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Extensión
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2 fojas
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Resumen
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Lo que está a debate, de nuevo, a propósito de los sindicatos bancarios, es si lo hemos de sacrificar todo en aras de la estabilidad y el desarrollo económicos, o si el desarrollo social -del cual forma parte la organización de los asalariados- es una meta por cuya consecución vale la pena correr algunos riesgos..
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Ninguna violencia, y menos ésta, que es ingenua, torpe, ineficaz e irresponsable, beneficia a los movimientos populares, en la actual condición del país. Decirlo es ya un lugar común. Pero es preciso reiterarlo..
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Tipo
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Publicación
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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Desarrollo. ;_f:condmJco o Social
Contra ·Sindicación, Fantasmas
POR MIGUEL ANGEl G.RANADOS CHAPA
MAGINEMOS algunos efectos de una huelga en la
industria eléctrica : las fábricas detendrían su ac·
. tividad ; los servicios no podrían proporcionarse;
las ciudades quedarían a oscuras; las operaciones
en. los hospitales, interrumpidas ; afectadas la ense·
ñanza, la conservación de alimentos, etc.
O pensemos en las consecuencias de un paro obre·
ro en la siderurgia : acabada la reserva de metal, no
podrían trabajar las fábricas de automóviles, de arte·
factos domésticos, de varilla, que emplean el acero
como materia prima. Por consiguiente, se paralizarían la construcción, las ventas, el consumo directo
de esos artículos y se comprimiría el de otros productos, · por efectos de la contracción económica consécuente.
Detengámonos todavía en una tercera suposición
- de las mil que en este orden de ideas pueden darse.: merced a una huelga en la industria petrolera, el
transporte se quedaría varado, la generación de las
plantas termoeléctrica~ se suspendería, las industrias
que usan combustibles derivados del petróleo para
mover sus equipos tendrían que detener su producción.
Estas tres visiones apocalípticas no fueron sufi.... oieA.te.s ·pa.tá..irnpedir que actualmente haya en México
sindicatos lie trabajadóres electricistas, metalúrgicos
y petroleros. Se les puede achacar vicios sin fin . Pe·
ro los gremios existen y algunos hasta benefician a
los trabajadores (pues debe aclararse que los sindicatos contrarían el interés de" sus afiliados sólo por
accidente, por deformaciónr y que perjudicar no es
consustancial, propio del gremio, sino causar beneficio
a los trabajadores) .
I
*
NTE el anuncio de que los empleados bancarios
formen sindicatos, .uno nacional o varios de
empresa, se han esgrimido diversos argumen·
tos. Por una parte, se intimida a los trabajadores,
mediante el despido de los activistas sindicales. Por
otro lado, se crea un movimiento antisindicalista, pa·
ra hacer creer en la paradoja de que los trabajadores
renuncian a su más eficaz instrumento de lucha. En
fin, se magnifican informes sobre una huelga bancaria en Bélgica, para enarbolar, como principal razón
contra el sindicamiento, el fantasma del paro obrero
en los bancos.
Con las tintas más oscuras se traza el caótico
panorama de lo que sería este país si sus institucio·
nes bancarias fuesen afectadas por una huelga. So· ..
brevendría el "crack" o poco menos, según las Casan· '
dras antigremialistas. El argumento es contundente.
Pero también es parcial. Se ignora deliberada·
mente que un sindicato no ·se forma sólo para plan·
tear huelgas sino para defender el interés de sus
agremiados mediante otros mecanismos. Se ignora a.
conciencia que la huelga es sólo una respuesta extre·
ma y que la "culpa" de ella tiene que atribuirse, pues
la ley establece requisitos para que se ejerza, a los
empresarios que violan la ley o el contrato colectivo.
Se ignora, en fin, que los banqueros sí están organi· ' .
zados gremialmente, en uso de un derecho que no
quieren conceder a sus trabajadores.
Lo que está a debate, de nuevo, a propósito de
los sindicatos bancarios, es si lo hemos de sacrificar
· todo en aras de la estabilidad y el desarrollo econó·
micos, o si el desarrollo social -4iel cual forma parte
la organización de los asalariados- -es una meta por
cuya consecución vale la pena correr algunos riesgos.
