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Extensión
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1 foja
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Resumen
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Por las implicaciones morales que tienen dentro de la cultura política del país los obsequios grandes y pequeños, tanto como por el momento peculiarmente sensible al tema de la corrupción de funcionarios y políticos, la carta del presidente López Portillo rehusando el rancho de Tenancingo es un gesto que estusiasma y emociona. Es la respuesta tajante a una tradición viejísima que López Portillo no inventó y que por lo mismo su gesto no clausurará..
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Tipo
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Publicación
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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Al rehusar públicamente la donación de un rancho en Tenancingo, ofrecido como insuperable refugio, casa de campo y
unidad productiva, el presidente López Portillo subrayó un aspecto central de la dimensión política \1 moral de ese acto
insólito: en el ofrecimiento tanto como en la aceptación posible de ese obsequio, escribió el Presidente, "no hay nada
prohibido y lo que no está prohibido en un sistema legal como
el nuestro, está permitido". ¿Por qué rehusar entonces? Porque como quiera que se le vea, pese a su legalidad formal, el
obsequio de un rancho de esas magnit4des resume una tradición lamentable de la vida pública de México, una tradición
cuyo extremo superior es la adulación y el ablandamiento del
poderoso por el halago, pero cuyo extremo inferior er.la concertación de una complicidad en la cúpula, una forma de atar
intereses y voluntades, y de restar al obsequiado autoridad
moral para juzgar a los obsequiadores.
Puede tratarse de un rancho grande o de un lapicero de oro,
de cualquier modo la cláusula secreta del pacto entre donante
y donador es cimentar con intereses una cercanla, garantizar
la simpatla activa o al menos la complicidad silenciosa entre
las partes. Nada de eso en ·efecto está prohibido por la ley,
aunque es claro que su práctica inveterada y arraigadlsima en
México es con frecuencia el resultado de violaciones preyias
con fines de enriquecimiento o una forma de garantizar la impunidad para violaciones futuras.
Por otra parte, el pals vive como único problema visible de
Adiós a Tenancingo
El Presidente rehúsa
Héctor Aguilar Camín
su vida polltica interna la exhibición escandalosa del camino
en que se alinean ese tipo de prácticas y violaciones que bien
a bien no sanciona ley alguna aunque se trate, como es cada
dla más obvio, de claras lagunas en la ley y no de que tales
prácticas resulten saludables o legitimas. El caso de Osear Flores Tapia o la averiguación en curso sobre los desvíos financieros del Banrural, en que la investigación echa de menos
una cifra del orden de los 2 mil 300 millones de pesos, son las
confirmaciones en turno de esa larga convicción popular que
confunde la polltica con la corrupción y el enriquecimiento
illcito. El destapamiento de esos casos y su secuela previsible
son elementos que refrendan aquella idea, lesionan la legitimidad polltica global del aparato gobernante y conforman ya
una clara bandera para la oposición. Pese a los claros intentos
del sexenio por castigar las violaciones de funcionarios públicos, la persistencia irritada de aquella convicción popular convierte cada nuevo caso de corrupción en una bofetada más
para el sistema y no en una prueba de que el sistema está
librando una batalla más contra la corrupción. Es el precio de
tantas décadas de impunidad exhibida y desprecio por el áni·
modelos no poderosos.
Por todas estas razones, por las implicaciones morales que
tienen dentro de la cultura política del país los obsequios grandes y pequeños, tanto como por el momento peculiarmente
sensible al tema de la corrupción de funcionarios y políticos, la
carta del presidente López Portillo rehusando el rancho de Tenancingo es un gesto que estusiasma y emociona . Es la respuesta tajante a una tradición viejísima que López Portillo no
inventó y que por lo mismo su gesto no clausurará. Pero es
también el anticjpo de lo que acaso sea el futuro realmente
deseable de la vida polltica institucional de México: la limpieza
sin ostentación y la transparencia sin maquillaje en el patrimonio personal de los funcionarios públicos, el enoblecimiento
pleno de la vocación política mediante su rencuentro generalizado con la decisión de servir y su separación progresiva de
esa desviación monstruosa de sus fines esenciales, su mezcla
con el saqueo, el privilegio y el fomento de la desigualdad.
La carta del presidente López Portillo rehul:M:Indo con dolido
humor de "presunto propietario rural" el rancho que explicablemente tentó sus planes de retiro total como ex presidente, es sobre todas las cosas una solicitación del porvenir, un
autorretrato moral que es a la vez la afirmación de una moralidad precursora. Bienvenida sea .
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Materia
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López Portillo.
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Oscar Flores
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Persona o institución mencionada
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Adiós a Tenancingo