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Extensión
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2 fojas
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Resumen
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Declarar sin vigencias un texto constitucional, a partir de meras presunciones, es abrir la puerta a la ilegalidad oficial..
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La muerte de tres personas en el conflícto universitario de Sinaloa no es, por desgracia, un hecho fortuito. Se trata de asesinatos políticos con los que se intentó -Y múy generalmente, con la agresión que tuvo ese resultado- poner fin a una discrepancia política, por incapacidad de resolverla con medios racionales..
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Tipo
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Publicación
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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EXCELSIOR
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7-A
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Martes 18 de Abril d·e 1972
Ciudadanos en Aprietos
Entre Provocación yRepresión
POR MI~.UEL ANGEL GRANADOS CHAPA
E ve ahora que el 10 de junio los halcones no sólo
dispersaron una marcha de exigencia política,
mediante el asesinato todavía impune, sino que
diluyeron también las posibilidades de toda manifestación de protesta. El hecho quedó patente de nuevo
el sábado anterior, cuando la policía impidió que se
realizara una reunión de ciudadanos.
Esta vez no hubo violencia grave (salvo algunos
zarandeamientos y dete~ciones efímeras) pero se des·
plegó un amplio dispositivo intimidatorio y se pasó
por alto la Constitución. El que no corriera sangre
ha producido un alivio equívoco, por juzga:r un acierto
la actitud policiaca. Es el mal menor: en esta ocasión
no hubo muertos. Y al hacer esta consideración se
pone en evidencia la trampa en que hemos caído. Nos
reducimos a elegir entre males: o manifestación con
muertos o no manifestación, cuando lo exigible es
realizar marchas sin que haya violencia reprzsiva.
Estas son posibles, como lo prueba el que el domingo hayan podido reunir3e diez mil personas para
despedir al Presidente Echeverría. Sólo que se nota
la existencia de dos raseros: aplicando uno, hay tal
riesgo de que una muchedumbre sea víctima de la
provocación que más vale impedir que la multitud se
forme; cuando el segundo se usa, no aparece él me~
nor peli3'ro, y por lo tant o acaso ni es preciso solicitar
autorización.
En torno de la manifestación del sábado importa
considerar Jos siguientes cuatro aspectos:
1) El documento en que el director de policía de
la capital prohíbe la manifestación, es clara muestra
de que el fascismo no es sólo fantasma para lucubraciones de intelectuales. Sin tener a su cargo la policía
politica, el funcionario expone abundantes conside.
raciones de ese género. Tal es la por lo demás super~
ficial y errónea caracterización del pari.ido comunista.
En cambio, dedica apenas un temeroso, gelatinoso pá~
rrafo a referir la actividad de bri.!!,adas de choque -los
halcones- que por haber cometido homicidios sí son
sujetos de las funciones de la policía metropolitana.
S
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ECLARAR sin vigencias un texto constitucio·
nal, a partir de meras pre3tmciones, es abrir
la pu3ri:a a la ilegalidad oficial. El orden pú·
blico es un mero pretexto, como lo prueba el que los
primeros en vulnerarlo fueran los agentes de policía
y tránsito que impidieron el tránsito de vehículos y
peatones en una vasta zona de la ciudad. El hecho
no es trivial, pues deriva de la arbitrariedad, es decir
de la actuación oficial no fundamentada en razones.
2) Por sí misma, la manifestación del sábado era
le.,.ítima. No lo era empecinarse en llevarla adelante
esa fecha, así hubiese sido ·convocada con mucha
anterioridad. No puede soslayarse el significado político del viaje presidencial a Perú y a Chile. Se trata
de una medida que, en el peor de los casos, no merece ser saboteada.
3) Entre la provocación y la represión, los ciudadanos están en aprietos. Salir a la calle es provocar,
o exponerse a la provocación o a ser reprimidos. Y
se pasa por al ~o lm hecho básico: la represión es el
origen de la provocación. Aquélla es el peligro prin·
cioal, aunque contra ambas se deba luchar. Cuando
no hay represión arbitraria ;, tiene algún sentido hablfl r de la provocación? ¿ qué se provoca? ¿a qué se
teme?
4) Aunque se deba ser inflexible en la defensa
de la calle como foro público, hay que entender que
las marchas de protesta no son el único medio de trabajo político. Otro, principal, es la organización. Sólo
consiguiéndola es posible escapar a la inacción a q~e
puPd~n ser llev~.dos lo$ promulgadores de una soc1e·
dad justa, por el temor a provocar o a ser reprimidos.
