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Extensión
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1 foja
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Resumen
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La epidemia del magnetoscopio, ese pequeño aparato que permite registrar un programa de televisión en ausencia del interesado para que éste pueda sumergirse en él a su vuelta al hogar, se abatió ahora sobre Francia pero pronto ganará el mundo entero..
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Tipo
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Artículo periodístico
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Clasificación
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UAMC.MAGC.01
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Sububicacion
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Sobre
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Texto completo
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~Los
Humanos Tienden al Aislamiento
El Video-Cassette Causa de un~a erdad ra
Re,volución 1écnica y Social en el Mundo
.Por Ornar PREGO
PARIS, 19 de diciembre. (AFP).-La
epidemia del magnetoscopio, ese pequeño aparato que permite registrar
un programa de televisión en ausencia
del interesado para que éste pueda SU•
mergrrse en él a su vuelta al hogar, so
abatió ahora sobre Francia pero pron·
to ganará el mundo entero.
Conocido en Estados Unidos desde
1975 y extendido aquí durante el último
campeonato mundial de futbol, esa ca·
ja milagrosa se convirtió en el obje.
to más codiciado en estas navidades,
pese a su precio (unos 1,800 dólares),
al punto que hoy era prácticamente
imposible hallar uno solo en todo Pa·
rís.
Pero antes de examinar el fenómeno
como un "mal de sociedad", según la
opinión de ciertos psicólogos y sociólogos, veamos primero cuáles son las
múltiples aplicaciones de ese instruento, semejante en su forma a una
cámara filmadora.
N
o
-Con un magnetoscopio se puede
grabar un programa televisado, ya sea
directamente o mediante un srstema
automático de relojería en ausencia
del espectador y proyectarlo cuando 61
quiera.
-Grabar un programa determinado
que se proyecta en cierta cadena, mien·
tras se mira otro en una estación distinta.
-Proyectar un programa ~abado en
cassette, con la sola condicion que ella
se adapte a las características del televisor, lo que permitirá que cada uno
pueda filmar si así lo desea escenas
familiares o actividades profesionales y
pasarlas cuantas veces quiera en la pequeña pantalla.
Detrás de todo esto, como la parte
sumergida de un iceberg, está naturalmente una despiadada lucha industrial y técnica que comenzó en los años
sesenta, costó millones de ólares in·
vertidos en investigaciones
dejó por
el camino los cadáveres de e mpetrdores infortunados.
\
Al presente, el mercado está en ma•
nos de unos pocos, sobre todo firmas
norteamericanas y japonesas, entrega·
das a una furiosa competencia por un
mercado que se presenta como un "el
dorado" fabuloso.
Los vencedores (provisorios) de la
lucha, Sony con su sistema Betamax y
Matsushita.Victor con su VHS, prodú.
jeron 290,000 magnetoscopios en 1976,
763,000 en 1977 y 1.200,000 en 1978.
Pero los fabricantes jamás se imagi.
naron la rapidez con que la fiebre se
extendería por los países industriali·
zados de Occidente, partiendo de Estados Unidos, donde el año pasado se
vendieron más de 500,000 y este año
tres veces más.
En Francia, los frenéticos compradores se arrancan literalmente los apa.
ratejos de las manos, y muchos llegan
a ofrecer pagar sobreprecios a menu·
do importantes con tal de tener uno
antes que su vecino.
En Marsella, un médico debió interceder ante un comerciante a fin de
obtener uno para uno de sus pacien·
tes, con miras a sanarlo de "un com.
piejo de frustración, cristalizado en un
magnetoscopio".
El asombrado gerente de una firma
especializada vio desaparecer de sus
vitrinas 300 magnetoscopios en menos
\. de 48 horas, mientras largas listas
e espera empezaban a formarse para
1n próxima partida, como si se tratara
de pasajeros ávidos de partir hacia la
tierra prometida.
El fenómeno, naturalmente, no viene
sulo y a la fecha ya salieron a la
venta revistas especializadas mientras
empresas especializadas en el alquiler
de televisores proponen ya el de mag.
netoscopios por 350 francos (80 dóla·
re~).
Las posibilidades del magnetoscopio,
admiten algunos expertos, son prácti·
camente infinitas y se irán desarro·
liando a medida que pase el tiempo.
Varios hospitales han hecho ya im·
portantes pedidos para distraer a sus
pacientes y en el Japón, los. pesquero~ emba re a n mé''!nftOSC01110~ n?ra
calmar a sus tripulantes durante las
largas y tediosas temporadas de pesca.
Muchos son ya los profesionales (futbolistas danzarines, actores, corredores de · Fórmula Uno, tenistas), que
se sirven del magnetoscopio para exa·
minarse, corregir defectos, perfeccionar su estilo o simplemente para "es·
piar" a sus futuros adversarios v poner a punto la estrategia adecuada.
En otro plano, el magnetoscopio modificará profundamente las modalidades de realización del cine. dispues.
to va a lanzarse a la producción ma·
siva de filmes para el nuevo c;istema,
que el público podrá comprar a un
precio accec;ible v provectar en su ca·
sa cuando le plazca.
Para los entendidos, pues, estamos
en presencia de una nueva revolución
en los hábitos familiares v social('S,
va profundamente alterados con la ex·
tensión de la TV.
En un futuro nada lejano, pred1cen,
la gente vivirá sólo en las pantallas
de sus receptores, viéndose reflejados
sublimados allí, por un instante seiantes <J <uc; 1dolo~. ~ P an é<Loc: Jni,n
Mireille Mathieu, Guillermo
Kempes o Nureyev.
=
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Materia
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Sony
-
betamex
-
VHS
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Japon