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Extensión
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3 fojas
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Resumen
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Ni el Presidente Zedillo, que desarmó a sus oyentes llamándolos estentóreamente ¡hermanos!, fue escuchado con la unción habitual en las celebraciones oficiales, durante el lúgubre festejo del primero de mayo en el Auditorio Nacional. Por supuesto, fue mucho mejor tratado que otros oradores, pero, aprovechando la invocación fratemal no falto, quien la devolviera en un dístico espontaneo ¡Hermano, Zedillo, /ayuda a mi bolsillo!..
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Tipo
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Escrito
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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{
Plaza Pública
para la edición del 6 de mayo de 1997
¡Que se los lleve el tren!
por migue! ángel granados chapa
Ni el Presidente Zedilla, que desarmó a sus oyentes llamándolos
estentóreamente ¡hermanos!, fue escuchado con la unción habitual
en las celebraciones oficiales, durante el lúgubre festejo del primero
de mayo en el Auditorio Nacional. Por supuesto, fue mucho mejor
tratado que otros oradores, 1 pero ,aprovechando la invocación
,
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¡Hermano, Zedilla, /ayuda a mi bolsillo!.
Gritos y abucheos de no pocos asistentes al mitin bajo techo del
Día del Trabajo revelaron el estado de ánimo de los sindicalistas
progubemamenales. En sus expresiones influyeron los antiguos
antagonismos entre la CTM y la CROC, pies de barro del
temblequeante Congreso del Trabajo. Pero sería ingenuo pretender
que sólo por esa causa se produjo el relajo que ni siquiera los
solemnes secretarios de Estado allí presentes pudieron dejar de
festejar. El relajamiento de la disciplina en un sindicalismo vertical
y autoritario comienza poniendo en solfa a los dirigentes, aunque
demore en manifestarse en actos de independencia en la vida
o.;rganizativa.
Por lo pronto, Leonardo Rodríguez Alcaine, que suple en la
secretaría general cetemista a Fidel Velázquez, ahora que se ha
oficializado su decrepitud, recordará que su debut en representación
del añejo dirigente no fue nada feliz. Sin sensibilidad alguna para
los momentos que vive el sindicalismo, el histórico y el de esa
mañana, no sólo produjo un discurso vacuo, como cientos que han
escuchado sus cautivos oyentes, sino que confundió el escenario y
la ocasión. Se trataba de una celebración sindical, no partidaria, por
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lo que fue impertinente la ratificación de su fe priísta, que mereció
desaprobación de su auditorio al grado de que, contagiado de la
impaciencia del público, el líder electricista interrumpió su larga
perorata para anunciar: ¡ya voy a terminar!
Fue peor el papel de Víctor Flores, que hoy ostenta la triple
advocación de candidato a diputado plurinominal (nada menos que
a la cabeza de la lista del PRI en la tercera circunscripción),
presidente del Congreso del Trabajo y secretario general del
sindicato ferrocarrilero. Sufrió un lapsus del que ni siquiera se
percató, como pudieron darse cuenta quienes vieron su rostro
perplejo a través de la televisión. En el exordio a su discurso, se
dirigió a su principal oyente como "Presidente de los Estados
Unidos". Entre amistosos y burlones, no pocos de los asistentes
añadieron a gritos ¡mexicanos!, ¡mexicanos!, pues era obvio que
Flores no había confundido a Zedilla con Clinton, ni él se siente
ciudadano de la Unión Americana, sino que sólo había dejado
incompleta la denominación oficial de nuestro país.
El abucheo, cuya naturaleza resultó incomprensible para el líder
ferroviario, empeoró su capacidad oratoria. A él, que lo pongan a la
acción directa, como cuando se lanzó sobre el diputado Marcos
Rascón en el recinto camaral, el primero de septiembre pasado,
pero no a hablar. La boca se le secó, y fue angustioso, según
testimonios de sus escuchas, presenciar su esfuerzo por controlar la
paginación de su texto, que finalmente se le perdió. ¡Qué diferencia
con aquel momento en que, dueño de sí porque ese es el terreno en
que mejor se maneja, irrumpió sin derecho en el espacio limitado a
los diputados en San Lázaro, violentamente despojó a Rascón de la
máscara de puerco con que se burló de todo hace ocho meses y,
nuevo Perseo, la exhibió como si se trata de la cabeza de Medusa!
Se diría que en ese lance, dignísimo acto en defensa de la
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prestancia del Congreso, ganó Flores el privilegiado lugar en las
candidaturas priístas que le permitirá llegar a la Cámara sin esfuerzo
alguno. Pero sería una trivialidad suponer que ese género de
comportamientos rige las decisiones en el partido gubernamental.
En realidad el mérito mayor de Flores no ha ocurrido en el ámbito
cercano al pugilismo sino en su excelente disposición a que la
privatización de los ferrocarriles se produzca "sin pasivos
laborales".
Esa fea expresión contable oculta una realidad lacerante. Quiere
decir que los consorcios adquirientes de las unidades en que fueron
divididos los Ferrocarriles Nacionales de México recibirán sus
compras limpias de compromisos con los trabajadores, porque las
recibirán sin trabajadores. El organismo público que todavía maneja
las líneas ferroviarias adquirió en cada caso la obligación de
liquidar previamente a todo el personal, para evitar que la empresa
compradora se convierta en patrón sustituto, que es una figura legal
destinada a proteger los derechos laborales.
No obstante que Ferrocarriles Nacionales redujo su planta laboral
mediante un amplio plan de jubilación anticipada, que a cambio de
una compensación inmediata coloca a quienes la aceptan en la
penosa condición de todos los jubilados ferrocarrileros, cuyas
pensiones tienen .un tope de 1,500 pesos cada mes, aun será
reajustado el personal. Eso ocurrirá, por ejemplo, cuando sea
transferido el dominio del Ferrocarril del Noreste a Transportación
Ferroviaria Mexicana, el consorcio que compró aquella joya. La
entrega, prevista para el 16 de junio, iba a anticiparse un mes pero
no ha concluído la liquidación de los trabajadores a los que no
acaba de convencer la idea de recibir una suma por marcharse y
poder ser recontratados, pues no todos lo serán. Pero para eso está
allí Víctor Flores. Para activar el achicamiento de su sindicato,
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v
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Materia
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¡Que se los lleve el tren!
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Persona o institución mencionada
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Zedillo.
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CTM.
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CROC.
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Leonardo Rodríguez Alcaine.
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Fidel Velázquez.
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Víctor Flores