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Extensión
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1 foja
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Resumen
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Cuarenta y cuatro meses después de haberse asilado en la embajada de México en Buenos Aires el doctor Héctor J. Cámpora ha podido salir de su cautiverio, llegó a nuestro país. La prolongada negativa a extenderle salvoconducto, contrariando el derecho de gentes, es una muestra clara, si bien no la más grave, del respeto que la libertad y la vida merecen a los espadones que hoy usurpan el poder en la República de Argentina.
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Tipo
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Publicación
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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Al fin libre
Bienvenido, doctor
Cámpora
P~MIGUELANGELGRANADOSCHAPA
C
UARENTA y cuatro meses
después de haberse asilado
en la embajada de México en
Buenos Aires el doctor Héctor J.
Cámpora ha podido salir de su cautiverio y ayer por la tarde llegó a
nuestro país. La prolongada nega tiva a extenderle salvoconducto,
contrariando el derecho de gentes,
es una muestra clara, si bien no la
más grave, del respeto que la libertad y la vida merecen a los espadones que hoy usurpan el poder en la
República de Argentina ..
El Gobierno mexicano tuvo que
ejercer una permanente presión sobre el de Buenos Aires para que se
permitiera la salida del ex presidente
argentino. Ultimamente, el propio
jefe del Estado mexicano tuvo que
interesarse de manera personal por
obtener el salvoconducto, cuando la
salud de Cámpora se deterioró gravemente. Estas dos últimas ci r·
cunstancias -la intervención de
López Portillo y la gravedad del asi·
lado en nuestra e,mbajada- fueron
las circunstancias determinantes en
la decisión argentina de dejar en
libertad al dirigente peronista, pues
su reclusión en nuestra sede diplomática era un virtual encarcela miento.
Aún en el acto positivo de otorgarle el documento que le permite
venir a nuestro país se percibe una
profunda mala fe de parte de los
militares argentinos. Demoraron la
entrega del salvoconducto, no
obstante que se había· certificado
médicamente la gravedad del cáncer
que afecta en la garganta al doctor
Cámpora, con lo cual le infligieron
padecimientos difícilmente soportables. IV ahora le permiten la salida
cuando por lo menos la pérdida de la
voz, así sea temporalmente, es ya
irreparable , y cuando el riesgo
mismo de que el mal prive de la vida
al ex presidente no se ha eliminado
por completo. Si las consecuencias
funestas del cáncer se hubiesen
producido mientras persistía la negativa del régimen videlista a expedir
el salvoconducto, se había volcado
sobre la dictadura argentina una ola
de oprobio y desprestigio más em·
bravecida aún que la::. que ya la
cubren desde marzo de 1976. Por
eso, con un perverso sentido de la
oportunidad sólo ahora acordaron
dejarlo en libertad .
·
La dolosa tardanza en permitir el
viaje del doctor Cámpora tiene además un efecto político que no -será,
por desgracia, irrelevante. Los diversos sectores que componen ese
complicado movimiento de cuadros
y masas que es el peronismo habían
encontrado en la lucha por la libertad de Cámpora un símbolo de mínima unidad. Si el ex presidente
hubiese podido exiliarse en cabal
estado de salud , hubiera podido ca pitalizar tal circunstancia y consoli ·
dar ese su carácter simbólico, dán dole sustancia politica, orgánica y
operativa . En las actuales cómlicicnes será extraordinariamente difícil
que el doctor Cámpora pueda em prender actividades políticas al
ritmo que las circunstancias lq exi gen.
Por otro lado, es menester recordar que junto con Cámpora se -asila ron en nuestra embajada en Buenos
Aires su hijo homónimo y el dirigente
juvenil José Manuel Abal M~dina ,'
acerca de cuya suerte son omisas las
informaciones respecto de la salida
de Cámpora hacia nuestro país. Se·
ría por completo injusto considerar
que este asunto político y diplomá tico ha concluido en tanto los 'otros
solicitantes de salvoconductos no
los hayan·obtenido.
Luego de un breve periodo prest·
dencial en que se instauraron libertades arrancadas a los ciudadanos
argentinos por un decenio de des·
potismo militar, y como leal servidor
del caudillo al que era adicto, Cám·
pora renunció a la presidencia y más
tarde fue enviado a nuestro país
como embajador del suyo. Después
de un prolongado esfuerzo que sis·
temáticamente se estrelló contra la
obstinada terquedad de los mandos
militares argentinos, vuelve ahora a
México, salvo aunque no sano . Por sí
mismo , y por lo que representa ,
bienvenido sea.
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Materia
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Héctor J. Cámpora.
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López Portillo.
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José Manuel Abal Medina
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Persona o institución mencionada
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Al fin libre Bienvenido, doctor