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Extensión
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5 fojas
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Resumen
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La gran tentación : Por primera vez un presidente renuncia públicamente a un obsequio millonario, movido por las reflexiones de una columna periodística..
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Tipo
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Publicación
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sobre
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Texto completo
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CORRUPCION : COMIENZO DEL FIN
111: EL RANCHO
QUE RECHAZO
LOPEZ PORTILLO
Por Mary Lou Dabdoub
as aproximadamente 60 hectá-
bre pasado, un hombre y 2 mujeres
kilómetros del poblado de Tepoxtepec, municipio de Tenancingo , Méx.,
están en buena parte rodeadas de una
alta barda pintada de blanco y una
hilera de fragantes eucaliptos.
Cuando visité el lugar en septiem-
la pintura de la barda. Hacía ya una
semana que el presidente de la Repú blica había anunciado su decisión de
no aceptar el obsequio de este rancho, y en cambio promover una ley
que prohiba la aceptación de regalos
L reas del rancho Guadalup e, a 2 con aspecto de campesinos retocaban
La gran tentación: Por primera vez un presidente renuncia públicamente a un
obsequio millonario, movido por las reflexiones de una columna periodfstica.
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valiosos por parte de funcionarios públicos, con el presidente a la cabeza.
Pero los que pintaban la barda no estaban enterados, y me dijeron que el
rancho era del presidente; que aparte
de la casa principal, había en los terrenos varios bungalows completamente amueblados, y canchas de tenis, caballeriza, espejo de agua, cancha de golf e instalaciones para practicar diversos deportes. Añadieron
que les parecía incorrecto que el presidente gozara de tantos lujos mientras los pobres de Tenancingo carecen hasta de agua.
DESILUSION
En cambio, el resto del pueblo -al
menos, las decenas de personas de todos los niveles con quienes hablélamentaba el rechazo presidencial,
porque ya se habían acostumbrado a
la idea de tener a López Portillo como vecino. Una anciana y su hija,
que viven en una casucha, casi frente
a la entrada principal del rancho Guadalupe, dijeron que tener a un presidente o ex presidente por vecino no
puede perjudicar a nadie sino más
bien beneficiarlo: -Por otra parte, ni
nosotras iríamos a molestar en su casa, ni él se metería en la nuestra
-agregaron.
Tenancingo tenía motivos para desear que López Portillo se convirtiera
en el más ilustre miembro de la comunidad: el pueblo sostiene un litigio con la vecina aldea de Santa Ana
por el uso del agua de unos manantiales, y los tenancinguenses pensaban
que con ayuda del presidente les sería más fácil derrotar a sus rivales.
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Hace meses, cuando se inició la disputa con los de Santa Ana, vecinos
de Tenancingo telefonearon a Los Pinos para pedir la intervención presidencial, y un secretario les dijo que ,
como medida de emergencia y mientras Recursos Hidráulicos deshacía el
entuerto, López Portillo los autorizaba a usar el agua de los pozos del rancho Guadalupe (cosa que los tenancinguenses no se atrevieron a hacer,
porque les pareció irrespetuoso).
DE ACABALLO
López Portillo en persona se había
encargado de ganarse la buena voluntad de los tenancinguenses. El acondicionamiento del rancho que pensaban regalarle tomó varios meses, durante los cuales el presidente (tal como él mismo relató en su carta de renuncia al regalo) hizo frecuentes visitas a la zona y recorrió a caballo los
parajes aledaños. Durante los paseos
se mostró siempre cordial y accesible.
Dicen en Tenancingo que una vez vio
a unos muchachos que jugaban futbol en una cancha casi anegada, y
amistosamente les preguntó si lo que
estaban disputando era un partido de
water polo. En seguida les prometió
mejorarles la cancha.
-Pero no se le vaya a olvidar la
promesa - le dijeron los jovencitos
cuando López Portillo se retiraba.
- Cuando prometo, siempre cumplo - les dijo el presidente. Y al otro
día llegaron camiones con tierra para
elevar el nivel de la cancha, y hasta
obreros y materiales para construir
tribunas.
En el pueblo me habían dicho que
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el rancho estaba custodiado por polidas y militares, pero resultó no ser
cierto. El coronel Armando Enríquez
Parra, -jefe del destacamento militar
de Tenancingo, informó que a él jamás le habían ordenado vigilar aquella propiedad. Otras fuentes dijeron
que la custodia del lugar había estado
a cargo de un destacamento al mando
de un teniente coronel Pérez Gutiérrez y perteneciente al estado mayor
presidencial. Pero el día de mi visita,
a las puertas del rancho sólo había un
velador, armado apenas de un silbato,
quien cortésmente me explicó que
esas tierras eran de propiedad privada
y que no debía yo entrar sin permiso
de los dueños, cuya identidad él desconocía. Me remitió con un ingeniero
Osear Quiroz, de la compañía constructora DEUR, con oficinas en Tenancingo y a cargo de las obras de remodelación del rancho por contrato
Tras la barda : Fernando Mendoza, ex dueño de los terrenos, dicen que él sólo
le firmó un poder a un abogado y que no sabe quiénes compraron el rancho.
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con
una
inmobilaria
llamada
RAMSA. Me dijeron que también
han intervenido en las obras la eonstructora Ballesteros y una compañía
denominada DEIN, Desarrollo Integral de Ingeniería.
HISTORIA
En esos momentos , aunque el presidente ya había decidido rechazar el
regalo, todavía seguían los trabajos
en el rancho : no sólo se completaban
las mejoras ya iniciadas sino que se
proyectaban otras nuevas, como la
construcción de un helipuerto y la de
un estudio en lo alto del cerro Tepoxtepec (según dicen en Tenancingo , el presidente, para agrandar el
rancho y prolongarlo hasta el cerro,
había comprado de su bolsillo tierras
linderas a las que sus amigos pensaban regalarle).
