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Extensión
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2 fojas
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Resumen
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Por antidemocrático, el proceso de elección de gobernadores produce, con frecuencia, aberraciones políticas. Mito en muchas de sus formas, el federalismo se vuelve realidad si se trata de que prevalezca el poder regional de un señor estatal, Sancho en la ínsula Barataria. Las páginas de la picaresca política, en el mejor de los casos, o de la tragedia nacional, en el peor, están llenas con los nombres de gobernador rapaces o atrabiliarios..
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Tipo
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Publicación
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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EXCELSIOR 7-A
Martes 9 de Octubre de 1973
Clima·Hidalguense
Arbitrariedad en.Tula
POR MIGUEL ANGEL GRANADOS CHAPA
P
OR antidemocrático, el proceso de elección de gober·
. nadares produce, con frecuencia, aberraciones políticas. Mito en muchas de E~US formas, el federalismo
se vuelve realidad si se trata de que prevalezca el poder
regional de un señor estatal, Sancho en la ínsula Bara~
taria. Las páginas de la picaresca política, en el mejor de
los casos, o de la tragedia naciohal, en el peor, están
llenas con los nombres de gobernador~ rapaces o atrabiliarios.
El Estado de Hidalgo ha tenido el infortunio de padecer gobernantes que, desde los cuarentas, han sido, cuando
bien ha ido a sus habitantes, ineficaces. Pero lo que pasa
en la actualidad excede, con mucho, a cuanto habían
sufrido los ciudadanos de ~a entidad.
Ardua tarea sería formar el catálogo completo de las
arbitrariedades cometidas por funcionarios de la presente
administración estatal. La seguridad personal de los hidalguenses, consagrada en la Constitución federal y en la
local rsólo allí se la puede encontrar, pues ha desaparecido
de la realidad.
A cada paso, por dondequiera que se vaya en Hidalgo,
es posible conocer a una víctima de la ferocidad policiaca,
capítulo en el que se condensan toda suerte de actos ilegales perpetrados por funcionarios que, por serlo, no sólo
disfrutan impunidad, sino que aun se glorian de ella.
En estas páginas hemos dejado constancia de cómo la
Procuraduría de Justicia la vulnera1 en vez de buscarla
Y lo hemos reiterado porque en ese punto se advierte con
mayor claridad que en ningún otro cómo la arbitrariedad
es el clima social en Hidalgo.
A
*
las atrocidades y detenciones ilegales cometidas en
Pueblo Nuevo, en Pacula, en Tulancingo, para no
mencionar sino las instancias más conocidas, aquellas tan evidentes que no admiten la refutación de que son
citadas por mala fe, se agrega ahora la represión en Tula.
El caso es sintomático de varios fenómenos que se aprecian en la entidad hidalguense.
El martes pasado una pequeña multitud recorrió las
calles de la antigua sede tolteca para protestar por la
ineficacia policiaca ante una ola de crímenes que asuela
la ciudad. Se llegó a pedir la renuncia del alcalde, dependiente político del gobernador de la entidad. El viernes
siguiente, se efectuó una nueva manifestación popular,
realizada para conocer las respuestas del munícipe.
Su contestación única fue la represión. Llegados de
Pachuca los bien conocidos agentes de la Policía Judicial
y de la uniformada -que suelen sustituir en sus funciones
a la policía municipal, en flagrante violación a la leygolpearon y arrestaron a muchos manifestantes. Algunos
de ellos están detenido todavía en la capital del estado.
Los que pudieron alir libr€8 han hecho e trujantes narraciones sobre lo,. vejámenes que se les infirieron.
Hay tal falta de politi7..ación en Hidalgo que, no ob _,
tante la gravedad de actos de esta naturaleza, no ha,:¡•
movimiento de opinión pública que los denuncie y demande u terminación. Pero eso no obsta para que el paí.·
conozca la forma en que allí se gobierna.
Si el derecho se aplicara. i no fue e tan a menudo
ólo ocasión de efluvio verbales, el Senado de la República
1endria que declarar que, en Hidalgo, han desaparecido
los poder<'. , pues han aband(mado su ba. e de legalidad.