A
EXCELSIOR
7-A
Martes 13 de Junio de 1972
Torp es e Ineficaces
¿Estallidos de Cólera1
POR MIGUEL ANGEL GRANADOS CHAPA
D
EBEMOS negarnos a caer en la angustia que
causan la incoherencia, la absurdidad de nuestro
hacer -¿o deshacer?- político. Evitemos el
abandonarnos, ya no digamos a la desesperanza ante
la acción sino aun al desaliento ante el análisis.
¿Quién entiende lo que pasa en México? ¿Quién
puede aportar una explicación lógica, por ejemplo, de
los petardazos del domingo en la noche? No será la
policía, desde luego: una cosa es la necesaria hipótesis
que se formula al emprender toda investigación, y otra
cosa es el prejuicio: Jos terroristas son "amargados que
. no lograron, el sábado 10, sus objetivos de agitar e
instigar a los jóvenes para empujarlos a posibles derramamientos de sangre que, afortunadamente, evitó
la autoridad".
Tal "se atre\·ió a pensar" (según lo dijo a la segunda edición de "Ultimas Noticias" de ayer) el director de la policía metropolitana, que sin embargo se
sintió constreñido a aclarar que "dirigimos nuestras
investigaciones hacia todos los ángulos".
Si de conjeturas de trata, podríamos llenar ruar·
tillas con algunas que no dejan de tener verosimilitud.
Bastaría recordar, sin embargo, que en 1968 y en 1969
se produjeron estallidos diversos - uno de ellos en el
edificio de EXCELSIOR- sin que la policía pudiera
esclarecer los hechos. Entonces, como ahora, la colocación de bombas corresponde al interés contrario al
que presuntamente mueve a los "amargados" a quien?s
ya prefiguró como rcsponsabl2s el director de la policía.
*
INGUNA viol encia, y menos ésta, que es ingenua, torpe, ineficaz e irresponsable, beneficia
a los movimientos populares, en la actual con·
dición del país. Decirlo es ya un lugar común . Pero es
preciso reiterarlo.
Urge hacerlo por dos razones: de una parte, para
que en la medida en que aún t engan capacidad de
reflexionar, quienes se sientan orillados a la agresión
política mediten bien en las consecuencias de ella, to·
das contrarias a la pro,noción popular. De otro lado,
para cortar de cuajo :a posibilidad de que haya r epre·
siones, desproporcionadas contra grupos de presuntos
culpables.
Aunque no hacen falla causas para la persecución
a estudiantes progresistas (Eligio Calderón, de la Facultad de Ciencias Políticas, fue secuestrado junto con
otros compañeros suyos sin que haya noticias ele su
paradero), esta clase de delitos-torpezas facilitan el que
se detenga "para investigación" a quien le plazca a
cualquier policía.
Ante estallidos como los del domingo -que si fueron provocados realmente por quienes a sí mismos se
califican de "revolucionarios", no han de ser sino ver·
daderos estallidos, pero de cólera irreprimida- Y la
reacción que han provocado, uno pensaría en que al·
canzamos ya la madurez para dar a actos como éstos
su ubicaciÓn debida. Pero acaso lo más cercano a la
verdad sea que la ignorancia y el desdén de amplios
sectores hacia esas acciones, es prueba del desgano
popular por una cosa pública que se ha. s~straído a}
pueblo y que sólo con base en tareas leg1tlmas habra
que rescatar.
N
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la a "comercial" y a veces su
buen corazón. Yo he encontrado impresos, encuadernados, empastado~ y puestos
en anaqueles, libros que estoy seguro no pudo leer con
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exís1 e ncia. que esta
P t1 un
anaquel demasiado alto y
hay que tr aer escalera p<n·a
baja r lo. o bien, que realmente está agotado.
Con tanias dificult a de
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Persona o institución mencionada
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Desarrollo económico o Social Contra Sindicación, Fantasmas.
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Torpes e Ineficaces ¿Estallidos de Cólera?