FROI'l ~ ' I FECOt,t:EJERCI'3C 1LIDH[IHt JI]::;;
F'HI]t,lE HO . : +655 33'34
t'·io•v•.
2'3 1994 02 : 27PM
plaza pública para la edición del 30 de novien1bre de 1994
Balance: intolerancia, inseguridad
tniguel ángel granados chapa
. Dos heridas profundas en el cuerpo social, que tardan
en sanar y dejan cicatriz pennanente, se ahondaron en el
sexenio que concluye esta tnedianoche. La incapacidad para
garantizar la seguridad ciudadana y la intolerancia política
fueron clen1entos constitutivos, no aledaños, del programa y ·
el hacer del equipo del Presidente Salinas.
Algo dice que haya habido cuatro personas a cargo de la
Procuraduría General de la República, y que allí estallara el
postrer conflicto, de aJto rango por añadidura, en la presente
ad1ninistración. Ninguno de los titulares pudo encarar con
éxito el doble problen1a de 1) la delincuencia organizada
creciente que 2) tiene dentro de la Procuraduría mis1na
algunos de sus principales contactos y jefes. El auge del
narcotráfico, iniciado en el sexenio anterior, no reconoció ya
litnites en la adn1inistración que agoniza. Su capacidad de
fuego y de corrupción pennitió a esa n1afía sefíorearse en
varias regiones y ciudades. Se nos ha dicho de logros en el
con1bate a las drogas y en el destnantelan1iento de bandas ,
pero no disminuye la cuantfa del negocio ni la peligrosidad
de sus operadores, quizá por que el ataque y el exterminio se
realizan con criterios selectivos y de con1petencia comercial.
El . hecho es que de los ajustes de cuentas internos los
sicarios del narcotráfico dirigieron sus annas a zonas
sociales diversas de la suya. El inforn1e oi1cial sobre la
tnuerte del cardenal José de Jesús Posadas Ocampo explicó
que armas asociadas a ese ruin negocio le segaron la vida, Y
el subprocurador general Mario H.uiz Massieu dijo que en el
P01
1
- .- · -
''
\- - - '
FRIJtv¡ : I FECCNSE.JERC6C I UDADAI JC6
F'HIJI,JE HIJ .
•••
~
#
: +655 33'34
I'Jov . 2'3 19'34 02 : 29Ptv1
P01
-
hon1icidio de su hennano José Francisco~ n1otivado por la
política, no era excluible la presencia del narcotráfico.
Tan1poco 1o es pO.r entero en el asesinato de Luis Uonaldo
. Colosio. Si bien subsiste la tesis oficial del asesino único~
ingredientes próxin1os al caso (cotno la elhninación
posterior del jefe policiaco tnunicipal Federico Benítez) y
hasta el hecho de que el atentado ocurriera en Tijuana, meca
de una de las bandas principales, pern1iten no desestitnar
todavía la vinculación del crin1cn con las narco1nafias. Estas,
en fin~ se han convertido en una presencia ubicua. Saltan por
doquier, y el tufo de su contan1inación no se percibe sólo en
las zonas bajas de la sociedad y el gobierno.
Un género distinto de delincuencia que ha prosperado
en eite sexenio e~ la que .Jec.ue)ttra a per•ona~ - Parecemo}
olvidar que sigue en 1nanos de sus captores cJ señor Losada,
del Grupo Gigante, y que a diario en algún punto de la
geografla tnexicana álguien es 11evado por la fuerza, para
obtener dinero por su rescate. Sólo en Michoacán, .han
sumu.do ccrcu. do tres mil lus personas dcsupurccídug en esng
condiciones, en el últitno quinquenio, y tasas sen1ejantes se
padecen en no pocas entidades. Y ni qué decir de los delitos
patrin1oniales, cspcciahncntc en las grandes ciudades, donde ·
los asaltos callejeros y en las casas se n1ultip1ican, al paso en
que crece ]a inlpunidad.
En lo que hace al respeto de los derechos hun1anos y
políticos de los ciudadanos; el saldo es tan negativo como lo
es el crimen político. Cercá de trescientas personas 1nurieron
en estos aftos, asesinadas por tnotivos políticos,
especiahnente vinculados con elecciones que, a pesar de
todo, siguen siendo un n1otivo de discordia civil y no de
---~
1
. Ff'.üM y: JIFECON~3EJERCJSC 1UDHDH~JOS
'
.
F'HIJt•JE NO .
: +655 33'34
- J -·
acuerdo ciudadano. Allí se asienta, entonces, uno de los
. saldos rojos del sexenio salinista, que hizo una política
autoritaria y deficiente, no sólo respecto de la upusiL:ión sino
también r.nn1rr1 sns propios partidarios .