3.Y -
·~- .l""oduct,
EXCE J,SIOR 7-A
Martes23de0ctubrede 1973
Violencia Verb al
Agresiones Inmovilistas
POR MIGUEL ANGEL GRANADOS CHA PA
A juHa indignación pública provocada pul secuestros
y ase5inatos ha impedido que se dé at€nción suficiente
a la violencia verbal que, como una de la~ forma~
del contragolpe, completa la tarea amidemocrálica del
terrorismo.
Ya el Episcopado mex1cano se ocupó de este género
de agresiones. Pero las condenó en gt:;neral. sin ubicarla~
en el contexto político inmediato, concreto, en que ~., producen. Y si es cierto que hay una violencia verbal contE'stataria, contra la cual seguramente se dirigió la fulminación de los prf'lados. también lo í'S que Ja más riesgu.'-a
es la violencia inmo\'ilista.
Las agresiones verbales consEn·adoras. que per~iguu1
tres propósitos. se manifiestan ¡;or dos caminos. E.,; tos son:
algunos órganos periodísUcos y ciertos programas de televisión. qu~ ya no tienen embozo alguno para sus expresiones fascistas; y. sobre todo, los panfletos anónimos.
El ocultamiento de los autores de este instrumento de
agresión política no es casual. Es propio que a mentalidades cobardes ante el cambio social. corr~sponda la falta
de valentía de mostrarse en esa condición abiertamente.
Por eso proliferan. particularmente por la vía postal los
pasquines sin firma. o signados por falsos nombres.
Se incurre en gastos enormes al practicarse el envio
de estos panfletos. Hasta se han editado libros enteros,
o folletos de presentación física decorosa -decoro que,
por supuesto, se agota en la mera presentación físicadestinados a ofender no sólo a quienes son tomados como
blanco de la calumnia o la injuria, sino también a Jos
lectores, tomandos sin prevención alguna contra tales ataque verbales.
L
S
*
ON tres los objetivos que claramente se propone la
violencia verbal del inmovilismo. En primer lugar.
desprestigiar a quienes. desde distintos miradores,
contemplan la posibilidad de una vida social menos inicua
y trabajan para lograrlo. Mediante la invención de las
mentiras más absurdas, la aplicación de los epítetos mús
gruesos, la obtención de inferencias sin base alguna. buscan deformar la imagen de quienes no se avienen a que
la sociedad en qu<' \'Í\ irnos obre a manera de t rap1che con
los mejores \·alorps del hombre.
El segundo obJetivo Ps pl·umu\'<'r la cacería de brU.Jd~.
Se asegura que los '\·ercladPros culpables" del teJTorbmu
que en los últimos mc-<'s ha L'obcado Yaria" 'íctima~ ~on
los "promotores cit>l cambio rlC' pst ructuras''. Crm Pllo a uden a quien"s dr~df' los prH'd' m-edios el.,.. t'rJmtmicariñr , n
que es posible hac<'l'lo. rlPsd< algunns cátedra~. desclr un"s
pocos púlpitos. pugnan porquP la nación adquiera r'onr·iencia de sus miserias ~ "'='L'oja lo~ mr .iot·e~ C"Jmino' p;¡ra
<'rradicarlas. Ent r<> e~os mejorE>.; caminos no r·st á la \'iulcncia. Quienes a~piran raeionalmentP a una comunidad
que no S<' fmque en la inJUSticia. "oben bi<>n que ~ólo
cuando tiene amplio su~tento popular la violencia ha ~ido
motor de la historia. Estim le.io~ dE' propiciarla. Y si ..;e
les quiere relacionar con delincuentes. prest>ntar como
agentes de la subversion es sólo para ocultar que sus acusadores son agentes y beneficiarios de ia iniquidad.
Finalmente, el terc€1' objetivo de la violencia verbal
conservadora es el golpismo. Ya circula por las estafetas
más de un panfleto donde se hacen sug.eridores paralelos
con la ~ituación chilena. En esie pumo. el peligro real que
tales anónimos pueden suscitar es remoto. PE'ro ilustran
.• , c·on claridad cuáles son los ilegítimos medios que se utilizan en nombre de una pretendida legitimidad.
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Persona o institución mencionada
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Violencia Verbal