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¿XCELSIOR 7-A
Martes 11 de Abril de 1972
Violencia Mexicana
Asesinato, Solución Política
POR MIGUEL ANGEL GRANADOS CHAPA \
A m~ert: de tr.~s personas en el conflíct? uni·
\·crsllano de Smaloa no PS, poc desgracia, un
hecho fortuito. Se trata de asesinatos políticm
con lo~ que 5e intentó -Y mús generalmente, con la
agresión QUE' tu,·o esE' resultado- poner fin a una dis·
crepancia política, por in capacidad de resolverla con
medios racionale~.
Es propio de la conducta irra-:·ional pegar en vez
de e:; cuchar. Si los mexicanos supiésemos historia, y
si también tm·iéramos memoria, tendríamos presente
que la repres ión social y política es como un hilo conductor qu P une a las diversas etapas de nuestra histo·
ria rccirnt e, la qu e comprende lo que ::;e llama en un
lapsus c2rtero, la época posrevolucionaria, esto es,
después de la re\·oluuón.
A pesar de que contaba con toda la fuerza del
recién creado pari ido oficial. Plutarco Elías Calles tuvo
que utilizar la violencia contra la exaltación vasconcelista. Nunca e"tm·o el l\fáximo en riesgo de perder.
Vasconcclos mintió siempre- cuando afirmaba haber
triunfado rn las rlrccionrs d J !12~.
Su partido, inaugurando la tradi ción que sólo ahora se intenLa romper y que ha agobiado a toda la
opo:;ición al P;-.;R y sus causahabientes, fue una agrupación efímera , cir~unstancial, de clase media urbana,
estudiantil y p rofesional. Si hoy ('Stas notas califican
sólo a una población reducida, habrá qu pensar que
los sufrag<.1 nt<>s \'asconcelistas fueron un número verdaderamente- minorit~rio. No obstante, por la irracionalidad C<' llista. Germán del Camno y los muertos de
Topilejo form an pmie del martirologio cívico mexicano.
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medida que el gobierno fue controlando al pueblo. más que apoyándose en él, la represión se
enfocó a los centros donde ~e demandaban no
sólo a\'ances políticos sino también reformas sociales.
Los obreros ele la COVE ametrallados por C'l Ejército
en la época de l\Ianuel A\·i!a Camacho son antecesores
de los obreros oue- en J ~:)8 y en 1972 caerán asesinados
en Monten·e~· . La protesta meramente cívica es también aho¡;ada: mueren sinarquistas y h enriquistas en
194:5 y 1952.
Desde mediados de la década de Jos cincuentas, la
represión se encara con Jos estudiantes. Se nuede hacer
una historia y una geografía de la \·iolencia antijuven\1. Sus puntos son las uni\·ersidades de Morelia, Puebla, NtK~\'O León. Tabasco, Sinaloa, e-1 Distrito Federal.
Sus fechas cruciall's son 1968 y 1971-72.
No es rxlraño que los prÍ\'ilegios rmpleen la violencia para defenderse. Es !ey de la vida que el hombre
deba ejercer presiones, sobre la nal uralera o sobre sí
mismo, y sobre Pl sistema social, para avanzCJ.r. Es ley
de la Yida también. que este enfrentamiento no sea
fácil. La tierra que ha de ser roturada pór el hombre
para que éste vierta la semilla, ofrece resistencia que
debe ser vencida. Lo mismo pasa con el progreso social.
Sólo que los privilegios no ejercen resistencia pasiva,
únicamente. Contratacan e, incapaces de entender que
lo que se plantea es el desarrollo de las potencias hu·
manas, se revuelven con irracionalidad y disparan, y
matan.
Al crimen sigue la impunidad. No conocemos los
nombres de los culpables de las matanzas mencionadas
aquí a vuelamáquina. No los conocemos. al menos,
por las vías legales que debieran hallarlos y mostrarlos, castigados, a un pueblo que sufre tanto la muerte
de sus hijos, de sus hermanos, como la impunidad de
sus asesinos.
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T~lx ,:a Gu::er-ez. San ('r,str)bal de ];F ('.>~a< ;.~; ·t ·
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· ont~oe. o. YJ!!ailermosa -,- Catem:-lro
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Materia
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Echeverría.
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Plutarco Elías Calles.
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Germán del Campo.
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Manuel Avila Camacho
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Persona o institución mencionada
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Ciudadanos en Aprietos