Si bien se mostró muy cortés, el
ingeniero Quiroz, un treintañero de
rostro sonrosado, no quiso confirmar
ni desmentir nada.
Pero en Tenancingo abundan las
personas dispuestas a dar su testimonio. Por ejemplo, la señora María de
la Gracia Guerrero, una coqueta septuagenaria de lentes redondos y pelo
blanco, contó que las tierras del rancho Guadalupe pertenecieron mucho
tiempo atrás a doña Lupita Vides viuda de Salgado, miembro de una familia que antes de las expropiaciones
del sexenio de Lázaro Cárdenas había
sido propietaria de grandes extensiones en el valle de Tenancingo.
La viuda de Salgado vendió el rancho al profesor Arturo Santiago Moret, director de la escuela Normal de
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Tenería, erigida en aquellos tiempos
cerca de las tierras en cuestión; y hace como 30 años Moret vendió a su
vez los terrenos a un señor Mendoza ,
ya fallecido, uno de cuyos 8 hijos,
Fernando_, se hizo cargo de la explotación del predio.
Fernando Mendoza tiene ahora 54
años de edad y es un hombre alto ,
delgado, de tez blanca y barba partida. Es empleado de un molino de
malta, fue presidente municipal de
Tenancingo entre 1970 y 197 3 y es
un vecino respetado por sus actividades en bien de la comunidad. Actualmente preside el comité pro introducción del agua potable.
Don Fernando me dijo que, sin la
ayuda de sus hermanos , a él se le hada muy duro trabajar el rancho, que
le producía poco, sin abandonar su
empleo en el molino, del cual vive.
Así y todo , por años cultivó maíz y
frijol y mantuvo algunas vacas lecheras. En 197 9 se le presentó un licenciado Francisco Sánchez Cadena, un
cuarentón chaparrito, originario de
Guerrero, y le ofreció comprarle las
tierras por cuenta de unos clientes
cuya identidad el abogado no reveló .
-Ahora se hace así, es lo moderno
-explicó Mendoza- ; en vez de firmar escrituras uno sólo suscribe urt
amplio poder, de modo que el vendedor nunca llega a saber con certidumbre a quién le vendió la propiedad.
Mendoza no quiere decir cuánto
cobró por sus tierras, sino sólo que el
producto de la venta se lo repartieron
entre los 8 hermanos. En Tenancingo
dicen que el precio fue de 7 millones
de pesos (al rancho Guadalupe , con
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todas las mejoras que le han introducido, se le asigna un valor de 60 millones; Mendoza sólo vendió 45 hectáreas, y ahora la propiedad abarca
unas 60, incluyendo las extensiones
que supuestamente adquirió el presidente de su propio peculio y de otros
vendedores).
INGENIO
Y FATALIDAD
;
Fuentes del ayuntamiento dijeron
que el "grupo de amigos" a que aludió López Portillo en su carta de renuncia al obsequio estuvo encabezado por Román Ferrat Solá, entonces
director de Haci~nda del estado de
México, quien quería congraciarse
para obtener la candidatura a gobernador de la entidad; y por el vecino
de Tenancingo Crescencio Ballesteros, dueño de un rancho en las inmediaciones y presidente de Mexicana
de Aviación. Ni uno ni otro se apresuraron a confirmar o desmentir la
versión; pero se supo que uno de los
arquitectos que diseñó la remodelación del rancho fue un yerno de Ballesteros, Miguel José lcaza; y que en
meses pasados hubo inspectores de
Hacienda que recorrieron Tenancingo
para solicitar a los comerciantes cooperaciones de entre 1O 000 y
20 000 pesos (la mayoría accedió, en
parte porque no conviene contrariar
a un inspector de Hacienda, y en parte porque de verdad les agradaba la
idea de tener a López Portillo por
vecino).
A Ferrat se le frustraron las ambi-
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ciorres políticas. Según versión muy
difundida, en su familia hubo un trágico accidente que involucró la muerte de un muchacho y trajo responsabilidades penales sobre otro, y el PRI
no quiso exponerse a que el incidente
saliera a relucir durante la campaña
electoral.
Aseguran en Tenancingo que nada
más por molestar (y privarlos de un
vecino influyente), los de Santa Ana,
haciéndose pasar como tenancinguenses , hicieron llamadas a nombre
de una tal Angela Rivera (no parece
haber en Tenancingo persona de tal
nombre) al programa Dt'galo sin miedo de la radioemisora capitalina
XEW, quejándose de que López Portillo gozara en la región de riquezas
tan extravagantes mientras los campesinos padecían por falta de agua. Y
que así empezaron a circular los rumores que al fin, recogidos por el columnista Miguel Angel Granados Chapa en Uno más uno, provocaron la
renuncia del presidente al regalo.
En septiembre pasado, sobre López Portillo llovían proposiciones de
vecinos de Tenancingo y de muchos
otros lugares de la república: le ofrecían tierras, residencias y hasta la organización de colectas para comprarle una casa por suscripción popular.
Unos tenancinguenses quieren venderle otras tierras a precio muy reducido, para ya no provocar críticas y
de todos modos dotar al mandatario
de un buen lugar de retiro para cuando le llegue la hora de convertirse en
el mejor ex presidente de México .
CONTENIDO
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Materia
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Armando Enríquez
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Persona o institución mencionada
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El rancho que rechazo López Portillo