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Extensión
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1 foja
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Resumen
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Los partidos tendrán, así, que esforzarse por no contribuir al desaliento ciudadano. Sin perjuicio de formular las protestas y quejas que sean necesarias, y de lanzar la denuncia política que juzguen pertinente, mal harían en sumarse a la causa de los abstencionistas, como lo ha hecho en el pasado reciente una porción del PAN, arguyendo que todo es inútil ante la inquebrantable decisión gubernamental de no perder, y de arrebatar cuando pierda..
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Tipo
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Publicación
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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Apenas hoy se reunirán los comités distritales para realizar el
: cómputo de las elecciones de la semana pasada . Es preciso,
en rigor, congelar el juicio sobre ellas hasta conocer los resultados. Obliga a hacerlo, además, la cautela asombrosa que
,imperó en el PRI, que suele dar la noche misma del primer do. mingo de julio de cada tres años una aproximación muy cercana a la realidad de cómo se ha desenvuelto la jornada electoral.
Con todo, es posible hacer consideraciones meramente
1 hipo!éticas acerca de dos tendencias que acaso sean ratifica .das hoy mismo, y que vinieron configurándose a lo largo de
esta semana . Se trata , por un lado, del abstencionismo (cuyo
¡eventual crecimiento explicaría la prudencia priísta acerca de
las cifras), y por otro lado del avance comunista entre el elec¡torado.
El secretario de Gobernación se apresuró a festejar, el do1 mingo mismo de las elecciones, la gran afluencia del público
ciudadano ante las urnas. Si las cifras desmienten esas pre1maturas alegrfas, ¿habría que tener como válidas las consideraciones exactamente contrarias a las expresadas por el presidente de la Comisión Federal Electoral? Pero no radicaría allí
como es obvio, en un mero gazapo, la importancia de conocer
que la abstención aumenta de manera incontenible. Si seangosta cada vez más la porción que va a las urnas, llegaríamos
al absurdo de que sólo votaran los directamente interesados
(en el sentido mezquino del interés) en el proceso mismo . Nos
convertiríamos, propiamente hablando, en una oligarquía , en
que aun formalmente las decisiones políticas· recaen en un
sector reducido de la población y no en la mayoría .
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Todo el mundo sabe que las causas de la abstinencia
Comunistas que triunfan
Miguel Angel Granados Chapa
electoral son diversas, y que se entrelazan de manera compli cada . No es posible, por tanto, formular recetas para extirparla . Algo hay claro, sin embargo, a este propósito . No
puede esperarse sólo de actitudes gubernamentales el com bate a la desidia ciudadana. Es cierto que, como oímos repetir
con frecuencia, una de las razones por las que no votan los
abstencionistas es por su temor de; que el gobierno sea incapaz de respetar el sufragio . Que el gobierno gane respetabilidad en este campo es sumamente difícil. Por ejemplo, en
Nuevo León la elevada suma de los votos obtenidos por la
candidatura panista al gobierno local, admitidos por la legisla tura local, constituye un motivo válido para que los propios
sufragantes sientan que su filiación política está muy extendida, y tiendan por lo tanto a creer que el gobierno les robó las
elecciones , aun si no fuera verdad que eso ocurre .
Los partidos tendrán, así, que esforzarse por no contribuir al desaliento ciudadano . Sin perjuicio de formular las protestas y quejas que sean necesarias, y de lanzar la denuncia
política que juzguen pertinente, mal harían en sumarse a la
causa de los abstencionistas, como lo ha hecho en el pasado
reciente una porción del PAN, arguyendo que todo es inútil
ante la inquebrantable decisión gubernamental de no perder,
y de arrebatar cuando pierda .
El Partido Comunista Mexicano tiene, muy singularmen. te, una resposabilidad grande a este respecto . Es altamente
probable, por indicaciones recogidas incluso por investigadores del gobierno, que el voto joven se haya canalizado hacia la
Coalición de Izquierda, reforzando así el de los cuatlr 1s propios de los partidos y movimientos que en ella se conjuntaron.
Estimular la contin~:~ada participación cívica de esos neo votan tes para que no sean devorados por la hidra abstencionista .
es, entre otras, una tarea. de inmediato abordamiento, sobre
todo con miras a la resaca que seguirá a la eventual crecida de
los votos comunistas .
En realidad sería imposible hablar de un progreso en las
cifras del sufragio comunista por ser esta la primera vez que se
presenta formalmente a elecciones, con su emblema impreso
en las boletas . Las experiencias recientes (del Frente Electoral del Pueblo en 1964, y la candidatura de Valentín Campa ,
en 1976) forman, sin embargo, un antecedente frente al cual
puede contrastarse lo que ha ocurrido ahora, limados los excesos optimistas que hicieron al PCM anunciar entonces
ci·:ras considerablemente elevadas .
Puede haber un residuo adverso a la causa de la verdade ra i¡·quierda electoral provocado por su éxito en los comicios .
La c.1mpaña anticomunista intensificada en las últimas semanas de junio muestra que el macartismo está en condiciones
de ganar eficacia, y hasta convertirse en actitud oficialmente
represi ·la. Contra esa posibilidad es conveniente advertir a la '
nación. No sigamos de ello, sin embargo, la consecuencia de
que ha ~~ido funesto para la coalición de izquierda ganar los
porcentajes que se supone ha obtenido , porque ello la obligaría a no hacer esfuerzos para crecer, a permanecer en las
catacumbas, en vez de enfrentar los riesgos de todo género
que impone el éxito electoral, aun el de esta hora .
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Materia
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Valentín Campa
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Persona o institución mencionada
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Comunistas que triunfan