. El n1anejo de las Cán1aras, t;spt::L:Íctllncnbte durante las ·
sesiones de. 1993 de ]a· anterior legislatura, mostró los
excesos a que puede llegar un presidencialistno que desdefía
el derecho. La profusión de interinatos en los gobiernos
~stªtales, que no correspondió con el interés general, ensefió
lrl prr.canedad de lOS poderes locales frente al avsallainiento
federal. A veces, valores n1ás altos cotno la preservación de
lu paz sodal acon5~jaron las t•cn'locioncg de gobernll.don~~,
pljru -en la rnayo1 parte de los casos se trató do n:molver
tnediante ese expediente arbitrario, con1plicaciones internas ·
en la vida del partido gubernmn~nlal.
Los sacuditnientos en la cúpula de la clase política
gober11ante, eon que está ~11ln1inando entre ver~uen:zas este
St:Xenio, t10 50!\ anÓmalos, 3hlO COH8CCUCOOiU 110 uó]u J~ }~
defensa de intereses particulares, sino del tnanejo ·
desapn;n~i vu de h~~ normas y d~ 1Zt Í1\e}(r~ct*icnciu en el
conocltniento de las personas.
La política tendría en todo tien1po que estar vinculada
con la vida, porque es uno de los instrun1entos para crear las
condiciones qut: lu ha~.;cú f)ú5lblc. Nada cot*t•otnpc tanto u lu
política, entonces, cotno su conexión con la muerte. Ese .
negro vínculo pern1aneccrá cotno la n1ás pesada herencia de
un sexenio a otro. Los cadáveres de Colosio y Ruiz Massieu,
así como los de los perredistas asesinados en aflos anteriores
y este, y aun los de los tnilitantes tabasque1'1os fallecidos en
un accidente de carretera n1ientras patiicipan en una protesta
1
~- - :~_ - ·~r- -
.
!:---:-_ ------::----_-:---:----~ -----·~ =-""""'"- - " - - _., =-=-= F'HIJt·lE HCI.
,v"'- ~~~;
~
él'; !':'"""
..
= - - - - - - - - - - - - - - •• - - • - -= - ~ - - ~--
t lo•.; .
: +655 33'34
2'3 1994 02 : 22Pt1
P01
-- elcctori;tl~ st::rán un pennanente recordatorio de nuestra vuelta
atrás. Se diría que la descardenización en1prendida por este
gobierno, es d.ecir supresión de la presencia y la huella de
los Cárdenas, padre e hijo, alcanzó lítnites lejanos. No sólo
se dejaron de etnitir los bi11ctes que ostentaban la efigie de .
don Lázaro y Cuauhtén1oc, sino que se ha supritnido en la
práctica el principal legado del prin1er Cárdenas a la política
n1exicana. Antes de su presidencia, el crin1cn era una
solución o instrurnento de la politica. Hen1os retornado a esa
época preterí ta.
la
o.
u
1
Miércoles 30 de noviembre de 1994, REFORMA
f'
!
l
PLAZA PúBLICA
MIGUEL .ANGEL GRANADOS CHAPA
Balance: intolerancia, inseguridad
El manejo de las Cámaras, especialmente durante las sesiones de 1993 de la anterior Legislatura,
mostró los excesos a que puede llegar un presidencialismo que desdeña el derecho. La profusión
de interinatos en los gobiernos estatales, que no
correspondió con el interés general, enseñó la preE~riedad de los poderes locales frente al avasalla¡n áento federal.
D os heridas profundas en el cuerpo social, que tardan en sanar y dejan cicatriz
permanente, se ahondaron en el sexenio
que concluye esta medianoche. La incapacidad para garantizar la seguridad ciudadaa y la intolerancia política fueron elementos constitutivos, no aledaños, del programa
y el hacer del equipo del presidente Salinas.
Algo dice que haya habido cinco personas a cargo de la Procuraduría General de
a República, y que allí estallara el postrer
conflicto, de alto rango por añadidura, en la
presente administración. Ninguno de los titulares pudo encarar con éxito el doble problema de 1) la delincuencia organizada creciente que 2) tiene dentro de la Procuraduría misma algunos de sus principales
contactos y jefes. El auge del narcotráfico,
iniciado en el sexenio anterior, no reconoció
ya límites en la administración que agoniza.
Su capacidad de fuego y de corrupción permitió a esa mafia señorearse en varias regiones y ciudades. Se nos ha dicho de logros
en el combate a las drogas y en el desmantelamiento de bandas, pero no disminuye la
cuantía del negocio ni la peligrosidad de sus
operadores, quizá porque el ataque y el exterminio se realizan con criterios selectivos
1r' de competencia comercial.
El hecho es que de los ajustes de cuentas internos los sicarios del narcotráfico dirigieron sus armas a zonas sociales diversas de la suya. El informe oficial sobre la
muerte del cardenal José de Jesús Posadas
Ocampo explicó que armas asociadas a ese
ruin negocio le segaron la vida, y el subprourador general Mario Ruiz Massieu dijo
que en el homicidio de su hermano José
Francisco, motivado por la política, no era
excluible la presencia del narcotráfico.
ampoco lo es por entero en el asesinato de
Luis Donaldo Colosio. Si bien subsiste la tesis oficial del asesino único ingr di ntes
próximos al caso (como la eliminación posterior del jefe policiaco municipal Federico
Benítez) y hasta el hecho de que el atentado ocurriera en Tijuana, meca de una de
las bandas principales, permiten no desestimar todavía la vinculación del crimen con
las narcomafias. Estas, en fin, se han convertido en una presencia ubicua. Saltan por
doquier, y el tufo de su contaminación no
se percibe sólo en las zonas bajas de la sociedad y el gobierno.
Un género distinto de delincuencia que
ha prosperado en este sexenio es la que secuestra a personas. Parecemos olvidar que
a diario en algún punto de la geograña mexicana alguien es llevado por la fuerza, para obtener dinero por su rescate. Sólo en
Michoacán, han sumado cerca de tres mil
las personas desaparecidas en esas condiciones, en el último quinquenio, y tasas semejantes se padecen en no pocas entidades. Y ni qué decir de los delitos patrimoniales, especialmente en las grandes
ciudades, donde los asaltos callejeros y en
las casas se multiplican, al paso en que crece la impunidad.
La incapacidad
para garantizar
la seguridad ciudadana y la intolerancia política
fueron elementos constitutivos, no aledaños,
del programa y el hacer del equipo del resi e te Salinas..__ _
En lo que hace al respeto de los derechos
humanos y políticos de los ciudadanos, el
saldo es tan negativo como lo es el crime
político. Cerca de trescientas personas murieron en estos años, asesinadas por motivos políticos, especialmente vinculados con
elecciones que, a pesar de todo, siguen siendo un motivo de discordia civil y no de acuerdo ciudadano. Allí se asienta, entonces, uno
de los saldos rojos del sexenio salinista, que
hizo una política autoritaria y deficiente, no
sólo respecto de la oposición sino también
contra sus propios partidarios.
El manejo de las Cámaras, especialmente durante las sesiones de 1993 de la anterior Legislatura, mostró los excesos a que
puede llegar un presidencialismo que desdeña el derecho. La profusión de interinatos
en los gobiernos estatales, que no correspondió con el interés general, enseñó la precariedad de los poderes locales frente al
avasallamiento federal. A veces, valores
más altos como la preservación de la paz social aconsejaron las remociones de gobernadores, pero en la mayor parte de los casos se trató de resolver mediante ese expediente arbitrario, complicaciones internas
en la vida del partido gubernamental.
Los sacudimientos en la cúpula de la clase política gobernante, con que está culminando entre vergüenzas este sexenio, no
son anómalos, sino consecuencia no sólo de
la defensa de intereses particulares, sino
del manejo desaprensivo de las normas y
de la inexperiencia en el conocimiento de
las personas.
La política tendría en todo tiempo que
estar vinculada con la vida, porque es uno
de los instrumentos para crear las condiciones que la hacen posible. Nada corrompe tanto a la política, entonces, como su
conexión con la muerte. Ese negro vínculo permanecerá como la más pesada herencia de un sexenio a otro. Los cadáveres
de Colosio y Ruiz Massieu, así como los de
los perredistas asesinados en años anteriores y éste , y aun los de los militantes tabasqueños fallecidos en un accidente de
carretera mientras participan en una protesta electoral, serán un permanente recordatorio de nuestra vuelta atrás. Se diría que la descardenización emprendida
por este gobierno, es decir la supresión de
la presencia y la huella de los Cárdenas,
padre e hijo, alcanzó límites lejanos. No
sólo se dejaron de emitir los billetes que
ostentaban la efigie de don Lázaro y
Cuauhtémoc, sino que se ha suprimido en
la práctica el principal legado del primer
Cárdenas a la política mexicana. Antes de
su Presidencia, el crimen era una solución
o instrumento de la política. Hemos retornado a esa época pretérita.
-
Materia
-
José de Jesús Posadas Ocampo.
-
Mario Ruiz Massieu.
-
Luis Donaldo Colosio
-
Persona o institución mencionada
-
Balance : intolerancia, inseguridad